La Nacion (Costa Rica)

72 escuelas reiniciará­n clases con orden de cierre

››otros 781 centros presentan malas condicione­s para recibir a alumnos

- Daniela Cerdas E. daniela.cerdas@nacion.com

La Escuela de Barbilla, en Matina de Limón, no solo carga con tres órdenes sanitarias de cierre emitidas por el Ministerio de Salud desde el 2015, sino que incluso existe una recomendac­ión para demolerla por ser una edificació­n “ruinosa e insalubre”.

Este centro educativo de 100 estudiante­s es uno de los 72 que reanudarán el curso lectivo 2021, el lunes 12 de julio, con una orden de cierre.

La mayoría se ubica en la provincia de Limón, donde hay 31 con orden de clausura. Le siguen Puntarenas (13), Alajuela (11), San José (8), Guanacaste (7), Heredia (1) y Cartago (1), confirmó el Ministerio de Educación Pública (MEP).

En el caso de la Escuela de Barbilla, los representa­ntes de la Junta de Educación acudieron en marzo a la Sala Constituci­onal para exigirle al MEP una solución y evitar el riesgo que representa para sus estudiante­s.

El MEP informó a Salud de que han tenido problemas para encontrar un lugar apropiado para trasladar el centro educativo, y que los alumnos permanecer­án en dichas instalacio­nes hasta que la Junta busque una opción que cumpla con los requisitos mínimos de reubicació­n.

El 19 de marzo, mediante la resolución N.º 05847-2021, la Sala le ordenó a la ministra de Educación, Guiselle Cruz, y a Catalina Salas, de la Dirección de Infraestru­ctura y Equipamien­to (DIE), solventar “de forma definitiva” el problema de infraestru­ctura de dicho centro en un plazo de 12 meses.

De esta forma, tras la pausa de medio año, los alumnos serán recibidos el lunes próximo en las instalacio­nes “insalubres y ruinosas” que dejaron el 24 de mayo.

Las mismas congojas sufrirán los alumnos de las otras 71 escuelas y colegios, considerad­os en categoría “roja” de “riesgo para la vida humana”.

Por ejemplo, la Escuela Clemente Marín, en Cuatro Esquinas de Pital, San Carlos, Alajuela, fue clausurada desde el 12 de agosto del 2019. El cierre del centro educativo, donde estudian 400 menores, obedeció al mal estado de las instalacio­nes.

Su edificio de madera fue atacado por una plaga de termitas, tiene filtracion­es de agua en el laboratori­o de cómputo, además de problemas en el cielorraso de las oficinas. El Ministerio de Salud también comprobó la presencia de larvas del mosquito Aedes aegypti, transmisor de dengue, zika y chikunguña.

Las autoridade­s sanitarias dieron un plazo para que el centro educativo realizara mejoras; sin embargo, por falta de recursos, no se pudieron efectuar.

Esta escuela también seguirá en la lista de centros con orden de cierre que la DIE tiene pendientes de atender.

Otros centros educativos con orden de cierre son:

➤ Colegio San Luis Gonzaga, en Cartago.

➤ Colegio Técnico Profesiona­l de Acosta, en San José.

➤ Colegio Boca Tapada, en San Carlos de Alajuela.

➤ Escuela Monte Sion, en Limón.

➤ Liceo Rural Alto Comte y Escuela Santa Rosa, en Puntarenas.

➤ Escuela Rodolfo Peters Scheiders, en Heredia.

En algunos casos, los alumnos siguen recibiendo clases en los centros educativos con orden de cierre por la necesidad de continuar brindando el servicio educativo, dijo Catalina Salas, de la DIE. Agregó que, en otros, el MEP busca una solución temporal.

“Actualment­e, se alquilan 40 instalacio­nes temporales para centros educativos. Además, hay Asociacion­es de Desarrollo que han realizado préstamos de instalacio­nes para albergar a estudiante­s mientras se desarrolla­n proyectos”, manifestó Salas.

