‘Efecto Bukele’ refuerza el populismo autoritario en América Latina
› Gobernante tiene asegurada su reelección el próximo domingo, según las encuestas
SAN SALVADOR. AFP. Cada vez que un caso de violencia criminal estremece a algún país de América Latina, surge una voz en las calles, en las tribunas políticas o en las redes sociales: “¡Aquí lo que se necesita es un Bukele!”.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien obtuvo la victoria en el 2019 con un 53% de los votos, tiene prácticamente asegurada su reelección el próximo domingo, según las encuestas, cuyas cifras no pueden ser publicadas en vísperas de los comicios.
Este respaldo se debe a su ofensiva contra las pandillas que aterrorizaban al país.
Sin embargo, su política de “mano dura” recibe críticas de activistas de derechos humanos, ya que se apoya en un régimen de excepción vigente desde el 2022 que permite arrestos sin orden judicial y que, aseguran, facilita detenciones arbitrarias, abusos e incluso torturas.
Pese a las críticas, el “efecto Bukele” se propaga en Chile y Argentina, pasando por Perú y Ecuador, este último enfrentado a una feroz arremetida del narcotráfico, así como en Honduras y la otrora tranquila Costa Rica.
Con un respaldo del 90% de los salvadoreños, el mandatario es el gobernante más popular de la región, de acuerdo con el Latinobarómetro del 2023.
1 ¿Por qué su mano dura es tan popular en la región?
Expertos consultados por AFP coinciden en que el gobernante salvadoreño es una expresión del rechazo a la política tradicional, del desencanto con la democracia y de la pérdida de fe en instituciones que no resuelven los problemas de inseguridad, pobreza y corrupción, que son graves en América Latina.
“Es la esclerosis de la clase política que se ha alejado completamente de la sociedad y de sus demandas y necesidades”, afirmó Michael Shifter, analista de Diálogo Interamericano, con sede en Washington, Estados Unidos.
En la actualidad, un 48% de los latinoamericanos apoya la democracia como sistema político, 15 puntos menos que hace una década, según Marta Lagos, directora de la oenegé Latinobarómetro.
“La democracia no ha dado respuestas a la gente. Cuando se trata de seguridad, a los latinoamericanos les agradan las narrativas autoritarias. Hemos probado diferentes modelos y ninguno ha tenido éxito”, opinó, por su lado, Ana María Méndez, directora para Centroamérica de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Según Christophe Ventura, director de Investigación del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), “Bukele es producto de la historia. América Latina enfrenta los mismos problemas que El Salvador”.
2 ¿Qué impacto tiene en América Latina su reelección?
Para Ventura, “reforzará” el modelo de “populismo autoritario” en una Latinoamérica que enfrenta una crisis multifactorial y un deterioro de la cohesión social. Asimismo, según él, favorecerá “el avance hacia este tipo de régimen”.
“Su victoria demuestra que hoy el electorado está dispuesto a recompensar a gobernantes que responden a sus necesidades fundamentales”, incluso a costa de la democracia, apuntó Tamara Taraciuk, de Diálogo Interamericano.
Méndez y Taraciuk señalan que líderes de diversas ideologías llegan al poder por las urnas y luego aplican el mismo libreto autoritario: toman el control de los poderes del Estado y reforman la Constitución para mantenerse en el poder.
En tanto, Lagos comentó que la “racha de alternancias en el poder se produce por la insatisfacción” y, en el caso de El Salvador, “aunque con autoritarismo”, Bukele ha resuelto el problema de seguridad y “su país y toda la región aplauden”.
3 ¿Cuán sostenible es un modelo a lo Bukele?
Para Lagos, sin embargo, el modelo de Bukele “se desmoronará a medida que las expectativas de la población vayan más allá de la seguridad”, ya que persisten la pobreza y la desigualdad social. “La luna de miel acabará”, vaticinó.
“Hay una visión un poco idealizada de lo que ha hecho Bukele. Pero hace falta ver la película completa. El latinoamericano que lo aplaude no conoce todas las condiciones de vida de El Salvador”, aseveró.
“No podrá seguir metiendo gente en la cárcel” por siempre, opinó Ventura, al referirse a los 75.000 presuntos pandilleros detenidos bajo el régimen de excepción.
Shifter declaró, por su parte, que líderes muy populares como Hugo Chávez en Venezuela (1999-2013) o Alberto Fujimori en Perú (1990-2000) fueron luego “un desastre”.
“Bukele ha conseguido algo a un coste aceptable para la mayoría del país”, pero “es solo el primer capítulo de esta historia (...); puede ser la excepción a la regla en América Latina, pero las cosas pueden dar un giro para peor”.
Siendo incluso más popular que el papa Francisco, según el Latinobarómetro, los analistas no descartan que el líder salvadoreño, de 42 años y con todos los poderes del Estado de su lado, busque luego la reelección indefinida.