La Nacion (Costa Rica)

Hermano de Luany: “Tío de acusado nos dijo: ‘Vean qué bonito jardín, aquí no hay nadie enterrado’”

- Katherine Chaves R. y Keyna Calderón ‘Él le decía cochinadas’.

redactora y correspons­al de GN Desde el momento en el que Luany Salazar Zamora desapareci­ó, el 10 de junio del 2020, para la familia y los vecinos solo había un sospechoso: Kenneth Mejía Chavarría, de 38 años, alias Hippie.

La razón era sencilla: se sabía que él había invitado a Luany a su casa para negociar un anillo y, luego de eso, no se supo más de ella.

Por ello, Patricia Zamora, madre de la muchacha, le insistía en que le dijera dónde estaba, pero Mejía lo único que hacía era darle diferentes versiones sobre el paradero de la joven de 23 años.

Lo anterior solo incrementa­ba las sospechas, por lo cual los parientes de Luany acudieron al tío de Mejía, de apellido Chavarría y quien era el encargado de la casa donde vivía el imputado, para pedirle que los dejara ingresar a ese inmueble a comprobar que la muchacha no estaba ahí.

Durante el juicio, que comenzó este lunes en el Tribunal Penal de Cartago, por el asesinato de la muchacha, José Luis Ramírez Zamora, hermano de Luany, contó que entraron a la vivienda el lunes 15 de junio del 2020 y que lo que más les extrañó fue ver lo limpio que estaba, sobre todo porque esa casa era conocida por desordenad­a y sucia.

“Hasta nos resbalábam­os de lo limpio que estaba (...). Era como si la acababan de limpiar como para que nosotros llegáramos, y eso nos llamó la atención. Cuando llegamos, Piro (alias de Chavarría) lo primero que dice es que aquí no pudo haber pasado nada porque la mamá de él duerme en la sala”, recordó José Luis.

Así comenzaron el recorrido por la casa, sin tener mayor informació­n que les indicara que su hermana estuviera ahí. Al llegar al patio, el escenario cambió:

“Inmediatam­ente, cuando llegamos ahí, el tío nos dijo: ‘Yo revisé toda la casa, pero el patio no lo he revisado’. Nos lo dijo dos veces y eso fue muy extraño. Cuando bajé la primera grada, lo primero que dijo fue: ‘Vean qué bonito jardín, aquí no puede haber nadie enterrado’. No entendíamo­s por qué decía eso. Fue como de una película de miedo.

”Empecé a caminar y Piro me echó el cuerpo como para llevarme a la esquina izquierda. Había matas, se veía que las habían puesto con la mano. Me dijo: ‘¿Ve qué bonito está?’. El jardín estaba impecable, ordenado, recogido. Vi las matas, las sacudí con el pie y estaba en esas cuando mi tía, que estaba atrás mío, me dijo: ‘Aquí hay tierra floja y huele feíto’.

”La tierra estaba como puesta y se veía una bolsa negra. Empecé a llorar y a pegar gritos, intenté romper la bolsa y cuando pude, vi la ropa. Me hice para atrás y empecé a llorar, llamé al 9-1-1”, relató.

En medio del impacto por haber encontrado a su hermana muerta, Ramírez afirmó escuchar decir dos veces a Piro: “Se soltó la sopa”.

Según testificó el hermano, Luany tenía un tiempo de sentirse “acosada” por el ahora imputado.

Ese sentimient­o la hizo recurrir a José Luis, a quien le contó lo incómoda que la hacía sentir la presencia de aquel individuo.

“Luany nos dijo que (Mejía) la acosaba, que le decía cochinadas y la veía feo. Yo le dije que tuviera mucho cuidado y que me avisara si iba a salir porque nos daba temor que algo le hiciera”, narró.

El debate continuará este miércoles en el Tribunal Penal de Cartago, cuando se tiene programado que testifique­n cuatro personas más.

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CortesÍa Según la declaració­n del hermano de Luany, la muchacha le confesó sentirse “acosada” por el presunto asesino.

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