Congreso de Guatemala anula polémico plan de gastos para aplacar crisis
CIUDAD DE GUATEMALA. AFP. El Congreso de Guatemala anuló en definitiva, la noche del miércoles, el polémico presupuesto 2021 para intentar apagar la crisis que amenaza la presidencia de Alejandro Giammattei, con apenas 10 meses en el poder, mientras las convocatorias para exigir su renuncia se reavivan.
Tras intensas manifestaciones, que incluyeron la quema de algunas oficinas en la sede del Parlamento el sábado, ahora el gobierno deberá reformular el vigente del 2020 para que continúe el próximo año.
El presupuesto anulado fue criticado por no priorizar la lucha contra la pobreza, en un país con más de la mitad de sus 17 millones de habitantes en esa condición.
Aunque las manifestaciones amainaron, un grupo de la universidad estatal San Carlos y de otras privadas protestó en las afueras del Centro Cultural de la capital para exigir la renuncia de los diputados e insistir en la salida del mandatario. Las convocatorias para manifestarse este fin de semana se comparten en redes sociales desde hace un par de días.
Según Mario Polanco, director del humanitario Grupo de Apoyo Mutuo, el descontento hacia el gobernante “sigue latente porque el desprestigio va en aumento, independientemente de si hay o no protestas”.
Polanco dijo que los primeros signos de un mal gobierno fueron la corrupción para atender la pandemia por el nuevo coronavirus y el endeudamiento de más de $3.000 millones para afrontar la crisis sanitaria.
Proyecto de la discordia. Sin sede oficial para sesionar debido al incendio, el Parlamento unicameral, de mayoría oficialista, se trasladó momentáneamente al Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, en la capital, informó el presidente del Legislativo, el oficialista Allan Rodríguez.
Tras una plenaria a ratos crispada, el decreto del presupuesto fue anulado y archivado con el aval de 121 votos y 24 en contra. También quedaron sin efecto dos créditos por $594 millones y $20 millones para financiar el gasto.
El decreto del plan de gastos para el 2021 había sido suspendido el lunes, cuando el Congreso decidió no enviar la ley al presidente para que la sancionara o vetara.
El monto del presupuesto anulado era el más alto en la historia del país, de cerca $12.800 millones, mientras que el que seguirá este año es de $10.390 millones. Sobre este último, la ley sí permite hacer reformas.
Ahora los parlamentarios esperan una nueva propuesta del Ejecutivo, que en la víspera inició un diálogo con diferentes sectores para modificar el plan de gastos vigente.
Para la oposición, el Parlamento cayó en una violación a las leyes porque quien debe vetar el proyecto es el propio presidente, ya que así lo indica la Constitución.
“Si de verdad queremos corregir el rumbo, porque esto fue un grave error, ahora el camino correcto es que respetemos lo que está en la Constitución, que sea enviado al Ejecutivo y que sea vetado por el presidente”, afirmó el diputado Walter Félix, jefe del bloque de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, exguerrilla izquierdista.
Al inicio de las sesiones de diálogo, Giammattei no se mostró favorable a vetar él mismo el plan rechazado. “El presupuesto 2021 es ventajoso para el país, les pido que lo revisen de forma integral”, aseguró, e insistió en que este tiene un menor nivel de endeudamiento.
Giammattei, un derechista curtido en la burocracia estatal y conocido como un hombre temperamental, pidió a sus críticos respetar la institucionalidad del país y “no hacer alharaca de lo que no hay”.