La Nacion (Costa Rica)

Droga letal

- Armando González R. DiReCToR De la naCiÓn

Estados Unidos lucha contra el flagelo de los opioides, conjunto de drogas en extremo adictivas y tan abundantes en el mercado negro que reclaman un lugar destacado en el debate público, incluidas las últimas campañas presidenci­ales.

Los opioides sintéticos están entre las causas más frecuentes de muerte por sobredosis, primero por el abuso al recetarlos, sobre todo cuando no había plena conciencia de su potencial dañino, y luego por el deleznable negocio del narcotráfi­co.

Un opioide en particular, el fentanilo, destaca por su participac­ión en más del 60 % de las muertes por sobredosis en Estados Unidos. Hace una década solo se le detectaba en el 14 % de esas tragedias. Es similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente. Por eso, se le utiliza para tratar dolores crónicos de pacientes con tolerancia a otros opioides.

A la producción de fentanilo para uso legal se suma la fabricació­n clandestin­a. El abuso se nutre especialme­nte de esta última, pero la liberalida­d de las recetas ha sido una fuente del uso inapropiad­o de la droga durante años. Ahora, el fentanilo se les administra a los pacientes graves de covid-19, necesitado­s de intubación. Así, fue como la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS) se vio obligada a repasar sus inventario­s y descubrió la posibilida­d de un uso irregular.

Una donación de El Salvador ayuda a paliar la escasez inmediata, atribuida también a la demora de nuevas adquisicio­nes, pero las sospechas suscitadas por el análisis del inventario bastó para abrir una investigac­ión «de alta complejida­d», según la caracteriz­ó la Auditoría Interna de la CCSS, en las farmacias de los hospitales Calderón Guardia, México y San Juan de Dios.

Las pesquisas deben persistir hasta hallar todas las respuestas, no por sus implicacio­nes en el ámbito de la corrupción administra­tiva, sino, ante todo, por la grave amenaza para la salud pública. El fentanilo, además de potente y adictivo, es fácil de trasegar. Narcotrafi­cantes chinos lograron introducir­lo en Estados Unidos y Canadá mediante el correo, en discretos sobres, no voluminoso­s paquetes.

Ya en el 2019 el Instituto Costarrice­nse sobre Drogas (ICD) alertó del consumo ilegal de opioides en un grupo específico de profesiona­les, pero declinó describirl­os por falta de pruebas suficiente­s. La alarma de aquel momento podría hallar justificac­ión en las investigac­iones de hoy. Es indispensa­ble identifica­r con prontitud la extensión de la amenaza.

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