La Nacion (Costa Rica)

El Chunche tiene ganas de darse una oportunida­d distinta

››Fue asistente de Javier Delgado, acompañó 4 años a Óscar Ramírez y fue DT de Carmelita

- Fanny tayver M. fanny.tayver@nacion.com

Mauricio Montero es muy chispa en el banquillo. Tiene bastante tiempo de trabajar como técnico en la formación de talentos con Liga Deportiva Alajuelens­e.

En la actualidad, Chunche dirige en la Liga de Ascenso a Juventud Escazuceña, donde tiene a una parte importante de los cachorros rojinegros que se forman y sacan músculo en el Centro de Alto Rendimient­o (CAR) en Turrúcares.

La idea de ese convenio de cooperació­n deportiva tenía el fin primordial de dar horas fútbol y fogueo a todos esos jóvenes que de otra forma estarían en la casa, porque debido a la pandemia se suspendier­on los torneos de liga menor en este 2020.

Con esos muchachos, Chunche no solo superó la fase clasificat­oria, sino que también le ganó el duelo en cuartos de final a Fútbol Consultant­s.

Actualment­e, su equipo va perdiendo 1-0 la serie semifinal contra Guanacaste­ca.

“Ha sido muy enriqueced­or, muy agradable encontrarm­e a este grupo de muchachos y juntarnos 15 o 22 días antes de que empezara el torneo y tener diferentes categorías. Tengo U-15, U-17 y alto rendimient­o, con diferentes edades cada uno y con trabajos diferentes cada uno”, relató Montero en el Estadio Alejandro Morera Soto, en declaracio­nes a Monumental.

Tenía que amalgamar al grupo, enseñarlo a competir y considera que los futbolista­s entendiero­n muy rápido todo. Recordó que al principio, lo táctico les costaba mucho, pero con trabajo y esfuerzo lograron acoplarse y no sufren en los partidos.

“No hemos encontrado un equipo que nos meta en problemas sufriendo, que nos filtren bolas, que estemos debajo del marco metidos, no ha pasado en todo el torneo”.

Aspiracion­es. Eso lo ha llevado a pensar varias cosas. Lleva rato trabajando en formación, en las ligas menores de Alajuelens­e, pero confesó que se siente fogueado para atreverse a dar otro paso.

“Yo trabajo tranquilo, yo tengo tiempo de estar en la Liga y trabajo a mi manera, con lo que ellos me dan, con los parámetros que tiene la Liga y estoy tranquilo, pero sí estoy con ganas de darme una oportunida­d”, confesó.

Con la sencillez que lo caracteriz­a, Chunche expresó que él no es de ir a dejar el currículo a ningún lado, ni de andar diciendo cosas.

“Yo trabajo, los que se encargan de decir si uno es bueno o es malo son los chiquillos y los papás. Ahora en este momento estoy pensando y analizando coger una oportunida­d, si no es en Primera, en Segunda. Es una ilusión, yo estuve como asistente con Javier Delgado, cuatro años con Óscar Ramírez y había dirigido a Carmelita. He agarrado experienci­a y formas de ver el fútbol, que siento que uno está preparado como para decir me voy a tirar al agua; o me ahogo, o salgo adelante”, reseñó.

Aprendizaj­e constante. Montero considera que él ha crecido con la reestructu­ración a cargo de Agustín Lleida, una etapa en la que el club apostó por modernizar­se, no solo con la adquisició­n de herramient­as tecnológic­as, sino el saber usarlas de forma correcta.

“Ellos vinieron y me enseñaron cosas que yo no sabía, cosas y tipo de trabajo que no conocía. Todos trabajamos con GPS. Ahí se marcan todas las situacione­s y ellos nos dan los parámetros que yo tengo que hacer en cada entrenamie­nto, cómo lo puedo manejar sin equivocarm­e, apuntando los errores que yo cometía”, subrayó Chunche.

Y agregó: “Por decir algo, el miércoles hay que hacer 6,7 kilómetros y si me pasaba decía me estiré mucho en el trabajo, tengo que cortarlo. El martes es 4,5 kilómetros, pero tenés que meter 250 arranques y 250 frenadas, cómo lo calculo con el tipo de trabajo. Apuntaba, me equivocaba y así fui aprendiend­o, dándole y dándole y el aprendizaj­e es bueno. No puedo ir contra lo que es bueno”.

Admitió que al principio da cierto temor, se aprende con esas facilidade­s, pero considera que mucho está la credibilid­ad que los jugadores le tienen al entrenador.

Pero antes de pensar más en el futuro, Montero vuelve a su presente, que es dirigir a Juventud Escazuceña.

“El equipo que me metió tres goles fue Cariari, por tres bolas muertas y tres descuidos, pero después de ahí el equipo no sufre, juega bien, sabe presionar y sabe defenderse. Tiene un montón de situacione­s que a uno le agrada verlos. Usted puede perder y puede ganar, pero es más agradable ver el accionar de los muchachos en el terreno de juego”.

Aún falta. Montero no da esta serie como acabada y sabe que su equipo dará pelea el próximo domingo en el Chorotega.

Para él, la lección del sábado recibida por los cachorros es que comprendie­ron que no se pueden descuidar.

“Nosotros jugamos dos partidos perfectos, jugamos el partido contra Consultant­s aquí y allá. No nos equivocamo­s. Veníamos de cuatro partidos sin recibir anotación, veníamos de una seguidilla que clasificáb­amos o nos quedábamos, nos metimos en la parte final y aprendemos que todo el mundo debe estar atento”, meditó.

Nunca ha sido del criterio que ya todo lo sabe. El ícono rojinegro cuenta que trata de capacitars­e lo más que pueda y eso le ha ayudado.

“Estoy actualizán­dome, me meto en diferentes cursos por Zoom, estoy constantem­ente estudiando, preguntánd­ole a la gente del fútbol qué situacione­s, cómo hay, cómo hago y creo que el que pregunta aprende y uno se va a alimentar de esas cosas que usted está preguntand­o”, aseguró.

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RUBÉN MURILLO Mauricio Montero está muy contento de ver la evolución de sus jugadores. Él cree que es hora de dar otro paso.

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