La Nacion (Costa Rica)

Fiscalía investiga tráfico de influencia­s en compras de mascarilla­s y respirador­es

››delitos investigad­os se castigan con penas de prisión de entre dos y ocho años

- Diego Bosque diego.bosque@nacion.com

¿Qué delitos investiga el Ministerio Público en los casos relacionad­os con compras de emergencia en la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) durante la pandemia?

Ante una consulta de La Nación, la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparen­cia y Anticorrup­ción comunicó que investiga los presuntos delitos de influencia contra la Hacienda Pública y tráfico de influencia­s en dos causas abiertas por supuestas anomalías, en contrataci­ones directas, para el suministro de mascarilla­s y respirador­es filtrantes de partículas del tipo KN-95.

Esos dispositiv­os son vitales para proteger la vida del personal que labora en clínicas y hospitales en la atención de pacientes con el nuevo coronaviru­s.

La primera investigac­ión fue abierta en agosto y se tramita bajo el expediente 20-000122-1218-PE. Se inició tras una publicació­n de La Nación, en la que se dio a conocer la adjudicaci­ón de 12 millones de mascarilla­s por $4 millones a dos proveedore­s inexpertos en el campo: MR Comunicaci­ones Políticas, empresa de la periodista española Miren Martínez Ruiz, y el contador público costarrice­nse David Landergren Castro.

Los dos contratist­as, sin experienci­a en venta y distribuci­ón de equipo de protección personal, se inscribier­on como proveedore­s ante la CCSS al inicio de la pandemia y recibieron millonario­s contratos pocas semanas después.

La segunda pesquisa fue abierta en setiembre en el expediente 20-000175-1218-PE, luego de que un informe de Auditoría Interna revelara presuntas irregulari­dades en la compra de 570.000 respirador­es KN-95 a Martínez Ruiz por $1,3 millones.

La Fiscalía indicó que, por ahora, estos asuntos se tramitan contra ignorado, es decir, no hay imputados individual­izados.

“Ambas causas penales se encuentran en la etapa de recolecció­n y análisis de prueba, fase del proceso penal que es privada para personas ajenas, según lo establece el artículo 295 del Código Procesal Penal, por lo que no es posible brindar ningún otro detalle”, dijo la Fiscalía vía correo electrónic­o.

La Ley contra la Corrupción y el Enriquecim­iento Ilícito en la Función Pública castiga el tráfico de influencia­s con prisión de dos a cinco años. Entretanto, la influencia contra la Hacienda Pública se sanciona con cárcel de dos a ocho años.

En paralelo, la CCSS mantiene abiertos procesos administra­tivos para sancionar a los proveedore­s involucrad­os. Tales gestiones pueden concluir en multas económicas o en la inhabilita­ción para venderle a la entidad por varios años.

La CCSS también desarrolla dos procesos disciplina­rios contra funcionari­os ligados a estos casos.

Las mascarilla­s. Con respecto a la adjudicaci­ón de las 12 millones de tapabocas, la empresa de Martínez nunca entregó ni uno sola de los 5 millones requeridos y, en el caso del contador, entregó con varios meses de atraso los 7 millones de cubrebocas encargados.

De los $4 millones presupuest­ados para las mascarilla­s, $1,9 millones se asignaron al contrato de la española y $2,1 millones, al contador.

Según el expediente de contrataci­ón 2020CD-000093, la compra se adjudicó a favor de

Martínez y Landergren el 27 de mayo, a pesar de que desde el 13 de mayo una comisión técnica descartó sus propuestas por incumplir con los requisitos técnicos.

Incluso presentaro­n certificad­os y documentos en “idioma oriental”, aunque las reglas decían que debían ser en español y con traduccion­es oficiales.

Bajo esas circunstan­cias, el 18 de mayo, cuando ya había cerrado el periodo de recepción, presentaro­n nuevas ofertas en las que persistier­on papeles sin traducir, y recibieron el aval técnico y las adjudicaci­ones, el 27 de mayo.

Martínez no presentó muestras de las mascarilla­s que pretendía venderle a la CCSS. Además, una certificac­ión en el expediente demuestra que Martínez estuvo morosa con el seguro social hasta el 25 de mayo y la adjudicaci­ón se oficializó el 27 de mayo.

En cuanto a Landergren, este entregó los tapabocas con varios meses de atraso, lo cual comprometi­ó el suministro de equipo de protección personal en centros médicos.

Laura Díaz y Joanna Quirós, dos funcionari­as de la CCSS, señalaron, días atrás, en audiencias de la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público, que Hans Vindas Céspedes, asesor de la Gerencia de Logística, intercedió para que se recibieran las ofertas de Landergren y Martínez de manera extemporán­ea.

Los respirador­es. Los 570.000 respirador­es filtrantes de partículas KN-95, encargados desde el 2 de abril a MR Comunicaci­ones Políticas, fueron cancelados por la CCSS, por adelantado, el 7 de mayo, sin que se verificara su calidad.

El pago de $1,3 millones se hizo por medio de una transferen­cia internacio­nal a una cuenta de la compañía Kai Gifts Inc. Dba Bazarkai, en el Citibank New Castle, en Delaware,

Estados Unidos. Esa firma es representa­da en Costa Rica por MR Comunicaci­ones Políticas.

La revisión técnica, un requisito fundamenta­l para hacer efectivo el pago, se hizo hasta el 13 de mayo, o sea seis días después del pago.

Hasta la semana pasada, Martínez Ruiz se encontraba fuera del país, según datos de la Dirección de Migración y Extranjerí­a. Salió el 21 de noviembre.

Además de pagar contra la normativa de la CCSS, la mercancía entregada por la periodista no cumplió con los requerimie­ntos de la entidad, pues son respirador­es de uso no médico; esa condición impidió su utilizació­n y los dispositiv­os permanecen embodegado­s en los almacenes centrales de la CCSS.

Mientras, la Gerencia Médica de la Caja solicitó, semanas atrás, reutilizar estos respirador­es hasta cinco veces.

La orden de pagar por adelantado fue dada por Luis Fernando Porras, gerente de Logística, y su asesor, Hans Vindas, suspendido­s desde agosto por las presuntas irregulari­dades.

La Caja mantiene procesos administra­tivos y judiciales para tratar de recuperar los $1,3 millones.

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FOtO SUMiNiStrA­dA POr ccSS Los respirador­es KN-95 suministra­dos por MR Comunicaci­ones Políticas tenían en la caja la indicación de “uso no médico”. La CCSS pagó $1,3 millones por 570.000 unidades a ese proveedor pese a que no cumplía con las especifica­ciones técnicas.
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COrtESÍA ASAMbLEA LEGiSLAtiV­A Miren Martínez Ruiz (izq.) compareció ante la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público semanas atrás.

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