Ovsicori: Erupciones tipo géiser no implican riesgo para visitantes del Poás
La disminución de agua en el lago del volcán Poás genera frecuentes erupciones de tipo géiser, lo que llama la atención de los visitantes que tienen la suerte de toparse con alguna ventana en la nubosidad y pueden ver el cráter del coloso alajuelense.
Ayer, por ejemplo, muchos pudieron observar la actividad y escuchar desde el cráter el sonido de esas erupciones, que a veces se asemeja al de un jet en vuelo.
Según Javier Pacheco, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), todavía no se observan cambios en el volcán que ameriten cerrar el acceso a los turistas. Más bien, se trata de erupciones muy pequeñas que obedecen a los cambios que experimenta el lago cratérico por razones climáticas.
La actividad surge debido a la disminución de las lluvias que afecta el nivel de la laguna. Según Pacheco, dejó de llover desde noviembre, mientras que años atrás en diciembre y enero aún caían lluvias importantes en la cima del macizo.
Anteriormente, el peso del agua sobre el cráter era mayor, ya que la cantidad de líquido cubría todo el fondo, incluído el montículo en forma de península que se formó en el costado norte, cuando hubo una erupción en una fumarola lateral, que desprendió parte de la pared norte hacia el lago.
El viernes pasado, se llevó a cabo un sobrevuelo con dron sobre el lago para confirmar que cada vez está más seco, aunque todavía cubre el fondo con un bajo nivel de agua hiperácida. También se midió la temperatura sin necesidad de que los científicos bajaran hasta el cráter.
Se determinó que varias fumarolas que quedaron expuestas al bajar el nivel siguen activas, pero la medición de gases se mantiene entre 400 y 500 toneladas diarias de dióxido de azufre (SO2), lo que se considera un nivel bajo. Hasta llegar a 10.000 toneladas diarias, implica una fuerte actividad en el volcán.
Sin riesgos. Las erupciones tipo géiser, que elevan material entre 50 y 500 metros de altura, se deben a que al haber menos agua, el calor del fondo ya no se disipa tanto como cuando la laguna estaba llena. Todavía esas erupciones no implican riesgo alguno para los visitantes.
Las que sí se exponen a riesgos son las personas que entran de manera ilegal, pues el viento lanza los gases hacia el oeste, por donde suelen entrar las excursiones furtivas.
La vigilancia sigue de forma estricta, ya que se trata de un volcán activo en el que el magma profundo puede subir rápidamente. La sismicidad propia de volcanes activos o el tremor debido a las vibraciones internas en lo profundo también siguen sin representar riesgo alguno, ya que no hay signos de magma rompiendo rocas.