Descarbonizar economía dejaría beneficios por $41.000 millones
De ejecutarse en forma adecuada, el Plan Nacional de Descarbonización dejaría beneficios por $41.000 millones en los próximos 30 años, incluso luego de millonarias inversiones para modernizar y electrificar el transporte, ajustar prácticas agrícolas y ganaderas, así como restaurar ecosistemas clave.
Esta es una de las conclusiones del estudio Costos y beneficios de la descarbonización de la economía de Costa Rica, divulgado este martes en un seminario virtual.
Si se concretara el plan, Costa Rica llegaría al año 2050 con emisiones de gases de efecto invernadero tan pequeñas que sus bosques podrían compensarlas del todo.
Alcanzaría, así, un estado de “cero emisiones netas”, compromiso que Costa Rica y otros 54 países asumieron cuando firmaron, en diciembre del 2015, el llamado Acuerdo de París para combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos.
En el seminario virtual participaron el presidente Carlos Alvarado; los representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Verónica Zavala y José Ramón Gómez; la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza, y el director de Ambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Rodolfo Lacy.
El análisis presentado lo elaboraron el BID, la Corporación RAND, la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).
El documento sí aclara que la descarbonización de la economía requiere gastos por $37.000 millones y que existe “una gran incertidumbre en torno a estas estimaciones”.
No obstante, asegura que en la gran mayoría de supuestos aceptables para las próximas tres décadas, el plan alcanzaría o casi alcanzaría sus metas de bajar las emisiones y dejaría beneficios económicos netos.
¿Cómo? Con ahorro, pero también con generación de ingreso a partir de “negocios verdes”.
Actividades clave. Según la investigación, hay dos sectores primordiales que serían los pilares de “una correcta implementación”: el transporte público y privado, y el uso de la tierra en zonas rurales, en actividades de ganadería, agricultura y bosques.
Lo anterior, porque ambos pilares combinan los más grandes beneficios económicos previstos, con la mayor reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En el caso de territorios rurales, el plan aportaría rendimientos netos descontados por casi $22.000 millones, resultantes de mejoras en prácticas agrícolas, y en la gestión de pastizales y estiércol en ganadería, así como por servicios ambientales que brindan los bosques; por ejemplo, apoyo al turismo.
En este apartado se prevén gastos de mantenimiento y aumento de bosques, además de restauración y protección de zonas costeras y rurales.
En cuanto al transporte público y privado, en zonas urbanas se prevén ahorros de energía en caso de electrificarse el desplazamiento de personas, debido a una reducción prevista de accidentes, más competitividad por un mejor uso del tiempo –al eliminarse las presas vehiculares– y menos gasto en salud por la contaminación del aire.
Todo eso, dice el estudio, aportaría unos $19.000 millones en beneficios.