Pilotos reportan riesgos en vuelos con presidente y primera dama
Tripulación alertó sobre problema en llanta de tren de aterrizaje antes de salida con Claudia Dobles
El 17 de mayo del 2018, el presidente de la República, Carlos Alvarado, viajó a Pérez Zeledón en un avión del Ministerio de Seguridad Pública que tenía vencido el certificado de peso y balance.
Esa situación, según los pilotos del Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) Gustavo Abarca y Miguel Jiménez, “puso en peligro la vida de todos los ocupantes”.
Así lo expresaron en una carta enviada 10 días después al ministro de Seguridad Pública, Michael Soto.
“El motivo de la presente es hacer de su conocimiento que dicha aeronave (MSP003) no contaba con el certificado de peso y balance al día, procedimiento que es indispensable en nuestras aeronaves para estar operables”, aseguraron Abarca y Jiménez en el documento.
Los manuales de inspección de la Dirección General de Aviación Civil establecen que el peso y el balance de los aviones debe revisarse al menos cada 36 meses, con el fin de garantizar la seguridad en los vuelos.
De acuerdo con los pilotos mencionados, el ministro de Seguridad no contestó la nota ni les dio una cita para hablar del problema.
Otros casos. En los últimos tres años, según pilotos que pidieron la reserva de su identidad, también ocurrieron incidentes en viajes con la primera dama, Claudia Dobles, y el ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez.
En el caso de Dobles, la tripulación alertó, al momento del abordaje, de que una llanta del tren de aterrizaje tenía alambres expuestos.
Con el ministro Méndez enfrentaron problemas en el tren de aterrizaje; tuvieron que operarlo de forma manual y abortar el traslado a Limón para regresar a tierra y verificar el daño.
Juan Luis Vargas, director del Servicio de Vigilancia Aérea, admitió los hechos, pero minimizó su gravedad.
“La vida del presidente corrió peligro porque, según ellos, no se les hizo peso y balance. Le repito: si (el departamento) de Mantenimiento le da visto bueno al avión para que salga, ese avión está aeronavegable”, alegó.
Sobre el evento con la primera dama, el funcionario rechazó el mal estado de la llanta. “No estaba en alambres, eso lo dice el piloto, pero no estaba en alambres (...). Mantenimiento la daba en buen estado, pero se le dijo al piloto: ‘Está bien, se la vamos a cambiar para que vaya seguro’, pero estaba operable”, agregó.
Con respecto al percance con el jerarca de Obras Públicas y Transportes, declaró lo siguiente: “Según el reporte que tengo, el señor ministro (Méndez) despega, el piloto hace maniobras de despegue y, cuando mete el tren de aterrizaje, tiene tres luces que le dicen si aseguró el tren o no.
Una de las luces no encendió y el piloto determina, porque es su criterio, devolverse para que lo revisen.
”Se regresaron sin ningún problema, se hizo todo el protocolo de emergencia, lo que dice el manual, y lo meten a mantenimiento y le hacen reparaciones”, detalló Vargas.
El Servicio de Vigilancia Aérea no precisó la fecha de esos incidentes.
La Nación reveló este lunes que los aviones estatales operan a pesar de múltiples reportes de fallas por parte de los pilotos.
Además, un mecánico se atrevió a denunciar por escrito, en junio del año pasado, presuntas irregularidades en los procesos de mantenimiento y reparación.
Desde la semana pasada, este diario envió consultas sobre el tema al ministro de Seguridad Pública, pero al cierre de esta edición, no había respondido.
Casa Presidencial confirmó que el presidente de la República viajó el 17 de mayo del 2018 en un avión del Ministerio de Seguridad Pública.
Desde que asumió el puesto, Alvarado ha viajado en 59 ocasiones en aeronaves estatales.
Por su parte, su esposa, Claudia Dobles, lo ha hecho en 34 oportunidades.
Fuera de circulación. La aeronave que, en mayo del 2018, trasladó al presidente a Pérez Zeledón con el certificado de peso y balance desactualizado permanece fuera de uso desde febrero del presente año.
Se trata de un avión fabricado en 1983, modelo PA-31-350.
El SVA tomó esa decisión debido a los recortes en el presupuesto de mantenimiento.
En el 2016, ese fondo era de ¢937 millones, pero en el 2020 fue de apenas ¢111 millones.
“Hemos tomado la decisión, lamentablemente, de ir quitando aviones. Por ejemplo, el MSP-003, desde febrero, ya no vuela, ni va a volar. ¿Por qué? Porque es un avión que comercialmente ya está caducando, un avión con el límite de horas, que ya está llegando a su fin, que cada vez que sale trae reportes, encarece mucho el mantenimiento, y no hay dinero para estar reparando”, comentó Vargas.
En la actualidad, el MSP-003 permanece en un hangar en el aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas, junto a otros equipos en mal estado.
De las 17 aeronaves de la SVA, ocho están inoperables o en reparación desde hace varios meses; eso significa que el 47% de los equipos está fuera de servicio.
La mayoría de esos bienes fueron decomisados durante operativos contra bandas de narcotraficantes.