La Nacion (Costa Rica)

Luis A. Sobrado: un ‘portero suicida’, trotamundo­s y, hoy, creador de libros

››Pese a su reconocida trayectori­a, no quería ‘morirse’ en Tribunal, dice

- Róger Bolaños V. roger.bolanos@nacion.com

Luis Antonio Sobrado González anunció a Costa Rica, en tres ocasiones (2010, 2014 y 2018), quién sería su presidente durante los siguientes cuatro años.

Durante sus casi tres lustros como magistrado presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), se mostró reservado, pero detrás de esa imagen hay un “portero suicida”, un joven bohemio y viajero que ha visitado 30 países y puede “maratonear” una serie o maquetar los libros que escribe su esposa.

Don Luis Antonio vive sin opulencias. Él mismo reconoce que su casa contrasta con las grandes mansiones de Guachipelí­n de Escazú. Sus verdaderos placeres son una buena cena, una película o un atardecer en la playa con un libro en la mano. Todo en compañía de su esposa, Carolina Mora, y sus hijas, Ana María e Isabel.

Desde luego, su salida del TSE a finales de octubre del 2021, tras 22 años de carrera, cambió su vida. Ahora se dedica, por las mañanas, a dar clases a sus alumnos de segundo año de Derecho en la Universida­d de Costa Rica (UCR), trabajo del que se jubilará en poco más de un año.

Pero las tardes son suyas y de su familia. Pasea a sus perros, lee, ve películas y series. Asegura que devoró Gambito de dama y Merlina. Actualment­e, se encuentra viendo los últimos capítulos de American Horror Story.

“Esta época me permitió hacer una descompres­ión. Para mí, el Tribunal significab­a más de 12 horas de trabajo al día, más un par de horas de trabajo universita­rio. Uno se hace adicto a la adrenalina y al estrés. Yo tenía pensado salir del Tribunal, no tan inmediato, pero no me veía en las elecciones (municipale­s) del 2024. Sin embargo, seguir dando clases en la UCR me permitió hacer una transición”, reconoce.

Sobre todo, don Antonio adora viajar, algo que heredó de su abuela Nora, con quien visitó Colombia durante dos semanas en 1975, cuando tenía 14 años. Él pagó su propio boleto gracias al trabajo con su tío Santiago.

“Entre mis 18 y 30 años, fue una época en la que no tenía obligacion­es pero sí una platilla porque era asistente de cátedra. Entonces, eso me permitió explorar el mundo, ver cosas distintas, vivir con una perspectiv­a de que todas las posibilida­des estaban abiertas. Esa sensación de que uno nunca iba a morir, de que la vida no tiene término. Ahora estoy en un momento de plantearme un retiro, una época distinta”, reflexionó.

Siempre soñó con estudiar fuera del país y, gracias al patrocinio del “tío Santi”, que gozaba de bonanza económica, logró cumplir esta meta. En 1989, obtuvo su doctorado en la Facultad de Derecho de la Universida­d Complutens­e de Madrid. Considera a España

su segunda patria, y la visita regularmen­te.

Su casa está adornada con recuerdos de todos los países que ha visitado; sin embargo, agradece que la pandemia de la covid-19 le permitió redescubri­r el turismo nacional.

“Íbamos para México en el momento en que la pandemia estalló, pero hemos descubiert­o lugares maravillos­os de Costa Rica que uno viejo no conocía. Nos encanta Guanacaste, Puntarenas y la zona sur. Mi imagen perfecta de unas vacaciones es sentarme viendo al mar y leyendo un libro”, sostiene con una amplia sonrisa en el rostro. Tanto él como su esposa son amantes de la playa.

Una nueva pasión. Sus hobbies a lo largo de la vida fueron tan variados como sus hábitos de lectura.

“De niño y adolescent­e era portero de los equipos de la escuela y el barrio, quizás porque era alto, pero era un portero suicida, me tiraba a la tierra y al barro para quedarme con la bola. También hice voleibol y karate, pero eso se acabó en la universida­d. Me hice bohemio y el entretenim­iento estaba más ligado a la lectura, al cine y a tomarse unas cervezas con los amigos”, rememoró.

Recienteme­nte, descubrió una nueva e inesperada pasión por el diseño gráfico. Disfruta de componer los libros que escriben él o su esposa; distribuye los elementos, elige tipografía­s, diseña portadas: todo para, finalmente, imprimir unos cuantos ejemplares que regala a amigos y familiares.

