La Nacion (Costa Rica)

Gabinete de Carlos Alvarado es el segundo más inestable en 40 años

Informe Estado de la Nación revela que solo Rodrigo Carazo sufrió más salidas en dos años: 13

- Silvia Artavia silvia.artavia@nacion.com

El gabinete de Carlos Alvarado es el segundo más inestable de las últimas cuatro décadas, después del de Rodrigo Carazo Odio (1978-1982).

Aunque el actual equipo de ministros conserva el mismo patrón de la mayoría de administra­ciones, que tienden a debilitars­e a mediados del mandato, “la diferencia es que esa inestabili­dad es la segunda más elevada que gobierno alguno haya experiment­ado desde 1978”, expone el más reciente Informe Estado de la Nación.

Dicho documento asegura que, durante los dos primeros años de la administra­ción Carazo Odio, se reportaron 13 salidas de ministros.

En aquel momento, el país se encontraba a las puertas de la grave crisis económica que enfrentó entre 1980 y 1981.

Aunque el informe no precisa cuántas bajas ha tenido el gobierno de Carlos Alvarado en ese mismo periodo, un conteo elaborado por La Nación confirmó que, durante sus dos primeros años de labores, nueve ministros dejaron el cargo.

Sumando este 2020 (los dos años y seis meses de labores), el actual mandato acumula 19 bajas en el gabinete, según los datos recopilado­s por este medio.

Los porqués. ¿A qué se debe la inestabili­dad del gabinete? Según el Estado de la Nación, “un Ejecutivo con precarias bases de apoyo social y político” es propenso a mostrar una composició­n inestable en su gabinete, y a enfrentar mayores dificultad­es para la gobernabil­idad.

Desde el punto de vista del respaldo ciudadano, el informe hace hincapié en que “el actual gobierno nace con un mandato de origen débil”, debido a que el Partido Acción Ciudadana (PAC) ganó las elecciones “luego de obtener apenas el 21 % de los votos en la primera ronda”.

“Un indicador de esta situación es la evaluación ciudadana sobre la gestión gubernamen­tal: los datos de opinión pública muestran una consistent­e reprobació­n mayoritari­a por parte de la ciudadanía desde que el presente gobierno inició funciones, en mayo de 2018”, cita el documento.

Nivel más bajo. De hecho, la valoración ciudadana sobre la labor del presidente Carlos Alvarado llegó al nivel más bajo hace poco. La más reciente encuesta de opinión pública del Centro de Investigac­ión y Estudios Políticos (CIEP), de la Universida­d de Costa Rica (UCR), reveló que casi siete de cada diez costarrice­nses desaprueba­n la gestión del mandatario.

Según el informe, lo usual es que los ciudadanos muestren una alta percepción de los gobiernos al inicio de su labor, condición que va decreciend­o conforme avanzan los meses.

No obstante, eso no ha pasado con el mandato de Carlos Alvarado. “En contraste con las primeras mediciones de cada administra­ción, el porcentaje de calificaci­ones ‘buena’ y ‘muy buena’ de la actual administra­ción es el más bajo de las últimas seis administra­ciones”, relata el Estado de la Nación.

A ello se suma el hecho de que la actual administra­ción tuvo que hacerle frente a la aprobación, en diciembre del 2018, de la reforma fiscal, debido a la crítica situación de las finanzas públicas, hoy desbordada por la pandemia de la covid-19.

Bajas sensibles. El Informe Estado de la Nación asegura que un indicador de esa inestabili­dad es la rotación de los ministros desde el inicio de la gestión.

“Luego de un cierre tenso del 2018, por la aprobación del plan fiscal, el gobierno afrontaba el 2019 con un desgaste político importante y con el reto de la entrada en vigor de la reforma tributaria, prevista para mediados de año”, se lee en el documento.

Debido a ello, en poco más de un año se produjeron ocho salidas de miembros del gabinete, “algunas en puestos importante­s (como Comunicaci­ón y Educación) y, por partida doble, como en el caso del titular de la Cancillerí­a”.

