Exdirector describe trato intimidatorio de ministra de Cultura
Alexánder Cuadra, uno de los cuatro directores cesados el 11 de mayo, sostiene que la ministra nayuribe guadamuz tenía una comunicación ‘casi que agresiva’ con los funcionarios
E l productor y administrador Alexander Cuadra, exdirector del Centro de Producción Artística y Cultural (CPAC), describió lo que calificó como una comunicación “casi que agresiva” por parte de la ministra de Cultura, Nayuribe Guadamuz, durante el tiempo en que estuvo en el cargo nombrado por ella misma.
“Vuélvame a ver a los ojos”. “Ya ustedes saben qué puede pasar si esto no pasa”. Esas son algunas de las frases de Guadamuz que el exfuncionario asegura haber recibido de parte de la jerarca.
Además, en esta entrevista con La Nación, detalló que sus roces con la ministra se dieron, principalmente, por su ayuda para producir eventos de Casa Presidencial.
Cuadra fue uno de los cuatro directores cesados por la ministra la noche del 11 de mayo mediante un correo electrónico que alegaba la necesidad de un “ajuste en la gestión estratégica que se procura desde el despacho ministerial”. De hecho, Cultura anunció el martes pasado que la gestora cultural y productora escénica, Sally Molina Villalobos, fue nombrada como directora del CPAC a partir del 23 de mayo.
A continuación, los principales extractos de la conversación:
––¿Cómo califica el liderazgo de la jerarca dentro del Ministerio de Cultura?
—Creo que siempre se debe considerar —sobre todo para un puesto tan importante como es ser un ministro— el conocimiento que tenga sobre el tema específico al que se va a dedicar, experiencia y liderazgo, o sea, el manejo de cantidad de personas y direcciones.
“En un tiempo muy corto, comencé a observar debilidades de liderazgo, desconocimiento de la contratación administrativa y desconocimiento del funcionamiento del Ministerio; además de una comunicación poco asertiva. Una comunicación casi que agresiva con todos, no solo conmigo”.
––¿Agresiva en qué sentido? —Temas como ‘vuélvame a ver a los ojos’, ‘ya ustedes saben si esto no pasa, qué puede pasar’, ‘si no, tengo que hablar con el presidente...’. A eso me refiero. A ese tipo de comunicación que lo único que hace es propiciar intimidación.
“Creo en la comunicación asertiva, en tener comunicación abierta, unión, apoyar a las personas y no utilizar la amenaza como instrumento para buscar resultados”.
––¿Siempre fue así o fue con el avance de la gestión? —Desde el inicio fue así.
Algunos roces.
––Dos semanas después de que le llegó la carta de cese, ¿cómo analiza su salida de la dirección del CPAC?
—Sigo todavía con dudas. Durante estos días, no puedo negar que he tratado de buscar respuestas para entender cuál es la razón.
“Hice mi trabajo y creo que lo hice bien. Prueba de eso fue el análisis de evaluación del desempeño que hice directamente con la ministra, donde ella me mostró sus observaciones y las cuales, yo traté de resolver en el corto plazo, porque eso ocurrió en febrero”.
––¿La ministra lo evaluó bien? —Sí, fue un 95 de evaluación. No me considero tampoco que soy un 100. Todos estamos en un proceso de mejora en cualquier organización y yo entiendo también que tengo mis fortalezas y debilidades como profesional y como ser humano. Sin embargo, esa conversación (con la ministra) fue franca, sincera, muy profesional y de acuerdos, en el sentido de que teníamos que tener un poco más de comunicación.
––Me dice que uno de los temas a mejorar fue el tema de la comunicación. ¿Es difícil comunicarse con la ministra? —Sí, es complejo. Yo planteé esa reunión semanal, la cual nunca se dio después de esa revisión en febrero. De ahí en adelante, básicamente, nuestras conversaciones eran en pasillos o en actividades, pero no de manera profesional para revisar el cronograma (de actividades del CPAC) que le habíamos presentado los productores y yo.