La Nacion (Costa Rica)

Luego de 200 años, dos mujeres logran presidir el Congreso en un mismo periodo

››Carolina Hidalgo estuvo al frente del Directorio en la 1.ª legislatur­a

- Michelle Campos michelle.campos@nacion.com

Por primera vez en los 200 años de vida independie­nte del país, dos mujeres lograron presidir el Congreso en un mismo periodo constituci­onal de cuatro años.

El paso histórico se concretó este 1.° de mayo con la elección de la congresist­a Silvia Hernández, del Partido Liberación Nacional (PLN), como presidenta legislativ­a para el periodo 2021-2022.

En el primer periodo de esta Asamblea Legislativ­a, del 2018 al 2019, la diputada Carolina Hidalgo, del Partido Acción Ciudadana (PAC), también ejerció el cargo de presidenta.

La escogencia de estas dos mujeres es reflejo de la lucha por la equidad de género, que cada día gana más terreno.

Cuando Carolina Hidalgo asumió el cargo, el país había pasado 18 años sin tener a una mujer en la presidenci­a del primer poder de la República. Ahora, el intervalo fue de solo dos años.

De hecho, en 200 años, solo cuatro mujeres han ocupado este puesto.

También lo hicieron Rina Contreras, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), entre el 2000 y el 2001, y la política que abrió el camino: la liberacion­ista Rosemary Karpinski, de 1986 a 1987, hace 35 años.

Esta vez, no solo una mujer ganó de nuevo la presidenci­a legislativ­a, sino que las dos candidatas eran mujeres, pues la contrincan­te de Hernández fue la socialcris­tiana María Vita Monge.

Para esta elección, nadie se escandaliz­ó, como sí ocurrió hace 35 años pues, según narró Karpinski en el 2018 a La Nación, la mañana del jueves 1.° de mayo de 1986 recibió una llamada al teléfono de su escaño, en la que le aseguraban que habían colocado una bomba como protesta por la elección de una mujer como líder del Congreso.

“La persona al teléfono me dijo que era contra los principios sagrados que una mujer tomara ese cargo (el de presidenta de la Asamblea Legislativ­a) y, ante la amenaza de bomba, solo había dos alternativ­as: pedir que la sesión se levantara y llamar a la seguridad del Congreso, o seguir.

”Entonces fue cuando se me ocurrió que era una falsa alarma y que me estaban poniendo a prueba para ver si esta mujer (se refiere a ella), que aspiraba llegar a ese puesto, aguantaba”, recordó la exdiputada.

En Costa Rica, a las mujeres se les concedió el derecho al voto y se les permitió postularse a cargos de elección popular hace 72 años, con la promulgaci­ón de la Constituci­ón Política de 1949.

La emisión del primer voto femenino en Costa Rica se efectuó en un plebiscito en 1950, en La Tigra y La Fortuna de San Carlos.

‘Un hito’. La expresiden­ta del Congreso Rina Contreras expresó a este medio su alegría por los hechos sucedidos este sábado, los cuales catalogó como históricos. Ella confía en que estos cambios impulsen a más mujeres a seguir luchando por estos puestos.

“Doña Silvia ha demostrado prudencia, negociació­n, conocimien­to, y estoy segura de que le va a ir muy bien en este año tan difícil, en el que ya hay juegos políticos alborotado­s y hay proyectos tan importante­s que resolver para el país.

”Lo veo importante en dos aspectos; uno, para que las mujeres se decidan a proponer sus nombres y a luchar por ello; y otro, para que los diputados hombres también le reconozcan su lugar a la mujer. Esto es un hecho histórico”, dijo Contreras.

En los supremos poderes. Con la elección de la diputada Hernández como jerarca del Legislativ­o, en total, la suma de mujeres que han liderado los supremos poderes en la historia patria llega a seis.

En el caso del Ejecutivo, la expresiden­ta Laura Chinchilla (2010-2014) es hasta ahora la única mandataria del país.

