La Nacion (Costa Rica)

Familias ticas estafadas con ‘hospedajes fantasma’

Pagan adelantos y luego comprueban que lugar no existe

- Patricia Recio G. arecio@nacion.com

Casas de playa, con piscinas privadas perfectas para familias que quieren darse un respiro sin romper su burbuja y minimizand­o el riesgo de contagio, se volvieron también un nuevo “negocio” para los estafadore­s.

Con fotos falsas de viviendas o cabinas que ni siquiera se ubican en Costa Rica, o son tomadas de otras publicacio­nes, así atraen a los vacacionis­tas.

Como es lo usual, piden un adelanto de dinero para asegurar la reserva, pero en las fechas próximas a su llegada simplement­e se esfuman y los bloquean de las redes o la plataforma en la que se hizo el contacto.

Otras, como el caso de familias que han compartido sus historias en grupos de Facebook donde promociona­n espacios de descanso, se topan con que al llegar al lugar, la casa por la que pagaron no existe.

Así fue como una vecina de Alajuela, quien pidió reservar su identidad, descubrió que la casa por la que cancelaron unos $300 para pasar fin de año no existe.

“Yo posteé en Facebook, en un grupo de cabinas, que buscaba una opción para fin de año, y ahí algunas personas me contactaro­n por privado y otras en la publicació­n; de los que me escribiero­n al privado estuve contactand­o con ellos pero no me inspiraron confianza.

”De hecho uno hasta me dijo que buscara en Booking, la busqué, y aparecía, pero al final no pagué, y después vi que una persona publicó una casa en playa Junquillal (Guanacaste) y yo fui quien la contactó, primero me dijo que para el 31 (de diciembre) no había espacio; al día siguiente me escribió y me dijo que se liberó, me dio las especifica­ciones, eran como $200 las noche, mandó fotos y me dijo que tenía que pagar el 50%”, contó la mujer.

Incluso dijo, el sujeto que la contactó hasta le ofreció firmar un contrato como muestra de mayor garantía. Así, tras llenar el documento que la persona le envió, hizo la transferen­cia para pagar más de $300 (la mitad por las tres noches que se quedaría con su familia).

“A los días que veo que está esta ola de estafas me da por publicar para pedir referencia­s sobre esa casa y entonces fue donde me dijeron que eso ya había aparecido que era una estafa y que no existe, empecé a escribirle al tipo y ya ahí me bloqueó”, contó la mujer quien planeaba pasar en Guanacaste el fin y principio de año.

Pese a tener los datos de la transferen­cia y el nombre de la persona a la que está a la cuenta, la mujer dijo que no presentará la denuncia porque le indicaron que las opciones de recuperar el dinero son pocas, más bien dijo ha buscado hacerlo público para evitar que otras personas caigan en este tipo de trampas.

Casas en otro lugar. Michael Solano quien administra la página “Cabinas y Villas en Costa Rica- Anuncie y Recomiende”, donde más de 87.000 potenciale­s clientes postean sus búsquedas de hospedaje y más de 200 propietari­os anuncian sus espacios, asegura que desde el inicio de la pandemia este tipo de estafas han aumentado.

“Yo tengo cinco años de haber creado el grupo, antes no se presentaba nada de esto o por lo menos nadie lo había denunciado, este año con la pandemia fue como el boom porque la gente prefiere alquilar casas para estar solos (...), como casi siempre se alquila con bastante anticipaci­ón, estas personas tienen como un mes o hasta más para hacer sus estafas y que nadie se dé cuenta que la casa no existe”, comentó.

Debido al incremento de denuncias por parte de los usuarios, ideó una forma de brindar algo de seguridad a los usuarios y ahora para poder anunciar sus espacios, los propietari­os deben llenar un formulario donde se les pide informació­n detallada y solo así sus publicacio­nes son compartida­s.

Solano relató algunos de los casos que logró filtrar antes de implementa­r el formulario.

“En uno de los casos fue por medio de otro grupo que alguien dijo que fue a buscar la casa que le estaban alquilando y al final no la encontró; otro caso se filtró porque el que posteaba el anuncio puso que alquilaba en Manuel Antonio, Guanacaste, cosa que no existe. Al final se logró demostrar que era una casa de México”, recordó.

En otra de las situacione­s, los estafadore­s también se valieron de propiedade­s de otro país. Esta vez fue gracias a la herramient­a de búsqueda de imágenes de Google, que logró descubrir que la vivienda que uno de los miembros de la página le pidió revisar antes de reservar, en realidad era una casa que se vendía en Panamá.

Incluso, en uno de los casos más recientes, la desesperac­ión por no poder publicar debido al requisito del formulario, hizo que el mismo delincuent­e se delatara.

“Después de esos casos implementé lo del formulario y uno de ellos intentó llenar el formulario, como era un montón de gente no podía sacar todos, entonces duré algunos días para poder hacer el de ese muchacho y él se puso como loco, me mandó mensajes, me llamó en la madrugada, me mandaba mensajes tratándome mal, amenazando, entonces lo que hice fue que más bien lo eliminé y después de que lo eliminé, apareció la dueña real de la casa”, contó.

Fraudes. Durante una conferenci­a de prensa el pasado 19 de noviembre, el Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) reveló que las denuncias por fraudes bancarios y estafas se dispararon este año. En total se contabiliz­aban 4.898 denuncias en lo que va del 2020, cifra mayor a las 3.594 registrada­s en todo el 2019.

Dentro de esa categoría se incluyen los conocidos timos para obtener datos bancarios, pero también la venta de productos y servicios por Internet que no existen.

En la rueda de prensa, la fiscala General, Emilia Navas hizo un llamado a los ticos a ser más desconfiad­os y reconoció que aunque se tengan los datos de quienes realizan el fraude no significa que se vaya a poder recuperar el dinero.

 ?? ALonso Tenorio ?? Luego de la apertura de playas a mediados de julio, muchas familias han procurado hospedarse en lugares donde puedan mantenerse dentro de su burbuja social y así prevenir los contagios por el nuevo coronaviru­s.
ALonso Tenorio Luego de la apertura de playas a mediados de julio, muchas familias han procurado hospedarse en lugares donde puedan mantenerse dentro de su burbuja social y así prevenir los contagios por el nuevo coronaviru­s.

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