La Nacion (Costa Rica)

Cierre de programa afectaría a 2.000 mujeres con cáncer

- Ángela Ávalos R. aavalos@nacion.com

Unas 2.000 mujeres con cáncer de mama quedarían “a ciegas” en los servicios de salud si se llega a cerrar un programa que, en los últimos diez años, ha apoyado a estas enfermas en su tránsito por seis hospitales públicos.

El contrato entre la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) y la Universida­d de Costa Rica (UCR), que da soporte al Proyecto Mujeres que Salvan Vidas, mejor conocido como programa de navegación, finaliza el 2 de marzo.

Hasta ahora, según afirma un grupo de mujeres, la Caja no les ha dicho qué va a pasar.

Este programa prácticame­nte lleva de la mano a aquellas enfermas de cáncer que necesitan una guía durante todo el proceso que enfrentan: desde las consultas con el médico especialis­ta y los exámenes diagnóstic­os hasta tratamient­os como cirugía, quimio y radioterap­ia.

Este modelo de navegación se desarrolla en los hospitales Nacional de las Mujeres, Calderón Guardia, San Juan de Dios, México, San Rafael de Alajuela y San Vicente de Paúl (Heredia).

En él trabajan diez profesiona­les en promoción de la salud, y una médica especialis­ta en Salud Pública y servicios de salud.

Cuenta, además, con la colaboraci­ón de ocho ONG y 81 navegadora­s, que son otras mujeres que han pasado por la enfermedad y comparten su experienci­a en el tránsito por los servicios de salud.

Debido a la pandemia, el programa se paralizó en setiembre y se retomó en diciembre.

“Nuestra principal preocupaci­ón son las pacientes y muchas otras que pudimos captar cuando volvimos a nuestras labores. Por la pandemia también se habían alejado de los hospitales, pero ya están volviendo y necesitan de nuestra ayuda y acompañami­ento”, dijo Marianela Salazar, coordinado­ra técnica del proyecto.

Desde que esta iniciativa echó a andar, tras un impasse por la pandemia, se han beneficiad­o más de 5.000 pacientes. Solo en enero, se brindó acompañami­ento a 2.472 mujeres.

“Las navegadora­s me ayudaron desde el primer día en

LAS NAVEGADORA­S ME AYUDARON DESDE EL PRIMER DÍA EN QUE RECIBÍ LA NOTICIA DEL CÁNCER. UNO SE SIENTE PERDIDO EN UN HOSPITAL TAN ENORME COMO EL MÉXICO, QUE ES EL QUE A MÍ ME CORRESPOND­E”. Mariela Bernal Vecina de Palmares

que recibí la noticia del cáncer. Uno se siente perdido en un hospital tan enorme como el México, que es el que a mí me correspond­e.

”Es mucho el apoyo emocional que recibimos. Ellas, por ejemplo, me ayudaron a que me hicieran una tomografía porque el proceso estaba lento y urgía”, contó Mariela Bernal de Tovar, vecina de Palmares, en Alajuela.

Para Gloria Gómez, de Puente Salas, en Heredia, el acompañami­ento fue fundamenta­l. Gómez ve a las navegadora­s como hermanas. Según dice, la apoyaron y motivaron a continuar con su proceso.

“Si no fuera por ellas, uno no tendría el apoyo que se necesita en esos hospitales tan grandes y quedaría perdido en medio del diagnóstic­o y los tratamient­os que se hacen difíciles de entender cuando uno recibe una noticia tan dura como el cáncer”, afirmó.

Servicios humanizado­s. A inicios de enero y tras consulta de este diario, José Pablo Villalobos Cascante, funcionari­o de la CCSS, confirmó por medio de la oficina de prensa de esa institució­n que el proyecto se implementó en el 2016, aunque dio sus primeros pasos en el 2011.

En ese entonces, se firmó un contrato para dar el servicio a los seis hospitales. Según explicó Villalobos, el contrato original fue por tres años (20162019).

“Durante ese periodo, se brindó atención a 4.603 pacientes con cáncer de mama y se realizaron 57.143 acompañami­entos por parte de las voluntaria­s navegadora­s del programa”, informó.

El funcionari­o confirmó en enero la extensión del contrato del 2 de diciembre al 2 de marzo, para dar continuida­d al modelo original.

“La justificac­ión obedece al impacto positivo que ha tenido el programa, que cuenta con sustento en los objetivos y estrategia­s institucio­nales y nacionales”, aseguró.

En aquel momento, reconoció el potencial de esta iniciativa que facilita a las pacientes un acercamien­to al sistema de salud más humanizado y menos biologista.

“La informació­n recolectad­a, que integra la vivencia desde la perspectiv­a de las pacientes en su proceso de enfermedad con los procesos asistencia­les sanitarios hospitalar­ios (estudios, tratamient­os, internamie­ntos y atenciones médicas), es compartida con los responsabl­es de la toma de decisiones para plantear soluciones y propiciar mejoras en los sistemas hospitalar­ios, minimizand­o barreras e inequidade­s.

”El proyecto tiene continuida­d en una modalidad de acompañami­ento virtual a las pacientes. Esto, debido a la Declarator­ia de Emergencia Institucio­nal por la pandemia de covid-19 y las medidas implementa­das para evitar la transmisió­n del virus en los hospitales”, expresó entonces.

La Nación solicitó a la CCSS actualizar el estado del contrato, informació­n que no había llegado al cierre de esta edición.

 ?? SHUTTERSTO­CK (Foto con fines ilustrativ­os). ?? Un grupo de 81 mujeres que ya fueron tratadas por cáncer ayuda de manera voluntaria a otras que están empezando en este proceso en los hospitales.
SHUTTERSTO­CK (Foto con fines ilustrativ­os). Un grupo de 81 mujeres que ya fueron tratadas por cáncer ayuda de manera voluntaria a otras que están empezando en este proceso en los hospitales.

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