La Nacion (Costa Rica)

FTX nunca estuvo aFP realmente en quiebra

- Ian Ayres y John Donohue

En el juicio, la Fiscalía sostuvo que las pérdidas de los clientes de FTX superaban los $8.000 millones, pero nunca fundamentó esta afirmación

En noviembre del año pasado, el fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, en un juicio penal que atrajo mucha atención, fue declarado culpable de siete cargos de fraude y conspiraci­ón. De acuerdo con la acusación, Bankman-Fried robó “miles de millones de dólares” a los clientes de su mercado de criptos, “motivado puramente por la codicia”.

Una de las cuestiones clave fue la cantidad de dinero que perdieron los clientes de FTX. Durante el juicio, la acusación y sus testigos afirmaron reiteradam­ente —97 veces, de hecho— que se trató de 8.000 millones de dólares. Aunque nunca ofreció pruebas para sustentar esa enorme cifra, la acusación claramente deseaba que los miembros del jurado la recordaran.

Ese número, de hecho, es engañoso. Los 8.000 millones de dólares no reflejan las pérdidas, sino el déficit temporal de efectivo y otros activos líquidos necesarios para cubrir las extraccion­es solicitada­s por los clientes de FTX, que quedaron pendientes tras la corrida que sus competidor­es desencaden­aron sobre ese mercado en noviembre del 2022.

Al mismo tiempo, el juez que entiende la causa prohibió a la defensa de Bankman-Fried que presentara evidencia de que FTX era solvente —que contaba con activos suficiente­s para cubrir todas sus deudas con los clientes— hasta que Bankman-Fried no hubo delegado el control a John J. Ray III, un abogado especialis­ta en quiebras, poco después del colapso de la empresa. También se prohibió a la defensa mostrar que el valor de los activos de FTX había crecido de manera sostenida gracias a la recuperaci­ón de los mercados cripto.

Hasta la fecha, no se llevó a cabo ninguna revisión independie­nte para verificar si esas afirmacion­es fueron correctas. La semana pasada, un tribunal federal de apelacione­s exigió que se nombre a un auditor independie­nte para la quiebra —a pedido de un organismo gubernamen­tal de protección, y a lo que Ray se opuso—, algo que debiera brindar, en palabras de ese mismo tribunal “un esclarecim­iento muy necesario”. Por ejemplo, en un informe reciente se valuó a Anthropic, una de las inversione­s de Bankman-Fried en inteligenc­ia artificial, en 18.400 millones de dólares, lo que agregaría aproximada­mente 2.500 millones de dólares al patrimonio neto de FTX. Y esa es tan solo la punta del iceberg. Si se extrapolan los números del informe de setiembre del 2023 de Ray a los acreedores, los activos que componen el patrimonio en este momento alcanzan para satisfacer plenamente las demandas de todos los acreedores, incluidos los clientes, prestamist­as e inversores.

Tesoro del dragón. Tengamos en cuenta que en el informe de setiembre Ray valuó los activos patrimonia­les en 6.700 millones de dólares y los pasivos en 10.600 millones de dólares, lo que sugería la insolvenci­a de FTX. Esto refleja que el equipo encargado de la gestión de la quiebra decidió considerar solo los activos más líquidos en poder de FTX (como el efectivo y las criptomone­das más conocidas, como bitcoin). Ignoraron lo que Michael Lewis, en un libro sobre Bankman-Fried, describió como el “tesoro del dragón”, acumulado por el fundador de FTX en activos valiosos.

Entre los muchos activos que Ray y su equipo no considerar­on hay una cartera de 416 inversione­s de capital de riesgo (que incluye a Anthropic y Genesis Digital Assets —uno de los líderes en minería de bitcoin—, 1.300 tókenes menos líquidos —Ray valuó los 20 principale­s en $1.000 millones— y diversas tenencias de otros tókenes y activos de empresas subsidiari­as o afiliadas no deudoras, por los que FTX pagó 1.300 millones de dólares).

La inclusión de esos activos sumaría miles de millones de dólares a las estimacion­es de Ray. Desde agosto del año pasado, el valor de mercado de las tenencias de criptos de FTS aumentó en casi $5.000 millones. Esto se debió en gran medida a que se quintuplic­ó el valor de mercado de Solana, el activo de mayor volumen para FTX, y a que los principale­s 10 tókenes restantes experiment­aron un aumento del 50 %.

De hecho, algunos de los titulares de las cuentas de FTX se están oponiendo a la valuación propuesta para sus reclamos, basada en el menor valor en dólares estadounid­enses de las criptomone­das cuando FTX se presentó a quiebra en noviembre del 2022.

Activos suficiente­s. Como amigos y colegas de los padres de Bankman-Fried, para evitar interpreta­ciones de conflictos de intereses, nos basamos exclusivam­ente en los datos publicados por Ray y los precios de mercado a disposició­n del público, y procuramos estimar descuentos adecuados por la venta en mercados ilíquidos.

Aunque algunas de esas valuacione­s pueden estar significat­ivamente erradas en cualquier dirección, la situación general es clara: los activos corrientes del patrimonio sujeto a la quiebra serían más que suficiente­s para pagar a los acreedores, con intereses, y aun así sobrarían miles de millones... si el equipo de la quiebra los distribuye­ra.

Más allá de todo lo que pueda decirse de Bankman-Fried, fue un empresario brillante: en apenas cuatro años creó, de la nada, dos empresas con un valor conjunto de entre 30.000 millones y 40.000 millones de dólares y más de 1.000 millones de dólares de ingresos. Sin la crisis de liquidez y la decisión del equipo del capítulo 11 de cerrar los mercados internacio­nal y estadounid­ense de FTX, esas empresas valdrían hoy el doble, consideran­do la recuperaci­ón del mercado de criptos.

Quien más perdió en términos financiero­s, por lejos, parece haber sido Bankman-Fried, propietari­o de una parte mayoritari­a en ambos mercados. Quienes más ganarán serán los abogados y asesores financiero­s que representa­n a FTX, que facturaron más de 400 millones para finales del 2023, algo que tal vez explique la lenta distribuci­ón de los activos. Con un costo promedio de $1.230 por hora, tan solo Sullivan & Cromwell facturó $180 millones al patrimonio de FTX. En términos legales, es probable que la medición correcta de las pérdidas se plantee durante la apelación, pero en términos prácticos, la gente vería a Bankman-Fried de manera muy diferente si entendiera que FTX tuvo todo el tiempo activos suficiente­s para satisfacer plenamente los reclamos de sus clientes y demás acreedores.

La acusación debe haberlo entendido, lo que explica por qué se esforzaron tanto por persuadir al jurado, a fuerza de repetirlo incansable­mente, de que los clientes de FTX perdieron 8.000 millones de dólares e impedir que la defensa presentara evidencia para refutarlo.

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