Consultas por crisis nerviosas crecen hasta 40% al inicio de clases
› Ansiedad y temor son las emociones que más presentan los estudiantes
El inicio del curso lectivo trae consigo una mezcla de emociones en los estudiantes de todos los niveles que puede producir ansiedad y episodios de crisis nerviosas.
De hecho, el Colegio de Profesionales en Orientación (CPO) estima que, en los primeros meses luego de la entrada a clases, las consultas crecen entre un 30% y 40%, dependiendo de diferentes circunstancias, como el contexto y el centro educativo.
Según Vinicio Jiménez, representante del CPO, las personas menores de edad pueden sufrir incertidumbre por enfrentar nuevas rutinas, por la separación de las personas y por entornos que representan un lugar seguro.
También pueden sufrir por el cambio de compañeros, profesores y aulas, así como por temor a una mayor exigencia académica.
Incluso, dijo, la escena en la que las niñas y los niños no se quieren despegar de sus padres y madres en las puertas del centro educativo, que comúnmente se observaba a edades preescolares, cada vez es más frecuente en cuarto y quinto de primaria.
Para Jiménez, las señales que indican ansiedad y temor en los menores van desde comentarios explícitos sobre su estado de ánimo, quejas, problemas para conciliar sueño y falta de apetito hasta dolores de cabeza o de estómago.
Consejos. Antes del 8 de febrero, día en que se inicia el curso lectivo en Costa Rica, los orientadores recomiendan a los padres de familia anticipar los cambios, señalando a los estudiantes las modificaciones que ocurrirán al comenzar el curso lectivo, en comparación con el año anterior, como horarios, nuevos docentes, compañeros o materias.
Los especialistas también aconsejan reconocer y aceptar las emociones que está experimentando el estudiante, evitando emitir juicios de valor negativos sobre la situación, con frases como “eso no es nada” o “ya estás muy grande para sentirte así”.
Los padres de familia o encargados pueden recordarles a los menores situaciones similares que hayan enfrentado antes y que lograron superar con éxito, como el primer día de clases del año anterior, o bien, cuando se cambió de casa o de escuela, o cuando conoció nuevas compañeras y compañeros.
Por último, recomiendan acompañar a la persona en la formulación de metas a corto y mediano plazo que lo motiven en este nuevo curso lectivo; por ejemplo, participar en algún equipo deportivo, conocer nuevas personas, aprender a tocar algún instrumento o mantener y mejorar su rendimiento académico.
“El inicio de clases es un proceso de transición que debe estar acompañado por la atención de los padres y madres de familia desde días previos al ingreso a los centros educativos. Como profesionales, hacemos un llamado a prestar atención y soporte a las personas menores de edad en estas semanas”, añadió Jiménez.