Mamá de Karla Villalobos le prohibía jugar fútbol
››la jugadora narra la lucha que libró para alcanzar sus sueños con el balón
Karla Villalobos es un símbolo del fútbol femenino costarricense. Sus más de 300 goles y su historial en Selección Nacional así lo dicen. Lo que no se sabe sobre esta futbolista es que estuvo a punto de no ser jugadora, porque su madre se oponía al fútbol.
Karla ama a su madre, Patricia Durán, sin embargo no esconde que aquella lucha que lidió en sus inicios fue de los momentos más complejos de su vida, porque con la inocencia de una niña ella no entendía cuál era el problema de jugar fútbol.
Hoy la historia es otra, pues su mamá se ha convertido en una fans más de Karla.
“Te admiro y te respeto, yo recuerdo que aquella época fue muy difícil para que los padres entendiéramos que las niñas podían jugar fútbol, pero vos luchaste y contra todo, hasta contra mí”, aseguró Patricia Durán, en el programa #LoQueNoSeSabe de La Nación.
Karla explicó que ella encontró en su hermano, Andrés Villalobos, el apoyo para luchar por el sueño que veía sumamente lejano.
“Fue complicado porque mi mamá no me apoyaba en lo de ser jugadora de fútbol; solo mi hermano me apoyaba. Al final lo del fútbol era algo que yo traía y luché con mi mamá hasta que me aceptó y, bueno, hoy estamos donde estamos”, comentó.
Villalobos añadió que ella siempre en Navidad y cumpleaños lo que pedía como regalo era un balón.
“Al final fue difícil, pero eso fue como una demostración de que uno puede alcanzar lo que uno quiere”, profundizó.
Peso. La jugadora del Sporting Femenino dio a conocer que otra gran lucha que libró y ganó fue con el sobrepeso, para tener un mejor rendimiento.
“Llegué a perder 25 kilos. Yo lo que quería era estar físicamente igual que todas y sabía que con el tiempo podía hacerlo. Yo me salí del fútbol como dos años y eso me afectó, pero cuando me insistieron en que volviera a jugar, pues yo eso lo agradezco, porque me hizo buscar nuevamente estar bien físicamente”, explicó.
La vida también puso a prueba a Karla cuando se alejó del deporte y empezó a tener una relación muy cercana con la vida nocturna.
“Aprendí a no dejarme caer ante adversidades. He caído muchas veces y a como me he caído me he levantado. Cuando tomé la decisión de salir a fiestas, no me da miedo decirlo, fui casi alcohólica y salí de eso. Yo caigo pero sé levantarme”, mencionó orgullosa.