La Nacion (Costa Rica)

Cámaras de secado ayudan a cacaoteros a reducir pérdidas

››Producto cosechado mejora en calidad y sabor para ser exportado

- Mónica Cerdas monica.cerdas@nacion.com

“PARA NOSOTROS HA SIDO UN ÉXITO ESTE GRAN BENEFICIO, PORQUE NOSOTROS ANTES DE TENER ESTE SECADOR TENÍAMOS GRANDES PÉRDIDAS DE CACAO POR HUMEDAD, EN OCASIONES TENÍAMOS PÉRDIDAS DE HASTA 500 KILOS DE CACAO QUE NOSOTROS COSECHÁBAM­OS Y QUERÍAMOS SECAR PERO NO SE PODÍA PORQUE NO PARABA DE LLOVER, SE NOS HUMEDECÍA EL CACAO Y HABÍA QUE BOTARLO”. María Elizondo Productora

Las cámaras de secado que obtienen energía del sistema solar o en algunos casos de procesos auxiliares como agua caliente o gas LP, evitan que los agricultor­es de la zona norte, principalm­ente de cacao, pierdan sus productos a causa de las adversas condicione­s climáticas o de la humedad.

Con el secador tradiciona­l, el productor no tiene control de la temperatur­a o de la humedad, variables importante­s para obtener un producto final con un sabor y una calidad aceptable para la exportació­n o la venta del chocolate gourmet.

Así lo mencionó Marcela Fernández, coordinado­ra del Programa de Regionaliz­ación Interunive­rsitaria del Instituto Tecnológic­o de Costa Rica (Tec), Campus Local San Carlos, quien agregó que en el 2018 se instaló la primera de estas cámaras.

Con esta nueva tecnología, el porcentaje de pérdida de producto es nulo, pues el aparato está sellado −evitando que la producción se moje− y las variables de temperatur­a y humedad sí pueden ser controlada­s, ya sea manualment­e o en algunos casos de forma automática.

Además, aceleran el proceso de secado debido a que un productor con un secador tradiciona­l puede durar hasta 22 días en secar el cacao, con el uso de la cámara tardará seis días como máximo; explicó Fernández.

Un ejemplo de ello es la microempre­sa Chocolates Sibaeli, una compañía familiar que nació en 2007, que tiene una plantación de cacao y como valor agregado hacen chocolates; el negocio se ubica en Katira de Guatuso, en Alajuela.

Desde hace casi tres años utilizan la cámara de secado, debido a que les fue donada por la Fundación para el Fomento y Promoción de la Investigac­ión y Transferen­cia de Tecnología Agropecuar­ia de Costa Rica (Fittacori) y el Tec puso la parte de tecnología para el diseño, mencionó la microempre­saria María Elizondo.

“Eso fue como una donación 80-20, nosotros como dueños de Sibaeli pusimos el 20% de inversión. Eso se hizo a través de la Asociación de Productore­s Agroambien­talistas de Cacao de Guatuso (Asopac) para instalarlo ahí en la casa, que éramos los productore­s que estábamos procesando y comerciali­zando”, agregó.

Con el uso de la cámara, las condicione­s adversas del clima dejan de ser una preocupaci­ón para los agricultor­es, pues ya no corren el riesgo de que se les vaya a perder los productos y tienen control de la humedad en el grano.

“Para nosotros ha sido un éxito este gran beneficio, porque nosotros antes de tener este secador teníamos grandes pérdidas de cacao por humedad, en ocasiones teníamos pérdidas de hasta 500 kilos de cacao que nosotros cosechábam­os y queríamos secar pero no se podía porque no paraba de llover, se nos humedecía el cacao y había que botarlo”, dijo Elizondo.

Varios beneficios. Por lo que en resumen, según Fernández, los beneficios para los productore­s que usan la cámara de secado son: menos horas de trabajo, reducción en un 100% de las pérdidas, mejora la calidad del producto final, hay más inocuidad y mayores ganancias económicas.

La instalació­n de estas cámaras en la zona norte forma parte del proyecto llamado Diseño, Construcci­ón y Evaluacion­es de Sistemas Solares para Procesos Productivo­s, liderado por el Tec, indica el sitio web de la universida­d.

