Hombre atrapado por más de 16 horas en pozo lucha por su vida
› Entró a sala de ‘shock’ en el san Juan de dios y pasó a la UCi
Un trabajador de 33 años, quien quedó atrapado durante más de 16 horas en el fondo de un pozo de 12 metros de profundidad en Tabarcia de Mora, San José, permanece en estado muy delicado en el Hospital San Juan de Dios, donde ingresó alrededor de las 4 a. m. de este jueves.
En el centro médico informaron de que fue abordado de inmediato en la sala de shock, donde durante la mañana le realizaron estudios indispensables para descartar lesiones graves. Posteriormente, fue pasado a la unidad de cuidados intensivos (UCI).
“Continuará bajo vigilancia estricta y recibirá todos los cuidados médicos, estudios y procedimientos necesarios acordes con su condición y según los criterios técnico-médicos”, precisó Beverly Montero, encargada de prensa del centro médico.
El peón, de origen nicaragüense y de apellido Pineda, quedó atrapado el miércoles pasado cuando la tierra se desprendió durante sus labores en el fondo y quedó prensado de la cintura hacia abajo, solo con movilidad en un brazo y la cabeza. La Cruz Roja recibió la alerta a las 10:25 a. m., y la primera unidad llegó al sitio, en calle Vargas, a las 10:59 a. m.
Aunque el trabajador estuvo consciente durante las 16 horas que duró el rescate, el médico de Bomberos, Marco Vargas, indicó que las condiciones en las que estuvo eran muy precarias. A pesar de atender sus necesidades de hidratación, oxigenación y circulación, desde el principio se presentaron los síndromes de inmovilidad y el de aplastamiento, que afectaron sus músculos.
Lo anterior generó complicaciones durante la fase de rescate, y por eso el pronóstico sobre su evolución es reservado hasta que se obtengan los resultados de los exámenes médicos que le practicaron.
Complejo rescate. Cristian Quesada, de la Cruz Roja, informó de que se requirieron 30 cruzrojistas, una cantidad similar entre Bomberos y personal de Rescate Urbano, además de otras 20 personas, como operarios de maquinaria municipal, geólogos del Instituto Costarricense de Electricidad y policías de la Fuerza Pública y municipales. Ante un colapso en el terreno, lo primero es asegurar la escena, llegar hasta el paciente y comenzar la estabilización en el fondo del pozo.
Posteriormente, se determinó la forma en que se llevaría a cabo el rescate, que resultó tenso y complejo debido al espacio tan confinado. Se utilizaron cuerdas y arneses para el rescate vertical, que concluyó a las 3:15 a. m. de este jueves. (Ver recuadro).
Lo más difícil fue la incomodidad para atender el caso en un sitio oscuro y profundo, así como ver pasar tantas horas a sabiendas de que la salud del paciente podía complicarse. De igual forma, había que velar por que no hubiera desprendimientos adicionales que comprometieran la faena de rescate, explicó Quesada.
Inmediatamente después de sacar al trabajador a la superficie, se le estabilizó en el lugar y se le trasladó al hospital.
Caso similar. Uno de los casos más recientes en los que el síndrome de aplastamiento resultó letal ocurrió el 23 de junio del 2017 en horas de la tarde, cuando Minor Pérez Castro, de 49 años, quedó atrapado en la cabina de la draga que operaba al momento en que cayó un deslizamiento en un tajo en la Garita de Alajuela.
Al día siguiente, luego de 20 horas de labores, se logró su rescate y, aunque entró consciente al centro médico, al día siguiente hubo que amputarle las piernas y dos días después falleció.
Esa vez, el doctor Douglas Montero, director del Hospital México (centro donde murió don Minor), dijo que el síndrome de aplastamiento ocurre cuando los órganos internos han sido comprimidos de modo que no les llega sangre y resultan lesionados.