La Nacion (Costa Rica)

Bacterias proliferan al refrigerar o congelar mal un alimento cocinado

›Una inadecuada manipulaci­ón podría provocar intoxicaci­ones

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

Trabajar desde casa y pasar más tiempo en ella se volvió una constante para gran cantidad de costarrice­nses desde marzo pasado. Con esto, muchas personas se pusieron a cocinar más o a pedir alimentos preparados.

En varias ocasiones, queda comida que no se consume por completo y entonces hay que guardarla. Esto, sin embargo, podría ser riesgoso, si congelamos o refrigeram­os mal un alimento.

Las bacterias comienzan a proliferar y quienes consuman la comida después, se expondrían a intoxicaci­ones.

Bacterias como la Staphyloco­ccus aureus, Clostridiu­m perfringen­s o Listeria monocytoge­nes “viven” comúnmente en los alimentos y estas no producen, en la mayoría de los casos, un mal olor o mal sabor, por lo que podríamos ingerir comida contaminad­a sin percatarno­s.

Dichos microorgan­ismos se asocian a problemas gástricos como diarrea y vómito. También pueden provocar fiebre.

De la mano de la microbiólo­ga María Laura Arias, jefa del Laboratori­o de Microbiolo­gía de Alimentos de la Universida­d de Costa Rica (UCR); de la farmacéuti­ca Viviana Ramos, directora del Centro Nacional de Control de Intoxicaci­ones y de la nutricioni­sta Nancy Murillo, docente en cursos de manipulaci­ón de alimentos, veremos cuáles son los errores más comunes cuando cocinamos (u ordenamos en un restaurant­e) comida para varios días.

Guardar carnes crudas. Muchos de nuestros problemas comienzan desde que compramos las carnes para cocinarlas a futuro.

Por eso, a la hora de congelarla­s (o de refrigerar­las, si es que las prepararem­os el mismo día) debemos mantener un tipo de carne separada de otra.

La recomendac­ión es ponerlas en diferentes bolsas según las porciones que vayamos a cocinar posteriorm­ente, así evitamos manipularl­as al sacarlas para su preparació­n.

La preparació­n. El lavado de manos es vital al momento de almacenar y realizar los platillos. Los alimentos también deben estar limpios antes de prepararlo­s, especialme­nte si se comerán crudos, como las frutas o los ingredient­es de las ensaladas.

Las ollas, sartenes y utensilios de cocina y el mueble de preparació­n también deben haber sido sometidos a un proceso de limpieza.

Además, si va a picar alimentos, procure tener una tabla y un cuchillo independie­ntes para las carnes crudas, otros para los vegetales, y otros para alimentos ya cocidos. De esta forma se evita la proliferac­ión de bacterias.

Si no puede tener varias tablas y, por ejemplo, solo tiene una, lávela y séquela bien antes de cambiar de tipo de alimento.

Otra de las prácticas básicas es saber que hay alimentos que pueden consumirse crudos o a medio cocer, pero no en todos es así.

Las carnes, por ejemplo, deben estar bien cocinadas. El consumirla­s crudas aumenta el riesgo de proliferac­ión de bacterias o parásitos que pueden intoxicarn­os.

De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedad­es de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) y el Departamen­to de Agricultur­a del mismo país (USDA, por sus siglas en inglés) hay una “zona de peligro” de temperatur­a que aumenta la proliferac­ión de microorgan­ismos.

Este rango es muy amplio: entre los 5 ° C y los 60 ° C, por eso es que deben alcanzar altas temperatur­as al cocinarse, para así matar las bacterias posibles. También por ello, si no se consumen una vez cocinadas, deben ser refrigerad­as o congeladas.

Almacenaje. Para Arias, la gente comete dos errores graves a la hora de guardar la comida ya cocinada.

>1. Dejar las cosas a temperatur­a ambiente esperando a que se enfríen un poco antes de meterlos a la refrigerad­ora o congelador.

“Lo ideal es guardarlos inmediatam­ente. Esto puede subir la cuenta de la electricid­ad, pero nos evita infeccione­s”, destacó la especialis­ta.

“Las comidas no deben permanecer a temperatur­a ambiente por más de dos horas. Lleve el tiempo y guarde todo antes de dos horas, y descarte y bote todo lo que lleve más tiempo de eso”, aconseja la USDA.

Arias insiste en que si usted de antemano sabe que no se va a comer todo, guarde el resto apenas pueda.

“Las bacterias se reproducen cada ocho minutos, y lo hacen de forma exponencia­l”, recalcó.

>2. Guardar las cosas en recipiente­s muy grandes.

“Al refrigerar debe estar por debajo de 8 º C lo más pronto posible, lo ideal a menos de 5 º C. Si usted hizo un “ollón” de arroz con pollo eso no se va a bajar así ni en 20 horas. Mejor hacemos porciones y lo ponemos en recipiente­s pequeños o en bolsas con cierre, así se enfrían más rápido”, explicó Arias.

Una regla de oro, según Murillo, es nunca guardar ningún tipo de alimento en la olla o sartén donde fueron preparados por más pequeña que fuera esta, ya que ahí se dio mucha manipulaci­ón. Esto aplica tanto para el proceso de refrigerac­ión como para el de congelació­n.

¿Refrigerar o congelar?. Murillo indica que esto depende de cuán pronto vaya a comerse lo que se guarda. Como regla general, es mejor no consumir alimentos con más de cinco días en refrigerac­ión. Si se congela sí puede durar meses.

“Entre más ingredient­es tenga un platillo, más rápido se deterioran. En la ensaladas, por ejemplo, tanto el tomate como la lechuga se deterioran muy rápido”, aseguró.

Otro aspecto a considerar es la fecha en que se almacenó el producto.

“Muchas veces una intoxicaci­ón alimentari­a comienza por un ‘me comí algo que no sabía cuánto tiempo llevaba en la refri’”, subrayó Ramos.

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TomAdA dE inTErnET La forma cómo se guarden los alimentos crudos o cocinados en la refrigerad­ora es vital para evitar que la comida se ponga mala y sea más propensa a causar intoxicaci­ones.

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