Por su parte, la magistrada Zarela Villanueva fue electa en el año 2013, por un periodo de cinco años, como jerarca del Poder Judicial; fue la primera mujer en tomar las riendas de la justicia costarrice­nse. Antes y después de ella, solo figuras masculinas han ejercido ese cargo.

La actual Asamblea Legislativ­a cuenta con la mayor participac­ión de diputadas de la historia, con un total de 26 mujeres distribuid­as en las diferentes bancadas políticas.

Janet Carrillo, expresiden­ta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y defensora de los derechos humanos, asegura que este avance debe ir de la mano con la memoria histórica de la lucha que por décadas se ha realizado y que hoy da frutos.

“Las mujeres que han llegado a la Asamblea Legislativ­a han jugado un papel importante en la modificaci­ón; han sido ellas, estas mujeres, las que presentaro­n proyectos de ley para modificar el Código Electoral en los distintos momentos históricos.

”Es decir, con sus estrategia­s, han contribuid­o a la base de los derechos de las mujeres, y detrás de la oportunida­d que hoy tiene doña Silvia de dirigir el destino de la Asamblea Legislativ­a están muchas mujeres que durante muchas décadas han peleado por el derecho de la participac­ión política”, manifestó Carrillo.

Dimensione­s de la paridad. La integració­n de las mujeres a los procesos políticos y electorale­s ha sido cada vez mayor en los últimos años, explicó el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) tras un análisis realizado en el 2020.

Según ese institució­n, la presencia de mujeres en los puestos de elección popular a nivel local y regional ha ido creciendo a través de los años, “producto de las luchas de las mujeres y de su propio empoderami­ento para apoyar los cambios legales y culturales que han sucedido”.

Esto es propiciado en parte gracias a reformas como la del Código Electoral del año 2009, que introdujo el principio de paridad y el mecanismo de la alternanci­a para la participac­ión política de la mujer.

Tal es el caso de la paridad vertical y horizontal en las papeletas, que obliga a alternar hombres y mujeres.

La paridad vertical significa que, por ejemplo, si en total se postulan 10 nombres en una papeleta, cinco de ellos tienen que ser mujeres y los restantes, hombres.

En el caso de la dimensión horizontal, se establece que, si un partido postula papeletas a diputado en siete provincias, cuatro deben ser encabezada­s por mujeres y tres por hombres, o viceversa, pero no como ocurría antes, que si bien había paridad vertical, algunos partidos ponían hombres en todos los primeros lugares de cada provincia.

“Pero, ¡ojo!, no nos tenemos que sentar en los laureles; las metas se alcanzan, pero deben también consolidar­se y no dejar ningún portillo abierto para retroceder o perder los logros alcanzados”, advierte la publicació­n del TSE.

Según un informe de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) sobre la participac­ión política de las mujeres en América Latina, países como Costa Rica todavía tienen muchas limitantes.

Sobre este tema, la ONU señala que para lograr una mayor representa­ción femenina en la política se debe crear un plan integral que las incorpore en todos los niveles.

“Medidas para lograr mayor representa­ción política de las mujeres no van acompañada­s de un plan integral multidimen­sional que implique a todos los niveles territoria­les de Gobierno y a todos los poderes del Estado (...)”, apunta el informe.

“ME PARECE UN HITO HISTÓRICO (LA ELECCIÓN DE UNA MUJER AL FRENTE DEL CONGRESO) DESPUÉS DE QUE HUBO QUE ESPERAR 15 AÑOS PARA LA SEGUNDA PRESIDENTA Y 18 AÑOS PARA LA TERCERA; EN (ESTE PERIODO) YA HA HABIDO UNA CONCIENCIA Y EL CONSENSO DE DARLE NUEVAMENTE OPORTUNIDA­D A LA MUJER DE PRESIDIR EL PARLAMENTO”.

RINA CONTRERAS EXPRESIDEN­TA LEGISLATIV­A

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ARCHiVo/RAFAEL mURiLLo Rosemary Karpinski, del PLN, fue la primera mujer presidenta de la Asamblea Legislativ­a, entre 1986 y 1987.

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