Lina dejó todo en Colombia y vino aquí por amor
› Empresaria se casó con el atacante tico francisco Rodríguez
En el 2022, la futbolista colombiana Lina Arciniegas llegó a Costa Rica cargada de ilusión. A los medios de comunicación se les dijo que venía a jugar para el Herediano Femenino, pero la verdadera razón era otra: el amor.
Lina jugaba entonces para uno de los mejores clubes de su país, Millonarios, pero había decidido tomar el riesgo de dejar la comodidad de su tierra natal para aventurarse cientos de kilómetros al norte y estar al lado de quien en ese momento era su novio, el delantero costarricense Francisco Rodríguez (ahora su esposo).
Arciniegas tenía su vida más que hecha en Colombia. Allá contaba con mucho reconocimiento, al punto de que alcanzó un boom mediático por el que hoy tiene más de 60.000 seguidores en la red social Instagram; también contó con un canal de YouTube con más de 100.000 seguidores, y hasta la cadena ESPN la buscó para ser parte de un programa local.
Además de su carrera como deportista y comunicadora, la joven cafetera desarrolló un camino como emprendedora, el cual la llevó a tener personal a cargo, porque dirigía una planta de producción de cremas corporales a base de semillas.
Con toda su vida prácticamente construida en su país, Lina conoció a Francisco y sintió que era, como ella misma llamó, “el hombre de su vida”, por lo que no dudó dos veces en aceptar la propuesta que él le hizo cuando tuvieron que decidir qué hacer con una relación que llevaba ya varios meses a distancia.
“Realmente, si vine a Costa Rica fue por amor. Yo ya estaba en Colombia con la vida hecha; sin embargo, deportivamente estaba lesionada. Me tenía que recuperar con Millonarios, que era mi club; sin embargo, en eso Francisco se devolvió a Costa Rica, estuvimos siete meses con una relación a distancia y llegó un momento el que teníamos que tomar decisiones. Jafet (Soto) permitió que yo viniera a Herediano y me vine, pero yo ni siquiera tenía el alta médica, yo no estaba lista para competir”, recordó la colombiana de 30 años.
Adiós al fútbol. De hecho, la experiencia para la delantera fue compleja, ya que en el equipo femenino del Herediano había mucha expectativa sobre ella y no pudo rendir como quería.
“Yo no tuve una recuperación adecuada y siento que eso me pasó factura. Después de Herediano, yo dije ‘no quiero jugar más’ y entré en un receso de como dos años”, agregó.
Desde ese momento, la deportista se dedicó a comenzar a formar en Costa Rica la imagen que tenía en Colombia, al punto de que en octubre pasado tomó la difícil decisión de cerrar la planta que tenía en su país para no tener que estar viajando con frecuencia hasta territorio cafetero.
“Se juntaron muchas cosas. Durante la pandemia yo aprendí a manejar mi empresa a través de un computador, pero ya eso no era sostenible y tampoco me sentía cómoda, porque yo estaba viajando al menos una vez al mes a Colombia. Entonces decidí cerrar allá y concentrarme en este 2024 en poder hacer mi vida por completo acá”, detalló.
Uno para el otro. Según la deportista, en ningún momento dudó en venirse a Costa Rica con Francisco, porque desde que comenzaron a hablarse por medio de redes sociales ella sintió una conexión total.
“Es que si nos llegas a ver juntos, somos la misma cosa. Nos conocimos por redes sociales, empezamos a hablar y teníamos la misma edad, los dos somos administradores de empresas, no nos gusta salir, somos superserios, jugamos la misma posición”, recalcó la esposa del hoy delantero de Herediano.
Ahora, la joven empresaria, que también es una amante de los medios de comunicación y las redes sociales, comienza a abrirse paso en la televisión de Costa Rica; trabaja en el programa SportTV, que se transmite los domingos por TDMás.
También decidió darle una nueva oportunidad a su carrera futbolística. Actualmente, juega en el plantel de la Asociación Deportiva Carmelita, en la Liga de Ascenso femenina, club en el que ha tomado un papel protagónico como líder del ataque verdolaga.
“Entrar a Costa Rica me costó, porque yo en los últimos cinco años viví gracias a las redes sociales y los medios de comunicación. Me salían muchos contratos para hacer patrocinios por redes, pero eso ha ido disminuyendo, por lo que ahora quiero crear una comunidad acá en Costa Rica”, confesó la deportista.
Lina decidió dejar una vida en Colombia por una “locura de amor”. Atrás quedó su faceta de empresaria, también su carrera deportiva y, sobre todo, su modo de vida.
Aquí en Costa Rica comenzó de cero, pero con el apoyo de la persona que considera el amor de su vida desde el momento en que lo conoció.