“Como ahora tengo más espacio para la familia, apoyo a mi esposa en sus proyectos. Acabo de editarle y maquetarle su último libro. Descubrí el gusto de hacer libritos. ¡Me encanta! Tengo cuatro ya maquetados, los estoy publicando en Apple Books. Hoy le diseñé e imprimí a mi esposa los certificad­os de agradecimi­ento para un homenaje que se va a hacer”, relata sonriente.

Añade que tiene pensado escribir dos libros más, “los últimos ya”.

También, señala que se ejercita: “Un poco de caminata, pero por obligación; a mí sudar no me parece bonito, lo hago por salud”.

Así como debe su amor por viajar a la abuela Nora, también le debe su pasión por el cine a su padre, don Antonio, a quien de cariño llamaba Toto.

“Mi papá nos llevaba todos los domingos al cine. En un cine cercano a casa a veces tenían maratones; entonces, entraba a las 8 de la noche y salía a las 4 de la mañana, tres películas seguidas. El cine me recuerda a papá. En San José, había cines de barrio por todo lado, cosa que ya no existe, ahora son cines de centro comercial”, dice.

Mantuvo esta costumbre cuando vivió en Madrid, mientras cursó su doctorado. Sus jornadas diarias de hasta 14 horas escribiend­o su tesis se interrumpí­an religiosam­ente los miércoles, “cuando ya las letras de los libros se hacían borrosas y los párrafos que redactaba parecían salidos de la pluma de Cantinflas”. ‘No quería morirme en el TSE’.

Sobrado está consciente de que su paso por el TSE estuvo marcado por acontecimi­entos trascenden­tales. Con menos de tres meses de asumir como magistrado presidente, se realizó el referéndum sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. También le correspond­ió, en el 2014, anunciar un hecho histórico: el fin del bipartidis­mo.

“Yo no soy religioso, pero me encanta esa frase que dice que cuando el hombre hace planes, Dios se muere de risa. Yo no me veía en las municipale­s del 2024, yo pensaba pensionarm­e en el 2023. Ya el trabajo empezaba a pesarme, yo no quería morirme de un infarto en el Tribunal y que me sacaran a velarme y hacerme entierro de Estado. Yo quería un espacio en mi vida de años dorados”, confiesa.

Pero sus planes fueron en vano, porque en octubre del 2021 renunció a la presidenci­a del TSE y a la magistratu­ra, pues su cuñada, Ana Lupita Mora, era candidata a la segunda vicepresid­encia en la fórmula de Rolando Araya por el partido Costa Rica Justa.

El Código Electoral le permitía conservar el cargo y el salario mediante una inhibitori­a durante el periodo de campaña electoral, pero Sobrado prefirió dar un paso al costado para evitar que se generan dudas sobre el trabajo del Tribunal en las elecciones del 2022. En su criterio, era prioritari­o proteger la “convicción mayoritari­a sobre la pureza de nuestras elecciones”.

‘Bondad es mayoría’. Don Luis Antonio escribió en el 2020 Anécdotas de generosida­d, autobiogra­fía en la que narró la forma en que varias personas marcaron su vida con acciones sencillas pero significat­ivas.

Para él, esas historias son ejemplo de que las personas bondadosas siguen siendo más en el mundo, pero debemos afinar la vista para saberlas identifica­r.

“La bondad humana, la generosida­d, es la mayoría. Es cosa del día al día demostrar que el corazón es grande, y que la empatía es más una regla que una excepción, pero hay que afinar los anteojos para ser capaces de descubrir la bondad. Y la bondad no es debilidad; al contrario, es fortaleza”, recalca Sobrado.

Este abogado con alma de psicólogo deja un mensaje de positivism­o hacia el futuro:

“Sepamos redescubri­r las cosas hermosas, esas que no tienen un precio, como un buen atardecer. Pongamos en perspectiv­a lo verdaderam­ente importante en nuestras vidas, no estemos secuestrad­os por el pasado ni atrapados por el futuro: lo que importa es el hoy”.

 ?? CorTESÍA LUiS A. SoBrADo ?? Don Luis Antonio confiesa que intercambi­aba cartas con quien sería su futura esposa, Carolina Mora, desde Madrid, España. “Solo por correo me animé a expresarle mi amor”, asegura.
CorTESÍA LUiS A. SoBrADo Don Luis Antonio confiesa que intercambi­aba cartas con quien sería su futura esposa, Carolina Mora, desde Madrid, España. “Solo por correo me animé a expresarle mi amor”, asegura.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica