Internet móvil, el gran aliado de esta inédita revuelta
› Caos continúa pese al despliegue de soldados en zonas afectadas
LA HABANA. AFP. El Internet móvil fue el gran aliado de las protestas contra el gobierno cubano y no resulta extraño que su acceso haya sido cortado rápidamente.
“Todo lo que pasa en Cuba desde un tiempo hacia acá y lo que va a seguir pasando, porque evidentemente van a seguir sucediendo cosas, todo es partir de Internet”, explica Abraham Jiménez, columnista del Washington Post.
El domingo, cuando los habitantes del pequeño pueblo de San Antonio de los Baños, a una treintena de kilómetros de La Habana, comenzaron a marchar al grito de “¡abajo la dictadura!”, esas imágenes fueron transmitidas en directo por Facebook.
Y se propagaron de inmediato. “De pronto, como la gente empezó a ver eso, (...) empezó a salir hacia las calles en el resto de las ciudades”, añade Jiménez. En pocas horas, unas 40 protestas se contaron en toda la isla y todas fueron ampliamente difundidas en las redes sociales.
Hace tres años, esas escenas hubiesen sido inimaginables.
Durante décadas, Cuba, uno de los países menos conectados del mundo, no dejó entrar el Internet móvil, hasta diciembre del 2018.
El gobierno atacó a los internautas que “describen una situación en las redes que no corresponde con la realidad”, y acusa a EE. UU. de lanzar la campaña #SOSCuba.
SOWETO. AFP. Los saqueos y la violencia que sacuden Sudáfrica desde hace varios días, tras la detención del expresidente Jacob Zuma, ya han provocado 72 muertos y continuaron ayer martes, a pesar del inicio del despliegue de soldados en las provincias afectadas.
Un primer ministro provincial anunció este martes que diez personas murieron en una estampida durante saqueos en un centro comercial de Soweto, al suroeste de Johannesburgo.
“La Policía descubrió diez cuerpos el lunes por la noche. Estas personas murieron en una estampida”, manifestó a la prensa el primer ministro David Makhura, precisando que el número total de víctimas fatales en la provincia de Gauteng, donde se encuentra Johannesburgo, la capital económica de Sudáfrica, se eleva a 19 personas.
Más temprano este martes, Sihle Zikalala, primer ministro de la provincia de Kwazulu-Natal, epicentro de la violencia y región de la que es oriundo Jacob Zuma, dijo que 26 personas murieron allí.
Zikalala indicó que varias de las muertes tuvieron lugar en “estampidas en ese contexto de disturbios”, sin precisar un lugar.
El presidente Cyril Ramaphosa anunció el lunes el envío de tropas para auxiliar a una Policía desbordada por los disturbios y “restaurar el orden”.
Malestar. Los primeros incidentes, con rutas bloqueadas y camiones incendiados, se produjeron el viernes, al día siguiente del encarcelamiento de Zuma, condenado a una pena de prisión en firme por desacato a la justicia.
Los hechos de violencia se propagaron luego durante el fin de semana en la aglomeración de la ciudad de Johannesburgo.
Los incidentes continuaron el martes, constataron varios periodistas de la AFP, especialmente en Soweto, inmenso township (áreas desfavorecidas reservadas a personas “no blancas”) al oeste de Johannesburgo.
Arrestos. Al menos 1.234 personas fueron detenidas, informó este martes la Policía.
Por la mañana, en una declaración optimista, el ministro a cargo de las fuerzas de seguridad, Bheki Cele, había asegurado que la Policía garantizaría que la situación “no se deteriore aún más”.
El martes en la mañana, decenas de mujeres -algunas vistiendo batas-, hombres y niños, irrumpieron en las cámaras frigoríficas de la carnicería Roots, en la plaza Diepkloof de Soweto, y salieron de allí con pesadas cajas de carne congelada sobre sus hombros o cabezas.
Un único custodio privado permaneció en el lugar mientras intentaba comunicarse por teléfono, presuntamente para pedir refuerzos.
La Policía llegó unas tres horas más tarde y disparó balas de goma.
Al anunciar el despliegue de militares, el lunes por la noche, el presidente Ramaphosa dijo que era de “vital importancia restaurar la calma y la estabilidad sin demora, en todas partes de país”.