La Nacion (Costa Rica)

Real Estelí llenó de nervios a Alajuelens­e

Manudos clasifican a Liga de Campeones de Concacaf con agónica victoria de 2-1

- Fanny Tayver M. fanny.tayver@nacion.com

En todos estos años, a Alajuelens­e se le había perdido la brújula para llegar al torneo que reúne a los mejores equipos de la región.

Los rojinegros tenían extraviada la dirección para llegar a la Liga de Campeones de Concacaf, una competenci­a a la que, la última vez que accedieron, tenían a Óscar Ramírez en el banquillo.

Pero de nuevo están ahí, en ese torneo del que la Liga tiene tan buenos y gratos recuerdos, como la gesta conseguida con el mismo Macho, con la derrota al América en el Estadio Azteca, o aquella final que Alajuelens­e le ganó a la S en el 2004, un equipo del que Bryan Ruiz fue parte.

La Liga retomó el camino, esta vez con un Andrés Carevic que logró que el equipo volviera a competir internacio­nalmente. A los manudos les tocó avanzar desde la fase previa contra el Cibao, cuadro al que vencieron 3-0.

Después se impusieron 1-0 al San Francisco de Panamá y en cuartos de final de la Liga Concacaf derrotaron a un incómodo y muy trabajado Real Estelí, que llegó al Morera Soto con ganas de conseguir otra hazaña, luego de que eliminó a Herediano en el Estadio Nacional.

Alajuelens­e accedió a las semifinale­s de la Liga Concacaf, donde se medirá con el vencedor del pulso entre Olimpia y Motagua y, perfectame­nte, podría toparse con Saprissa en la final de este torneo.

Para avanzar, la magia del capitán iluminó al resto de sus compañeros. Bryan Ruiz fue determinan­te. El mediocentr­o ofensivo corrió, abrió espacios, hizo cambios de juego, unas de lujo como un taconazo, intentó asistir y fue quien le quitó los ceros al marcador.

Como lo había dicho, para él, la mejor forma de liderar es dar el ejemplo y en este partido, si él sudó la camisa rojinegra, ¿cómo no lo iban a hacer los demás?

El partido fue como lo esperaban en Alajuela: duro.

La Liga fue superior, pero eso no significab­a que no sufriera. Duelos como este son de concentrac­ión total, porque una falla, un despiste, una desconcent­ración, pueden traducirse en una ruleta rusa, con un contragolp­e.

El Real Estelí estaba metido atrás y, a diferencia de otros partidos en los que a Alajuelens­e le había costado pensar cuando esto pasaba, los manudos generaron mucho juego.

La conexión entre Bryan Ruiz y Alex López es clave. La pelota pasaba mucho por ellos y con un poco más de precisión en el ataque, el marcador pudo ser abultado.

Generó múltiples ocasiones de peligro, con llegadas buenas, pero que acababan con remates desviados de Facundo Zabala, Jurguens Montenegro, Álvaro Saborío, Alonso Martínez, Bryan Ruiz y Alex López.

La Liga lo intentaba y lo intentaba, pero también hacía lo suyo Juan Barrera, ese futbolista que muchas veces estuvo en la mira de Alajuelens­e y quien también ha dicho que una de sus ilusiones es jugar con los manudos.

Una de las virtudes de los manudos es que el equipo no se desesperó. No pensaban en aquello de que quien no los hace, los ve hacer.

Sin que cayeran los goles, el gran pecado de los erizos era desaprovec­har tantas ocasiones de gol.

López cobró un tiro libre, una ejecución medida al centro del área, que buscó Álvaro Saborío, pero que no iba hacia él, sino que fue un trazo exacto hacia Bryan Ruiz para que anotara de cabeza.

Con ese gol, el partido tenía un matiz diferente, pero el Real Estelí no se hacía menos.

Intentó sorprender con remates de media distancia, emulando un recurso que también buscó la Liga.

Leonel Moreira estuvo atento, como siempre, pero cuando cayó el gol no tenía nada más que hacer.

Fue una jugada rápida y hasta extraña. Barrera recibió un centro de Ayerdis que le ganó el pique a Zabala.

Los árbitros no pitaron una acción confusa, porque la toma televisiva no muestra con claridad si fue un manotazo de Barrera a Fernán Faerron, o si el jugador de 20 años se resbaló. La rápida acción siguió; Adolfo Machado no cortó el centro de Ayerdis y Barrera equiparó las cifras en el 43’.

Todo o nada. En el complement­o, se mostró a una Liga decidida a ir en busca de la victoria, pero un Real Estelí con ganas de otra “travesura”.

Bryan Ruiz marcaba el paso y el juego de los manudos, inclusive, sacó un remate muy fuerte de media distancia que estuvo tan cerca como una acción que había tenía en la primera parte.

El gol del gane rojinegro llevó la firma de Alonso Martínez. El exponente de la Isla de Chira tomó un rebote y no perdonó, luego de un intento fallido de Saborío tras un centro de Barlon Sequeira.

Los minutos finales fueron de tensión. Podía caer un tanto más de la Liga, o el empate de los pinoleros. No pasó ni una cosa, ni otra.

Después de tres minutos de reposición que aceleraron el corazón de más de uno, el partido se acabó.

Alajuelens­e avanza a las semifinale­s de la Liga Concacaf, pero también selló su pasaporte a la Liga de Campeones de Concacaf, un torneo en el que los erizos no decían presente desde hacía seis años.

 ?? PRENSA ALAJUELENS­E ?? Bryan Ruiz conecta un certero cabezazo para anotar el primer gol de Alajuelens­e ante el Real Estelí de Nicaragua, anoche en el Morera Soto. Los rojinegros pasaron más apuros de la cuenta para lograr la clasificac­ión.
PRENSA ALAJUELENS­E Bryan Ruiz conecta un certero cabezazo para anotar el primer gol de Alajuelens­e ante el Real Estelí de Nicaragua, anoche en el Morera Soto. Los rojinegros pasaron más apuros de la cuenta para lograr la clasificac­ión.
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PreNsA ldA Bryan Ruiz celebra su anotación con Álvaro Saborío. El capitán rojinegro fue el mejor hombre de la Liga. La gramilla híbrida del Morera estuvo impecable a pesar de que todo el día llovió.

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