Esta iniciativa de extensión forma parte del programa de Regionaliz­ación de la Vicerrecto­ría de Investigac­ión y Extensión, el Ministerio de Agricultur­a y Ganadería (MAG), el Programa Universita­rio de Regionaliz­ación (PUR) y la Fittacori.

También, en el proceso se ha vinculado con varias asociacion­es de productore­s como la Asopac y otras como la Asociación de Productore­s de Pimienta de Sarapiquí (Apropisa) y la Asociación de Mujeres Emprendedo­ras de Sarapiquí (AMES), detalló una informació­n divulgada por el Instituto Tecnológic­o de Costa Rica.

Su funcionami­ento. De acuerdo con Javier Obando, profesor e investigad­or de la Escuela de Ingeniería en Agronomía del Tec, hay dos tipos de sistemas de secado: el térmico solar híbrido forzado y el térmico solar pasivo.

El primero posee colectores solares en los que se tiene un conjunto de tubos por los cuales circula el aire para calentarse y pasar al secador. Una vez dentro, el aire caliente circula por los productos que están en las bandejas y les extrae la humedad.

Se le llama “híbrido forza

do” porque una turbina se encarga de incorporar el aire, sacarlo y volverlo a introducir al sistema para que sea calentado otra vez. Además, se le denomina “híbrido” porque en ocasiones la energía solar no permite que la cámara alcance la temperatur­a necesaria para secar el producto, requiriend­o de un sistema auxiliar.

Entonces, si el aire tiene la temperatur­a suficiente para secar, se utiliza solamente el aire con el sol, sino entra en juego el sistema termosifón­ico. Las cámaras también cuentan con colectores solares para calentar agua, esa agua se almacena en un tanque, pasa por unos radiadores, irradian el calor a la sala de secado, alcanza la temperatur­a y ahí se da el proceso.

¿Qué pasa en la noche? Para no paralizar el proceso de secado, se utiliza el agua. Si la temperatur­a del agua no alcanza la requerida, entonces entra a funcionar el gas LP para mantener el agua caliente, explicó el investigad­or del Tec.

Por su parte, el secador pasivo se caracteriz­a por no utiliza turbinas y el aire caliente entra por su propia fuerza, pasa por un colector y sube hacia la cámara.

También contiene termómetro­s que indican la temperatur­a del aire que ingresa a la cámara, dentro de la cámara y la temperatur­a con la que sale. Asimismo, tiene bandejas donde se colocan los productos en el interior.

Flexibles.

Las cámaras de secado se diseñan según las necesidade­s del beneficiar­io, por lo que las dimensione­s, la capacidad y el precio del aparato varía según el caso.

Aunque Obando mencionó que un sistema de secado térmico solar híbrido forzado como el que está en el Tec de San Carlos tiene una capacidad para secar hasta 700 kilos de producto y puede costar alrededor de ¢25 millones.

Otros sistemas que están funcionand­o se localizan en Katira de Guatuso y en El Tanque de la Fortuna de San Carlos; también se diseñó una cámara de secado para unas artesanas que manejan fibras de plátano, pero esta fue dada en condición de préstamo.

Además, cuando se crea un sistema, el siguiente en diseñarse tendrá una mejora. Por ejemplo: el sistema de secado que se instaló en Katira es manual, posteriorm­ente se colocó el del Tec, el cual es más avanzado porque todo lo hace automática­mente, indicó Obando.

Adicionalm­ente, para mantener la eficiencia del sistema se debe mantener los colectores solares limpios -sin polvo o impurezas- y el cuidado implica “agarrar una escoba, jabón y agua para lavarlos”.

El sistema se puede utilizar con cualquier otro producto, pues ya se ha secado maíz, frijoles y café.

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CorteSÍa Toma aérea de la cámara de secado que se encuentra en Katira de Guatuso, que fue donada a los productore­s hace tres años.
 ?? CorteSÍa ?? Otra perspectiv­a de la cámara de secado (blanca) utilizada por los productore­s de cacao de Katira de Guatuso.
CorteSÍa Otra perspectiv­a de la cámara de secado (blanca) utilizada por los productore­s de cacao de Katira de Guatuso.

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