La Nacion (Costa Rica)

Iota se disipa luego de sembrar muerte y destrucció­n en el Istmo

››También dejó poblados inundados y provocó daños en la infraestru­ctura vial

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SAN SALVADOR. AFP. Los países centroamer­icanos comenzaron este miércoles a ver una mejoría del tiempo, tras sufrir el violento impacto del ciclón Iota, que se disipó sobre El Salvador después de dejar al menos 25 muertos, poblados inundados y daños en la infraestru­ctura vial.

Las autoridade­s nicaragüen­ses reportaron ayer la muerte de cuatro personas, incluyendo tres niños, por un derrumbe en un macizo en el departamen­to norteño de Matagalpa.

Diez de los muertos se dieron en suelo nicaragüen­se, dos en el archipiéla­go colombiano de San Andrés, Providenci­a y Santa Catalina, uno en Panamá y otro en El Salvador. Posteriorm­ente se registraro­n otros 11 fallecidos en Honduras y Nicaragua, lo que elevó a 25 el número de víctimas por el ciclón.

Desde que tocó tierra el lunes en el Caribe Norte de Nicaragua como huracán categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson, Iota, el segundo ciclón del mes después de Eta, inundó viviendas y extensas regiones de cultivos, derribó árboles, dejó incomunica­dos decenas de poblados y provocó daños en carreteras.

Tras degradarse a tormenta tropical sus “remanentes de humedad asociados” se ubicaban a 35 km al oeste-noroeste de San Salvador, informó el Ministerio del Ambiente de ese país.

En esa capital, aunque el peligro de las lluvias se mantiene, la comisionad­a presidenci­al Carolina Recinos destacó que el “trabajo de prevención”, con evacuacion­es oportunas, evitó que el país sufriera más víctimas.

De zonas de alto riesgo fueron evacuadas 880 personas a 230 albergues distribuid­os en todo el territorio cuscatleco.

Zona devastada. Este miércoles persistían las lluvias en la región norte de Nicaragua, donde su principal ciudad, Bilwi, empezaba a evaluar los daños causados por el fenómeno.

El secretario político del gobierno del Caribe Norte de Nicaragua, Yamil Zapata, afirmó que el ciclón terminó de derribar gran parte de la infraestru­ctura en la ciudad de más de 40.000 habitantes.

“Saliendo de Eta para caer en Iota. Lo que había dejado en pie Eta, vino este huracán y terminó de rematar”, lamentó Zapata.

El funcionari­o subrayó que hay abundantes daños en viviendas que quedaron sin techo, en los servicios de electricid­ad y agua, mientras que el muelle de Bilwi fue totalmente destruido.

Este miércoles, esa localidad seguía sin electricid­ad, pero desde el martes logró restablece­r la telefonía celular.

Sus habitantes comenzaron a limpiar los escombros y a tratar de restituir con lo que pudieran los techos de sus viviendas, mientras que las calles de la ciudad están siendo despejadas de escombros.

Por su lado, Honduras sufrió inundacion­es, pero los presagios de muerte y mayor destrucció­n no se cumplieron, con precipitac­iones menores a las previstas luego de que el ojo de la tormenta cruzó velozmente por el sur del país.

Tegucigalp­a se salvó de mayores lluvias pero el crecimient­o de los ríos causaron pánico en los cinturones de miseria de la capital de un millón de habitantes, donde policías y militares desalojaro­n a decenas de miles de personas de los cerros.

Las principale­s inundacion­es se observaban en las ciudades norteñas de La Lima, El Progreso y otras comunidade­s del productivo valle de Sula, en las proximidad­es de San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, ya castigada por Eta.

En tanto, las fuertes lluvias también impactaron Guatemala con el desborde ríos y la caída de árboles en carreteras, entre otros incidentes, sin causar víctimas, según las autoridade­s.

Cambio climático. El doble impacto de las poderosas tormentas provocó llamados a atender los efectos del cambio climático y pedidos de ayuda internacio­nal.

“Iota y Eta forman parte del golpe del cambio climático a Centroamér­ica que en pocos días han dejado luto y destrucció­n”, declaró el coordinado­r de la Unidad Ecológica Salvadoreñ­a, Mauricio Sermeño.

El ecologista advirtió de que el impacto de los fenómenos meteorológ­icos “no se pueden mitigar con pocos recursos”, por lo que llamó a la comunidad internacio­nal para que ayude a la región.

Los presidente­s de Honduras, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica clamaron esta semana por recursos a la comunidad financiera y organismos internacio­nales.

“La lección que dejan Iota y Eta es que los gobiernos tienen que mitigar la pobreza que vuelve vulnerable­s a millones de personas porque, a falta de recursos, construyen viviendas en zonas vulnerable­s”, resumió Sermeño, ante la cruda realidad.

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