Nómadas digitales serán el objetivo de campaña para subir visitación al país
››Se promueven ventajas y beneficios específicos de quedarse aquí
Un mensaje homólogo del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), la Promotora del Comercio Exterior (Procomer) y la Coalición Costarricense de Inciativas de Desarrollo (Cinde) servirá para atraer a los nómadas digitales, cuando falta menos de un mes para emitir el reglamento a la nueva ley.
La idea es que Costa Rica se promueva con un solo mensaje en este nuevo tipo de segmento o categoría de viaje, sobre la base de todas las ventajas generales que tiene el país (sol y playa, montaña, gente amable, comida rica y cultura) y añadiendo elementos específicos para ellos (conectividad, trámites más ágiles y un ley que respada su estadía en el país), explicó Carolina Trejos, directora de Mercadeo del ICT.
Agregó que las tres entidades, bajo la sombrilla de la marca país “Esencial Costa Rica”, coordinan en este momento el mensaje que darán en sus plataformas y actividades, como parte de la preparación para captar a este tipo de viajero, el cual se podrá quedar durante un año, de acuerdo con la nueva ley.
Mientras tanto, Juan Gabriel Coto, actual head of Commercial & Sales Centroamérica de Mobility Ado y quien trabajó varios años en atracción de nómadas digitales en los hoteles Selina, dijo que este tipo de turista requiere de relación con la comunidad, lugares adecuados para trabajar (coworking), agilidad en procesos (incluida la cancelación de reservaciones por emergencias), excelente conexión a Internet, bienestar (servicios de yoga, masajes holísticos, ceremonias), aventura, gastronomía y cultura.
Por esa razón, su estadía va a estar muy relacionada con la comunidad donde se hospede. Es de esperar también que se desplacen a diferentes zonas del país y no permanezcan en un solo lugar, señaló Coto.
Celina Alioto, propietaria del hotel Colina Secreta Glamping, en Puerto Viejo, Caribe sur, apuntó que en plena pandemia ha tenido nómadas digitales hasta por nueve meses, como el caso de una australiana, pese a que tenía que renovar su condición cada tres meses.
Explicó que la estancia de nómadas digitales salvó su negocio, pese a tener que establecerles una tarifa diferenciada, pues tenían solo un poco más de medio año de apertura cuando se presentó la emergencia, en marzo del 2020.
Esta preparación para recibir a los nómadas digitales sucede mientras la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) indicó que el reglamento a la ley está en proceso de revisión del Ministerio de Gobernación. La legislación dio dos meses para emitir disposiciones, así que hay tiempo hasta terminar octubre.
El diputado liberacionista Carlos Ricardo Benavides, uno de los impulsores de la normativa, aprobada en segundo debate el 13 de julio, y firmada el 11 de agosto, recordó que se publicó el 31 de agosto y a partir de ahí corren los dos meses para reglamentarla.
Benavides consideró que es difícil por ahora estimar el número de turistas que van a ingresar como nómadas, pues eso va a depender mucho, dijo, de que el trámite que diga el reglamento salga lo menos complicado posible para quienes lo requieran.
Rodolfo Lizano, director de Planeamiento y Desarrollo Turístico del ICT, aseveró que aún no existe esta categoria de clasificación de los turistas para ubicarlos a su entrada al país, por lo cual no hay datos de cuántos pueden arribar. Consideró que se debe definir esa categorización para tener información de ellos.
Salvación. Alioto recordó que al abrir el hotel Colina Secreta Glamping, su mirada estaba puesta precisamente en los nómadas digitales, por lo cual invirtieron en un contrato especial con una empresa privada, para garantizar una conexión de muy alta calidad y permanente.
Pero a los seis meses se vino la pandemia y la zozobra. ¿Cómo pagar ese contrato si se cerró el ingreso a turistas? Resultó que la calidad de la conexión a Internet se convirtió luego en la salvación para la naciente empresa, destacó.
La empresaria resaltó que nómadas digitales que estaban en el país se acercaron a hospedarse, precisamente buscando la calidad del Internet, aparte de la tranquilidad de Puerto Viejo y las bellezas naturales de la zona, aunque muchos de ellos trabajan hasta nueve horas seguidas.
La llegada de ellos produjo los ingresos necesarios para mantener el hotel en actividad y cumplir con el contrato de servicios de Internet, con lo cual volvieron la tranquilidad y la salvación, narró. “Estamos muy contentos, pese a lo que pasó inicialmente con la inversión, luego la pandemia nos volvió más fuertes”, comentó la empresaria.