Narcotraficantes pagarán con pena máxima por ‘tumbonazo’ y doble crimen
El Tribunal Penal de Desamparados dictó la tarde de este jueves 63 años de cárcel contra Luis Alonso Chavarría Rodríguez, y 77 años contra José Vinicio Solís Cerdas, sentenciados por el asesinato de un padre y su hijo a quienes sustrajeron una carga de droga en el 2018.
Las víctimas fueron Bernal Barrantes Segura, de 53 años y Jorjanny Barrantes Núñez (25).
Contra Solís el Tribunal dictó una pena más alta que la solicitada por el ente fiscal, ya que en lugar de los 66 años solicitados, los jueces le impusieron 77.
Lo anterior porque, además de los dos homicidios (60 años) y el robo agravado (3 años), se le condenó a 10 años por venta de drogas y 4 por tenencia ilegal de arma de fuego.
Solís afrontó en un mismo juicio dos causas, ya que no quiso someterse a un proceso abreviado por la causa de venta de drogas, como sí lo hicieron dos cómplices detenidos junto a él, en el 2019.
De todos modos, como en nuestro país la legislación dispone que la pena máxima es de 50 años, ese será el plazo máximo que descontarán los sentenciados una vez que la condena quede en firme.
Según lo establecido en la acusación fiscal, el 22 de agosto del 2018 los acusados Chavarría, quien hoy tiene 41 años y Solís, de 26, idearon un plan para apoderarse ilegítimamente de una carga de droga (tumbonazo) que era propiedad de Bernal Barrantes.
En esa ocasión, le hicieron creer a Bernal que Chavarría le ayudaría a hacer un negocio, por lo que este se desplazaría hasta su vivienda en Paso Canoas, cantón de Corredores. De ahí lo escoltaría hasta San José y posteriormente hasta Cañada del Sur, en San Sebastián.
Una vez en ese lugar, Chavarría y Solís, junto a otros dos sujetos que no fueron identificados, se apoderaron de las sustancias psicotrópicas, así como de las pertenencias de los ofendidos, ya que Bernal se hizo acompañar por su hijo Jorjanny.
Luego los privaron de libertad y los llevaron amordazados a San Cristóbal de Desamparados, donde los habrían asesinado de varios balazos. COLABORÓ EL FOtOPErIODIStA rAFAEL PACHECO