La Nacion (Costa Rica)

Mujer en silla de ruedas que cuida a sobrino sufre rebajos del PANI

› Patronato le redujo de ¢132.000 a ¢109.000 el depósito mensual

- Roger Bolaños V. roger.bolanos@nacion.com

Lilliam Artavia Ávila es una mujer usuaria de silla de ruedas que, en marzo del 2020, tuvo que hacerse cargo de sus dos sobrinos, de 12 y 17 años de edad, luego de que su hermana, Miriam Artavia Ávila, fuese asesinada y su cuerpo apareciera en la vía pública en Golfito, Puntarenas.

Ella asegura que durante tres años su familia estuvo abandonada por el Estado, hasta que en marzo del 2023 el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) aprobó darles una asignación familiar de ¢132 mil mensuales por el sobrino menor. Sin embargo, ahora en enero recibió la noticia de que le rebajarían a ¢109 mil el depósito.

La situación de su familia es complicada: ella recibe una pensión del régimen no contributi­vo, debido a que vive con una discapacid­ad desde los 14 años; su esposo no tiene un trabajo estable, sino que labora en jardinería y construcci­ón cuando tiene la oportunida­d. Adicionalm­ente, en febrero debe costear los uniformes y útiles escolares de su sobrino, que ya tiene 15 años.

“A mí sobrino le ayudaron un tiempo después de que murió mi hermana, el caso lo habían abandonado, lo retomaron porque metió mano el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu)”, recalcó la mujer de 43 años.

Estos rebajos aplicados por el PANI afectarán a 4.651 menores de edad que viven en hogares de acogida.

Las reduccione­s a las asignacion­es familiares del PANI comenzaron en diciembre. Tanto Lilliam como Óscar Morera, padre de otra víctima de feminicidi­o (Eva Morera, asesinada en el 2019) confirmaro­n a La Nación que el 21 de diciembre funcionari­as del Patronato comunicaro­n a las familias beneficiar­ias que no recibirían depósitos extraordin­arios por concepto de gastos de la época navideña, como usualmente se hacía.

“Cuando nos llamaron a nosotros para una reunión, la trabajador­a social aclaró eso, que no nos darían lo de diciembre ni la ayuda de enero para útiles escolares, dijeron que eso se salía de sus manos, que eso venía desde afuera (de San José)”, declaró Artavia.

Normalment­e Lilliam utilizaba el depósito mensual del PANI para comprar la comida y costear la manutenció­n de su sobrino. Sin embargo, en enero y febrero, tendrá que pagar ella misma la subsistenc­ia del menor, para destinar los ¢109 mil de cada mes a los preparativ­os para la entrada al colegio.

El pasado lunes, en el programa radial Nuestra Voz, la presidenta ejecutiva del PANI, Kennly Garza, justificó el recorte al programa de acogimient­o familiar y aseguró que, debido a limitacion­es económicas, debían decidir entre rebajar el monto del subsidio, o limitar la cobertura y atender a menos niños.

“Y rebajar la cobertura no es una opción para la institució­n”, argumentó Garza.

Molestia. La decisión del Patronato ha provocado el rechazo de las organizaci­ones dedicadas a la protección de la niñez.

El 17 de enero organizaci­ones que integran la Mesa de Trabajo por una Agenda Social para los Cuidados de las Niñas, los Niños y las Personas Adolescent­es comunicaro­n su preocupaci­ón por los recortes aprobados por el Gobierno de la República y la junta directiva del PANI.

Esta mesa de trabajo está integrada por la Universida­d de Costa Rica (UCR), la Universida­d Nacional (UNA), los colegios profesiona­les de Psicología, Orientació­n y Trabajo Social, y las organizaci­ones Aldeas Infantiles SOS, Fundación Paniamor y World Vision.

Las entidades criticaron que los recortes realizados implican que no se abrirán nuevos cupos para asignacion­es familiares en el 2024, de manera que aumentará la lista de espera de menores de edad que podrían estar bajo el cuido de una familia en lugar de un albergue o casa de cuido.

También disminuyó el monto de la asignación para niños y adolescent­es con discapacid­ad, que pasará de ¢158 mil a ¢123 mil al mes.

“Yo le dije a ellas (las demás cuidadoras de menores) que si no levantamos la voz, el otro año nos van a quitar un poco más, y el siguiente otro poco más y cuando nos demos cuenta, ya no nos van a dar nada. Es muy difícil sobrevivir con menos plata”, dijo Artavia.

“SI NOSOTROS NO LEVANTAMOS LA VOZ, EL OTRO AÑO NOS VAN A QUITAR UN POCO MÁS, Y EL SIGUIENTE OTRO POCO MÁS Y CUANDO NOS DEMOS CUENTA, YA NO NOS VAN A DAR NADA”. Lilliam Artavia Ávila Cuidadora de menor

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La decisión del PANI de rebajar el monto de las asignacion­es familiares ha provocado molestia en organizaci­ones sociales y educativas. (Foto con fines ilustrativ­os). ToMAdA dE InTErnET

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