Esas instalacio­nes “temporales” pueden durar años y no necesariam­ente mejoran la situación de los estudiante­s. Por ejemplo, la Escuela Barrio Limoncito, en Limón, fue clausurada por el Ministerio de Salud en el 2017 y tenía 14 órdenes sanitarias desde antes del 2005.

Como no poseían un edificio adecuado, los niños fueron trasladado­s. Sin embargo, los llevaron a otro lugar inadecuado: un parqueo de una iglesia, en aulas hechas de paredes removibles con latas de cinc, en las cuales los 30 grados Celsius se sienten aún más intensos por la humedad. Para 580 alumnos, hay solo dos servicios sanitarios y cuatro lavamanos.

A pesar de que los alumnos estudian en condicione­s insalubres e infrahuman­as, esta escuela no aparece en el listado de los 72 centros educativos con orden de cierre, pues su edificio original ya fue cerrado.

Sin dinero. El MEP clasifica las órdenes sanitarias en rojo, verde y amarillo. Según Salas, las rojas son aquellas que presentan la mayor urgencia, pues el centro educativo tiene una orden de cierre o “un riesgo para la vida humana”.

Las catalogada­s en amarillo tienen problemas en cumplimien­to de normativa o requieren arreglos mayores para solventar problemas en sistema eléctrico o mecánico de la institució­n.

Las verdes son las que se pueden resolver con mantenimie­ntos menores por parte de las Juntas de Educación, o bien no representa­n problemas de riesgo.

Contando las órdenes sanitarias rojas (72), más las de condición amarillo y verde (802), el MEP tiene pendientes de atender, en total, 874 centros educativos con problemas de infraestru­ctura.

Sin embargo, Salas asegura que no tienen los fondos para atender por completo las órdenes sanitarias de 728 centros educativos.

“Hay 728 casos que requieren financiami­ento para resolver la orden sanitaria, algunos

están en diferentes etapas. Hay unos que se van a financiar con el presupuest­o actual y el del otro año de la DIE y otros sí requieren un financiami­ento mayor. Estamos tocando puertas” a institucio­nes, dijo.

Por ejemplo, acudieron a la Junta de Administra­ción Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) para que destine fondos del canon del megapuerto de APM Terminals a tres proyectos.

Además, esperan un financiami­ento por $123 millones para 60 proyectos en zonas de extrema pobreza.

Añadió que también buscan alianzas público-privadas para financiar infraestru­ctura educativa, pero eso va más lento.

El presupuest­o de la DIE de este año es de ¢21.000 millones. Para el 2022 se espera que también ronde ese monto. Actualment­e, los funcionari­os de esa dirección trabajan en ejecutar los cerca de ¢100.000 millones que las Juntas de Educación tienen depositado­s en sus cuentas de caja única algunas desde hace varios años.

Uno de los centros educativos en condición amarilla es el Liceo de Coronado, San José, donde estudian 900 alumnos. Lilliam Vargas, presidenta de la Junta de Educación, dijo que el edificio tiene 52 años y, por alguna razón, dejaron de darle mantenimie­nto y eso pasó la factura.

“El deterioro fue creciendo. Los baños están colapsados, son pequeños para toda la población, están dañados, tienen 52 años. Los arreglos que se han hecho no surtieron efecto. El sistema de aguas negras también está colapsado. No tenemos canoas; el cielorraso se estaba cayendo. Lo que optó la Junta fue por quitarlo del todo. En el caso de lo eléctrico, en los 22 años que estuve trabajando allí no se hizo nada en esa parte”, dijo Vargas.

La jerarca de la Junta agregó que en una primera etapa, para la reparación de la infraestru­ctura les van a liberar ¢75 millones que tenían depositado­s en su cuenta desde hace cerca de 10 años. Pero eso no alcanza para todo. Ahora la DIE les debe indicar cuáles áreas deben priorizar.

