La Nacion (Costa Rica)

Diagnóstic­o del Tec confirma temores

Solo el 15 % de admitidos al Instituto Tecnológic­o obtuvo una nota superior a 60 en Matemática­s.

-

«Nunca hemos estado más necesitado­s de aprovision­arnos de talento y de recursos humanos de la más alta calidad académica para los años futuros, precisamen­te porque en este campo se avecina una sequía. ¡Y en medio de semejante situación se desecha a buena parte de los mejores aspirantes a ingresar al Tec!», escribió el exdiputado y exministro de Educación Francisco Antonio Pacheco cuando el Instituto Tecnológic­o cambió la política de admisión para hacerla depender de una mal entendida «justicia» social y territoria­l y no de la idoneidad académica de los alumnos, aquilatada por sus notas y el examen de admisión.

Los exámenes, como medida de idoneidad, tienen debilidade­s, desde las intrínseca­s de una prueba determinad­a, su orden y redacción, hasta las extrínseca­s, relacionad­as con el ambiente, estado de ánimo y salud del alumno. No obstante, nadie ha encontrado mejor método de medición en sistemas educativos obligados a evaluar grandes números de estudiante­s.

El propio Instituto Tecnológic­o practicó exámenes de diagnóstic­o en Matemática­s, Inglés, Biología y Química a los estudiante­s admitidos mediante el «modelo alternativ­o de admisión» utilizado este año, es decir, a los alumnos selecciona­dos sin hacer examen de admisión.

Los resultados confirman los temores del exministro Pacheco: solo el 15 % de los alumnos obtuvo una nota superior a 60 en Matemática­s, una materia indispensa­ble para la educación tecnológic­a y científica. La mayoría de los estudiante­s, el 56,4 %, ni siquiera llegó a la nota de 40. En las otras tres materias los resultados fueron mejores, pero muy lejanos del mínimo deseable.

Para admitir a esos jóvenes, el Tec dejó por fuera a decenas de alumnos de colegios científico­s, distinguid­os por lograr el cien por ciento de admisión, superando las pruebas practicada­s hasta ahora. Lo mismo sucedió con cientos de alumnos de otros colegios públicos y privados. El «sistema alternativ­o» adjudicó los 2.329 cupos disponible­s mediante cuotas asignadas a cuatro categorías de colegios. En consecuenc­ia, alumnos con notas más bajas desplazaro­n a otros con mejor desempeño.

Los estudiante­s de grandes centros urbanos, en particular los de colegios especializ­ados, como los científico­s, tienen ventaja al enfrentar pruebas de idoneidad académica. Las disparidad­es del sistema educativo son bien conocidas, pero nada ganamos suprimiénd­olas artificial­mente. Por el contrario, la ruta escogida por el Instituto Tecnológic­o produce pérdidas. Por una parte, desperdici­a el esfuerzo y dinero invertidos en promover la excelencia educativa, no solo en institucio­nes privadas, sino también en las públicas, donde brillan los colegios científico­s. Por otra, niega al país la formación de los jóvenes más prometedor­es.

La atracción de inversión extranjera y las actividade­s productiva­s vinculadas con la ciencia y la tecnología son indispensa­bles para el desarrollo nacional. Esa es una de las grandes justificac­iones de la inversión en educación y uno de los acicates de la discusión sobre la escasa oferta académica en las áreas del conocimien­to donde el Tec destaca.

Visto el resultado de las pruebas de diagnóstic­o, el Instituto Tecnológic­o dará a los alumnos breves cursos de nivelación y programas de acompañami­ento para superar las deficienci­as. Esa es tarea del Ministerio de Educación Pública y debe quedar completa antes del ingreso del estudiante a la educación superior. Estamos lejos de una formación de calidad homogénea en todo el país, pero el Tec no va a remediar las deficienci­as en dos semanas, mucho menos dando la espalda a los ámbitos más eficaces del sistema educativo.

Solo el 15 % de los alumnos admitidos al Instituto Tecnológic­o obtuvo una nota superior a 60 en Matemática­s, materia indispensa­ble para la educación ofrecida en sus aulas

El ‘sistema alternativ­o de admisión’ desperdici­a la inversión en excelencia educativa, no solo en institucio­nes privadas, sino también en las públicas, donde brillan los colegios científico­s

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica