Falta de oxígeno agrava el drama de los enfermos de coronavirus en Perú
LIMA. afP. Una porción del “pulmón del planeta”, la Amazonía, le pertenece a Perú, pero hay gente muriendo cada día en este país por falta de oxígeno.
En febrero, casi 200 personas por día han muerto en este país, cuatro veces más que en diciembre, con la segunda ola de la pandemia, y la escasez de oxígeno medicinal impide dar tratamiento a miles de enfermos.
“La mortalidad ha aumentado por la falta de oxígeno, por la falta de respuesta y los más frágiles son las mayores víctimas”, manifestó el médico Guillermo Contreras, jefe de Cuidados Intensivos de la Clínica Cayetano Heredia, en
Lima.
“El problema del oxígeno es a nivel de país”, dijo el médico Carlos Calampa, jefe de Salud de la región selvática de Loreto.
La escasez de oxígeno obliga a miles de peruanos a hacer fila hasta cuatro días para conseguir una recarga para un familiar enfermo.
En Perú, hay ahora casi 100.000 personas con covid-19, según cifras oficiales, de las cuales unas 15.000 están hospitalizadas, lo que tiene saturados los servicios de salud.
La demanda de oxígeno se elevó en 200%, según las autoridades, sin que aumentara la oferta.
“Hay una falta de oxígeno y mucha gente está falleciendo por eso”, confirmó el doctor Javier Gutiérrez, jefe del Colegio Médico en la región andina de Arequipa.
“El gobierno no ha podido solucionar el problema del oxígeno pese a verlo crítico en el 2020 (en la primera ola). No hizo los trámites necesarios para dotar de plantas de oxígeno en cantidad adecuada a sus hospitales, aunque se sabía que venía una segunda ola”, consideró.
Las autoridades prometieron que la situación mejorará con la llegada de oxígeno desde Chile. Los primeros dos camiones ingresaron este viernes a territorio peruano, según medios locales.
Este vital elemento no solo lo requieren pacientes con coronavirus hospitalizados, sino también decenas de miles que permanecen en sus hogares en todo Perú.
Fuera de los locales de venta de oxígeno, hay largas filas desde hace un mes, por lo que tienen vigilancia policial. Algunos clientes contaron que tardaron cuatro días para comprar una recarga, por lo que dormían en la calle.
Como proliferaron los revendedores, todos los negocios ahora exigen la receta médica y fotocopia del documento de identidad del paciente.
La parroquia San Marcos, en el distrito capitalino de San Juan de Lurigancho, abrió hace poco una planta productora con apoyo de la Municipalidad de Lima, y reparte gratuitamente a la población.