Jueces dolidos por condenar a exadicto recuperado
En mayo, le dictaron 8 años de prisión por vender 3 gramos de droga en el 2013
Un joven de apellidos Calderón Arias fue detenido en el 2013 por vender menos de tres gramos de marihuana cerca del parque central de La Aurora, en Heredia.
En aquel momento era adicto a las drogas, pero desde que fue capturado y sometido al proceso penal, decidió cambiar su destino para bien. Mientras avanzaban las pesquisas en su contra, él buscó la manera de frenar el consumo de estupefacientes, halló un trabajo estable, formó familia y se educó.
Empero, esa reinserción de poco le sirvió, ya que, ocho años después, el Tribunal Penal de Heredia realizó el juicio en su contra por aquella venta del 2013 y lo condenó a ocho años de cárcel.
En la sentencia N.º 2442021, del 21 de mayo pasado, los jueces Laura Chinchilla, Juan Carlos Morales y Gabriela Thuel reconocieron que esa pena era “severa” y que les preocupaba “traerse al traste” la reinserción y el “avance positivo” del joven, quien hoy tiene 28 años.
Sin embargo, recalcaron que no podían dictar un castigo inferior, pues “este órgano de instancia no puede sobrepasar los límites inferiores de la pena mínima”.
Esta situación genera preocupación en el defensor público Marco Feoli, quien fue ministro de Justicia y Paz en la administración pasada, ya que asegura que es una pena “brutalmente desproporcionada” y que se debe trabajar para evitar situaciones similares en el futuro.
“Desproporcionada por el monto, por la relación respecto al daño causado y respecto al costo de la prisionalización. Mientras esos gramos de marihuana no le habrán supuesto más de ¢15.000 a ese hombre, cada mes de encierro al Estado le cuesta ¢700.000. Es una locura”, dijo.
Lamentan pena de prisión. En la resolución, los jueces dejaron en claro que lamentan el encarcelamiento de Calderón Arias.
Puntualmente, escribieron en el fallo:
“Toma en cuenta el ente juzgador que el imputado, para el momento de los hechos (2013), era adicto a las drogas. Pese a ello ha podido superarse y salir adelante de manera ejemplar, ha logrado obtener la confianza de personas adultas mayores con quienes trabaja (...); tiene familia, es un hombre joven y ha podido permanecer de manera estable en labores que le han permitido ganarse la vida de manera lícita después de haber pasado por este proceso, que resulta desgastante para cualquier persona que lo sufre.
”Se valora que es una persona de limpios antecedentes. Este Tribunal es consciente de que la pena dispuesta para estas acciones desplegadas por el imputado es muy severa; sin embargo, el daño social que provoca el flagelo de las drogas trae un sinfín de consecuencias nefastas para nuestra sociedad (...). Resulta también lamentable que el imputado tenga que permanecer en prisión ocho años.
”Empero, este órgano de instancia no puede sobrepasar
se VALoRA Que es unA PeRsonA de LiMPios AnTeCedenTes. esTe TRiBunAL es ConsCienTe de Que LA PenA (...) es MuY seVeRA”. Tribunal Penal de Heredia sentencia
los límites inferiores de la pena mínima, pese a tener claro que el hoy sentenciado es una persona que ha logrado enderezar su vida, ha podido salir adelante, ha dejado atrás sus adicciones y su modo de vida contrario a derecho”, indican los juzgadores.
Justo por ello es que los mismos jueces señalaron que, con base en el buen comportamiento del imputado, se podría recomendar en “el menor plazo posible pasarlo a un régimen de confianza” y así evitar una prisionalización prolongada para él. “El encierro podría traer al traste todo el avance que ha alcanzado en libertad”, concluyeron.
Por esto último que apuntan los juzgadores, Feoli insistió en la importancia de graduar las penas.
“No es posible que la pena sea la misma para el que pertenece a una organización que transporte una tonelada de cocaína y para la mujer que vende drogas para medio subsistir y mantener su familia. Hay que fijar criterios según el tipo de droga, la pureza, el rol dentro de la estructura y las condiciones de vulnerabilidad”, recalcó.
Para lograrlo, detalló, se pueden hacer dos gestiones; primero, ir a la Sala Constitucional para que analice si esas normas son inconstitucionales, por desproporcionadas.
“La Sala, hace varios años, emitió un voto de mayoría en el que rechazó que esas normas fueran inconstitucionales, por desproporcionadas. Pero en estos años, ha habido cambios”, dijo.
La segunda vía es seguir insistiendo en la Asamblea Legislativa para hacer reformas.
“La lucha en el Congreso tampoco debe parar. Esto es un tema de sentido común. Creo que si se explica la realidad y se ven estos casos concretos, es posible apurar una reforma legal”, añadió.