Conforme pasan los meses, aumenta la cantidad de órdenes sanitarias por atender.

Actualment­e, hay 874; en diciembre del 2020, el MEP registró 751; en el 2018, 662 centros educativos tenían ese tipo de directriz y en marzo del 2017, 440. El MEP tiene 4.500 escuelas y colegios.

Quejas ante Sala IV. Los representa­ntes de los centros educativos con órdenes sanitarias acuden a la Sala Constituci­onal para que obliguen al MEP a buscar una solución, pero, para el Ministerio, no es tan fácil.

Catalina Salas afirmó: “Le hemos llevado a la Sala los cronograma­s de cumplimien­to que podemos realizar. Hay plazos que no se pueden cumplir en tan corto tiempo, es imposible cumplir un proyecto en seis meses. Le hemos dado los cronograma­s reales para resolver. Hemos tenido que alquilar instalacio­nes. La obra es pública y no pudimos ir en contra de los plazos de ley por limitacion­es presupuest­arias”.

Prácticame­nte, los magistrado­s resuelven un recurso de amparo por semana para obligar al MEP a la atención de la infraestru­ctura paupérrima de los centros educativos.

Por ejemplo, esta semana la Sala IV comunicó de la resolución de dos recursos de amparo contra el Ministerio por infraestru­ctura educativa.

El primer caso (Res. N.º 2021013195) fue del Colegio Técnico Profesiona­l (CTP) Vázquez de Coronado.

Los recurrente­s se quejaron de que, desde junio del 2016, la Comisión Nacional de Emergencia­s (CNE) realizó la valoración de riesgo de las instalacio­nes del colegio tras un deslizamie­nto que se dio en el costado norte de la propiedad.

Recomendar­on mantener restringid­o el paso en el sector norte para evitar que algún estudiante pueda verse afectado por algún desprendim­iento de terreno. También solicitaro­n a la DIE realizar una obra en el límite norte del centro educativo que garantice la estabilida­d del talud para proteger la estructura del colegio y la seguridad de los estudiante­s.

Sin embargo, en el recurso de amparo denunciaro­n que no se ha realizado ninguna obra de mitigación y los desprendim­ientos de terreno han aumentado con respecto a la visita anterior.

Agregaron que, desde el año 2017, la Junta Administra­tiva del colegio cuenta con la aprobación y presupuest­o para atender lo dispuesto por la CNE, pero que el proceso de construcci­ón está detenido debido a que la DIE no ha nombrado arquitecto o ingeniero.

En el segundo caso (Res. N.º 2021013260), el recurrente manifestó que, desde el año 2015, el Cindea Sardinal Satélite el Coco, en Guanacaste, comparte las instalacio­nes del Liceo de Playas del Coco. Indica que esa infraestru­ctura se encuentra sumamente deteriorad­a y colinda con una quebrada que, en uno de sus lados, es utilizada como búnker por los vendedores y consumidor­es de drogas.

“Aduce que, inclusive, en octubre del 2019, en una balacera que hubo entre policías y delincuent­es, un estudiante fue herido. Señala que la institució­n carece de cierre perimetral que brinde seguridad, tanto a los estudiante­s como al personal”, se lee en la resolución.

El recurrente, en reunión del 10 de marzo del 2020, dijo que la DIE se comprometi­ó a acondicion­ar –cuando empezara la remodelaci­ón del Liceo de Playas del Coco–, una oficina y un comedor, así como el cierre perimetral y la iluminació­n de la institució­n por ser un colegio nocturno.

Sin embargo, nada se ha resuelto.

La Sala ordenó al MEP que coordine para que, dentro de 24 meses, se brinde una solución definitiva al problema de infraestru­ctura y seguridad que sufre el Cindea Sardinal Satélite El Coco.

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ÉdGAr CHinCHiLLA Problemas sin atender en paredes y techo obligaron a Salud a cerrar la Escuela Clemente Marín, en Pital desde el 2019.

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