Pfizer aboga por una tercera dosis; OMS no la ve necesaria
Pruebas muestran que doble vacuna ofrece inmunidad duradera, dice OMS
La farmacéutica Pfizer y la empresa de biotecnología BioNTech emitieron un comunicado de prensa para informar de que una tercera dosis de su vacuna contra covid-19 podría ser necesaria para reforzar la protección.
El tema, sin embargo, dio inicio a una controversia con especialistas, quienes no lo consideran necesario o incluso justo.
Este refuerzo, según Pfizer, debía ser aplicado entre seis y 12 meses después de la segunda inyección, para “sellar” la protección contra la variante delta, considerada más transmisible y asociada a mayor riesgo de hospitalización en quienes no tienen la vacunación completa.
Esta variante se ha confirmado en 104 países y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se convertirá en la dominante.
“Según los datos del ‘mundo real’ difundidos por el Ministerio de Salud de Israel, la eficacia de la vacuna para prevenir tanto la infección como la enfermedad sintomática se han reducido seis meses después de la vacunación, aunque la protección contra las complicaciones y la gravedad de la enfermedad permanece alta”, agregó.
“Una reducción en la eficacia de la enfermedad leve, conforme pase el tiempo, y el advenimiento de nuevas variantes son esperables. Basados en estos datos, Pfizer y BioNTech creen que una tercera dosis será beneficiosa para mantener los niveles de protección más altos”, añade el texto.
Las compañías también indicaron que en agosto esperan probar una nueva vacuna diseñada específicamente contra delta. Sin embargo, estos estudios y su posterior autorización de uso de emergencia pueden demorar meses.
Este lunes, The Washington Post indicó que Pfizer se reuniría con autoridades de salud estadounidenses para mostrarles los datos por los cuales considera necesaria esta tercera inyección.
No obstante, pocas horas después, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) y la Agencia de Alimentos y Medicamentos del mismo país (FDA, por sus siglas en inglés) difundieron un comunicado conjunto para aclarar que, de momento, no es necesario que las personas obtengan dicho refuerzo semestral o anual.
“Los estadounidenses con el esquema completo no necesitan un refuerzo en este momento. FDA, CDC y NIH (Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., por sus siglas en inglés) están comprometidos con un proceso riguroso y basado en la evidencia científica para considerar si es necesario un refuerzo”, señala el escrito.
Este lunes, diversos especialistas de la OMS se manifestaron para dar su posición.
Otra prioridad. En resumen: se requiere priorizar a los países en donde la gran mayoría de las personas no ha recibido ni una sola dosis en vez de dar terceras dosis cuando aún no se han demostrado necesarias.
“En este momento, la evidencia dice que la vacunación ofrece inmunidad duradera ante muertes y complicaciones por covid-19. La prioridad debe ser vacunar a quienes no han recibido esa protección”, manifestó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Y añadió: “En lugar de que Moderna y Pfizer prioricen la entrega de refuerzos a países cuyas poblaciones ya tienen una cobertura relativamente alta, necesitamos que vayan a los inventarios de Covax para que lleguen a los países de ingreso medio bajo y bajo”.
De momento, los esquemas completos con dos dosis parecen ser suficientes.
“No hay evidencia empírica ni científica que nos haga decir que haya que usar de manera sistemática refuerzos”, sentenció Ann Lindstrom, jefa del Programa de Inmunizaciones de la OMS.
“Hoy resulta más importante vacunar a quienes no se han vacunado que reforzar a los ya vacunados”, dijo.
En Costa Rica, el 16% de la población nacional cuenta con su esquema completo y otro 17% tiene la primera dosis. En otras palabras, una tercera parte de los habitantes ha recibido al menos una dosis.
Esto nos pone en ventaja respecto al promedio mundial, del 25,3%, y, aún más con países de ingresos bajos, donde solo el 1% ha tenido acceso a al menos una dosis. En estos países, ni siquiera el personal que atiende la pandemia se ha terminado de vacunar.
La producción de los distintos laboratorios, aún insuficiente para cubrir las demandas mundiales, sería un problema si los países más ricos comienzan a separar dosis para reforzar a una población ya vacunada.
“Si 11 países de ingresos altos y medios altos deciden que darán un refuerzo a sus poblaciones o incluso a algunos subgrupos, esto nos dejará con un faltante de 800 millones de dosis”, dijo Soumya Swaminathan, científica en jefe de la OMS.