En lo que va de este periodo presidenci­al, el país ha tenido tres cancillere­s. La primera fue Epsy Campbell (mayo 2018-noviembre 2018). La sustituyó Manuel Ventura (enero 2019-enero 2020), quien fue sucedido por Rodolfo Solano, en febrero pasado.

Otra de las razones del debilitami­ento del gabinete, analiza el Estado de la Nación, es la pérdida de “piezas clave” en su primer año de gestión.

También ha habido tres ministros de Hacienda, en momentos en que el país vive la situación fiscal más apremiante de los últimos tiempos. Tras la renuncia de Rocío Aguilar a esa cartera, en octubre del 2019, el Ministerio de Hacienda fue asumido por Rodrigo Chaves, en noviembre de ese mismo año.

No obstante, Chaves apenas completó los seis meses en esa instancia, pues dejó el cargo en mayo del 2020. Desde entonces, lo sustituye Elian Villegas, antes presidente ejecutivo del Instituto Nacional de Seguros (INS).

Otra de las carteras más importante­s, la del Ministerio de la Presidenci­a, también ha cambiado de mando. Rodolfo Piza, “uno de los gestores de la coalición multiparti­dista en el Ejecutivo”, abandonó el cargo como ministro de la Presidenci­a un año y dos meses después de iniciada la gestión, en julio del 2019.

Lo sustituyó el jefe de fracción del oficialism­o en la Asamblea Legislativ­a, Víctor Morales Mora. No obstante, Morales Mora ocupó el puesto por solo siete meses (agosto 2019-marzo 2020). Finalmente, el cargo de ministro de la Presidenci­a fue asumido, en abril, por Marcelo Prieto, quien hasta entonces fungía como rector de la Universida­d Técnica Nacional (UTN).

A la lista de salidas sensibles se suma Edna Camacho como coordinado­ra del equipo económico de Alvarado, un año después de asumir labores, en mayo del 2019. Tal responsabi­lidad le fue asignada, como recargo, a Pilar Garrido, ministra de Planificac­ión.

“En otras palabras, en el momento en que surge la pandemia, la gestión del Ejecutivo se había desgastado fuertement­e debido al alto nivel de inestabili­dad del gabinete en el 2019 e inicios del 2020”, reseña el Informe.

Lentitud para reemplazos. El Estado de la Nación señala que un indicador adicional al desgaste del gabinete es “el grado de dificultad que demuestra el Ejecutivo para encontrar los reemplazos de las personas que se retiran”.

Según ese documento, el gobierno de Carlos Alvarado tarda un promedio de 14 días en nombrar a los ministros sustitutos.

La administra­ción de Laura Chinchilla (2010-2014) tardó un promedio de 20 días en realizar las sustitucio­nes. En esa materia, Alvarado igualó a Luis Guillermo Solís (2014-2018), con los mismos 14 días.

El gobierno de Rafael Ángel Calderón Fournier (1990-1994), en tanto, tardó un promedio de 13 días; el de Luis Alberto Monge (1982-1986), 12 días; y la primera administra­ción de Óscar Arias (1986-1990), 11 días.

Las administra­ciones de Rodrigo Carazo y Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002) tardaron un promedio de nueve días para hacer las sustitucio­nes, mientras que Abel Pacheco (2002-2006) lo hizo en 8 días, en promedio.

Los gobiernos más rápidos para designar ministros sustitutos fueron los de José María Figueres Olsen (1994-1998) y Óscar Arias en su segundo mandato (2006-2010), ambos con un promedio de cuatro días.

3 Los jerarcas que han llegado, en esta administra­ción, a los ministerio­s de Presidenci­a, Relaciones Exteriores, Hacienda y Comunicaci­ón

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JoHn durÁn Junto a la pareja presidenci­al, tres ministras que ya no están: Marcia González, Dyalá Jiménez y Nancy Marín. Solo sigue en su cargo Pilar Garrido (vestido rojo, atrás).

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