América Latina podría afrontar la mayor desigualdad en décadas
››región retrocederá 14 años en los niveles de pobreza al finalizar este año
BOGOTÁ. EL TIEMPO/GDA. América Latina y el Caribe sigue siendo la región más desigual del planeta. Según cifras del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), siete de los 20 países más desiguales del mundo se encuentran en este territorio.
Superar la desigualdad no solo implica disminuir las brechas en el acceso al ingreso que tienen las diferentes poblaciones de un país, también cuenta el acceso a la salud, la educación y a una vivienda digna.
Si bien se debe reconocer que la adopción de políticas sociales y económicas ha contribuido a mejorar estos índices, ha habido un estancamiento desde principio de siglo, al que se sumó el impacto de la covid-19.
Para Luis Felipe López Calva, subsecretario general de Naciones Unidas (ONU) y director regional para América Latina y el Caribe, el análisis debe hacerse desde una perspectiva histórica.
“La historia de Latinoamérica y el Caribe es, lamentablemente, de desigualdad desde su inicio en la Colonia y la independencia, porque se dio en un contexto de desigualdad de poderes, de distribución de activos, de tierras”, explicó el director.
Además, de manera persistente, estas desigualdades se han mantenido con el tiempo; por dar un ejemplo, en la región, el 10 % más rico captura el 54% de los ingresos nacionales de cada país, indicador que se convierte en una de las principales razones de la desigualdad.
Aunque desde el 2003 hasta 2008, 72 millones de personas ingresaron a la clase media (la pobreza se redujo casi a la mitad), no todos los que salieron de la pobreza alcanzaron seguridad económica, y como resultado uno de cada tres latinoamericanos es vulnerable a caer en la pobreza.
“Somos una región de ingreso medio, pero no hemos podido consolidar naciones de clase media”, enfatizó López. Como si fuera poco, la sorpresiva pandemia va a aumentar las desigualdades.
Por ejemplo, parte del problema está en la educación si se tiene en cuenta que en América Latina, menos del 30% de los estudiantes más vulnerables de secundaria tienen acceso a una computadora en el hogar. Precisamente en la educación se encuentra la base para poder tener empleos formales.
En ese sentido, en tiempos de covid-19, la mayoría de los trabajos que se pueden desarrollar desde la casa requieren cierto nivel de formación. Por ello, quienes no tienen acceso a la conectividad y a la educación podrían quedar a expensas de la informalidad.
Precisamente, según datos del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) y del PNUD, en la mayoría de los países de la región más del 70% de los trabajadores que están en el quintil más pobre (Q1) trabajan en el sector informal.
De acuerdo con António Guterres, secretario general de la ONU, el Informe de políticas sobre el impacto en América Latina y el Caribe prevé la mayor contracción económica de la región en un siglo.
“NUESTRA REGIÓN TIENE MUCHA DESIGUALDAD, HISTÓRICAMENTE HA SIDO ASÍ. SOMOS UNA REGIÓN DE INGRESO MEDIO, PERO NO HEMOS PODIDO CONSOLIDAR NACIONES DE CLASE MEDIA”. Luis F. López Calva subsecretario general de la onu
Aunque se esperaba que la tasa de pobreza de las mujeres disminuyera en un 2,7% entre el 2019 y 2021, las proyecciones apuntan a lo contrario: un aumento del 9,1%.
A esto se suma que con la pandemia, las labores de cuidado, que por años han hecho las mujeres de la región, se triplicaron, lo cual provoca que tengan que abandonar sus trabajos o dedicarse a actividades informales.
Según ONU Mujeres, la covid-19 ha hecho que la participación femenina en el mercado laboral esté volviendo a niveles de hace más de una década, sumado a que las mujeres están sobrerrepresentadas en el sector informal en todos los países de la región.
Además, como si fuera poco, según datos del PNUD, en los países de la región hubo un aumento de entre el 20% y el 50% en las llamadas a las líneas de ayuda por violencia de género durante la pandemia.
Estas no son las únicas brechas en el ámbito de la desigualdad de género, la pobreza también afectará más a las mujeres; para el 2021, por cada 100 hombres jóvenes que vivan en pobreza extrema habrá 118 mujeres en esta condición.
En contraste, América Latina y el Caribe ostentan la tierra con mayor biodiversidad, riqueza hídrica, cultural, gastronómica y turística, entre otros aspectos.
Esos activos y la fortaleza de los habitantes de los países serán ese escudo que les permitirá sortear desafíos como el de la pobreza.
Así, la tasa de pobreza podría subir hasta un 7%, lo que haría que el 37,2% de la población de la región, 230 millones de personas, quedara en esta situación, que es uno de los desenlaces de la crisis del mercado laboral.
Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indican que el cierre de 2,7 millones de empresas formales terminó en la pérdida de 8,5 millones de empleos en la región.
“Los jóvenes son creativos e innovadores, y tienen la capacidad de imaginar soluciones diferentes a problemas que la región tiene de tiempo atrás”, concluyó David Gereda, director de One Young World.