La Nacion (Costa Rica)

Un fin de semana de pesadilla para Donald Trump

-

VIRGINIA. AFP. Para Donald Trump este fue un fin de semana de pesadilla, marcado por la victoria de Joe Biden y por la alegría manifestad­a por miles de simpatizan­tes demócratas en las cercanías de la Casa Blanca.

Serio, cabizbajo, con los hombros ligerament­e caídos, el magnate parecía estar irremediab­lemente solo este sábado en su campo de golf cercano a Washington.

A las 8:20 a. m. del sábado, cuatro días después de unas elecciones cuyos resultados se demoraban pero que ya se inclinaban en favor de Biden, el presidente lanzó una larga cadena de tuits fulminante­s contra el retraso en el conteo de los sufragios al tiempo que denunció supuestos fraudes.

Sus mensajes fueron inmediatam­ente marcados como “engañosos” por Twitter.

“¡Gané esta elección, por mucho!”, en letras mayúsculas, fue su última publicació­n, antes del anuncio de la victoria de su rival.

A las 10 a. m., la caravana presidenci­al dejó la Casa Blanca bajo un cielo radiante, la primera salida de Trump desde la noche de las elecciones del martes.

Con pantalones negros, chaqueta gris y una gorra blanca con la inscripció­n “Make America Great Again”, el presidente llegó a su club de golf en Sterling, Virginia.

La decisión causó sorpresa, en momentos en que el país y el mundo estaban pendientes de los resultados.

Desde el costado de la carretera, alguien le mostró un cartel que podría ser casi un mal augurio para el empresario: “Buen viaje”.

Dientes apretados. Aficionado al golf, el presidente republican­o estaba en los campos cuando los medios estadounid­enses proyectaro­n el sábado que ya no podría alcanzar a Biden.

Después de terminar su juego, posó para una foto con una pareja de novios, pero ninguna imagen circuló del momento en que se le anunció la derrota.

En un comunicado emitido por su equipo de campaña, preparado de antemano, acusó a su rival demócrata de “apresurars­e a presentars­e falsamente” como ganador.

Tras pasar más de cuatro horas al otro lado del río Potomac, la caravana presidenci­al se puso nuevamente en marcha con un desafío nada agradable: abrirse paso entre la multitud que llegaba a la Casa Blanca para celebrar la victoria de Biden.

La residencia presidenci­al se ubica en el corazón de la capital, un bastión demócrata.

“Empaca tus cosas y vete”, proclamaba una pancarta, mientras los automovili­stas hacían sonar las bocinas.

Visto en una entrada lateral de su residencia, con los dientes apretados, Donald Trump saludó a los periodista­s y se despidió hacia las 4 p. m.

En los canales de televisión, que el presidente gusta mirar, se multiplica­ron las escenas de júbilo en las grandes ciudades del país.

Asimismo, a unas decenas de metros de Trump, en la Black Lives Matter Plaza (Las vidas negras importan), así bautizada en la primavera boreal para denunciar la violencia policial contra los afroestado­unidenses, la fiesta estaba en pleno apogeo.

Por la noche emitió dos tuits rabiosos: “¡71 millones de boletas legales, la mayor cantidad jamás registrada para un presidente en funciones!”, dijo en uno de ellos.

Sin embargo, sus mensajes ya no encontraba­n el mismo eco que siempre.

Señales hostiles. El domingo por la mañana, seguía sin llamar a su rival para saludarlo por su victoria, como se estila.

Se decidió en cambio por repetir el mismo escenario que el día anterior: una serie de tuits para denunciar un fraude, antes de una nueva partida de golf, otra vez en Virginia.

Y en el camino, nuevos carteles hostiles hacia un presidente que dedicó la etapa final de su campaña a recorrer el país en avión, con varios actos públicos por día ante miles de seguidores.

Poco se ha filtrado hasta ahora sobre sus intencione­s para el largo periodo de transición que se avecina, hasta la toma de posesión de Joe Biden el próximo 20 de enero.

Visiblemen­te aislado, pues apenas un pequeño círculo de allegados apoyó su iniciativa de multiplica­r los procesos judiciales para intentar cambiar el rumbo de la elección, un camino que promete ser totalmente infructuos­o.

Entre los pocos que lo respaldan ciegamente, destacó el senador Lindsey Graham, quien este domingo lo llamó a resistir: “Señor presidente no ceda, luche duro”, le dijo.

 ?? AFP ?? El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, caminó la mañana de este domingo hacia uno de sus vehículos, en la Casa Blanca, en Washington, para dirigirse a su campo de golf en Virginia.
AFP El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, caminó la mañana de este domingo hacia uno de sus vehículos, en la Casa Blanca, en Washington, para dirigirse a su campo de golf en Virginia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica