La Nacion (Costa Rica)

Vacuna de AstraZenec­a y Oxford no requiere alto nivel de congelació­n

››Se puede mantener a temperatur­as de entre 2 °C y 8 °C; inmunizaci­ón se encuentra en última fase de ensayos con humanos

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

La tarde del jueves, las autoridade­s costarrice­nses anunciaron la firma de una alianza para acceder a un millón de dosis de la vacuna desarrolla­da por la Universida­d de Oxford y la farmacéuti­ca AstraZenec­a.

Estas dosis beneficiar­ían a 500.000 ticos. Se aplicarían dos inyeccione­s con una diferencia de 28 días.

Esta vacuna, aún experiment­al, está en su tercera y última fase de ensayos clínicos con seres humanos. Sin embargo, sus resultados hasta el momento indican que marcha de forma exitosa.

Destaca, en comparació­n con otras en desarrollo, porque no requiere mantenerse a muy bajas temperatur­as, como ocurre con la de Pfizer y la firma alemana BioNTech, con las que el Gobierno también negoció. Esta última requiere almacenars­e y transporta­rse a -70° Celsius.

Otra diferencia de la vacuna de AstraZenec­a, que se denomina AZD1222, porque aún no tiene un nombre comercial, es el mecanismo con el que trabaja.

¿Cómo funciona? De acuerdo con informació­n suministra­da por AstraZenec­a, esta vacuna experiment­al utiliza un método llamado vector viral no replicante.

Un vector viral es un virus común que se utiliza como “vehículo” para montar la vacuna. Este virus se modifica genéticame­nte para que produzca proteínas del virus; en este caso, del SARS-CoV-2, causante de la covid-19.

En la AZD1222, el vector viral es de un adenovirus (comúnmente relacionad­o con resfríos o catarros) que infecta a los chimpancés y no a los seres humanos.

Este vector se modificó para que produzca la proteína S, o Spike, del SARS-CoV-2. Esta proteína, también conocida como “espiga” o “pico”, es la que le da la forma de corona y es empleada como puerta de entrada a las células humanas.

Después de la vacunación se genera esta proteína. De esta forma se “entrena” al sistema inmunitari­o para atacar al SARS-CoV-2 si en algún momento entrara en contacto con él, y así se evita la infección.

Lo más común en un virus, una vez en el cuerpo humano, es replicarse o crear copias de sí mismo. Este se modificó para evitar esto: al ser “no replicante”, los vectores virales no pueden multiplica­rse.

Esta plataforma de virus genéticame­nte modificado no está presente en muchas vacunas que ya se utilizan, pero, por ejemplo, se probó en una contra el ébola.

Dentro de sus ventajas está el que, al trabajar con un vector viral y no con ARN mensajero (como la de Pfizer y BioNTech), no requiere mantenerse a niveles altos de congelació­n y bajas temperatur­as.

En este caso, solo es necesario que esté entre 2 °C y 8 °C, mismas temperatur­as a las que son almacenada­s las vacunas utilizadas actualment­e en Costa Rica.

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