Decepcionado
Los últimos fiscales nos han defraudado. Hicieron bulla y promesas, pero no trascendieron. Lástima, porque el pueblo esperaba más de ellos. Por ejemplo, viajar en avioneta para detener al padre Minor y acompañarlo hasta San José. Detener a un expresidente con inmunidad diplomática de la OEA que regresaba al país voluntariamente para someterse a un proceso judicial fue un abuso. Montaron en una perrera a otro expresidente sospechoso, pero tuvieron otros motivos para no traer a declarar a un exmandatario radicado en Suiza.
El penúltimo hizo allanamientos en la Asamblea Legislativa por migajas insignificantes, como el nombramiento de una cocinera, castigado como tráfico de influencias. No hizo nada que el país deba agradecer, salió por la puerta de atrás, pensionado.
De la última ni que decir, quedó debiendo. Los costarricenses teníamos fe en una mujer fuerte ante los tres poderes de la República y la corrupción galopante que nos ahoga. ¡Qué decepción! Pudieron más sus intereses para inhibirse en ocho casos. También, por la puerta de atrás, con pensión. El camino de la jubilación debería seguirlo un sinnúmero de empleados públicos y políticos, flaco favor hacen al país en sus cómodas sillas o buscando nuevos aires. Ojalá el próximo fiscal no nos decepcione.
Jorge E. Varela Solís
Moravia