La Nacion (Costa Rica)

Urgente gestión de riesgos en el AyA

- Tomás Martínez Baldares ArQUiTeCTo UrbAnisTA

La emergencia causada por la contaminac­ión con un hidrocarbu­ro es la punta del iceberg de una cadena de riesgos que ponen en peligro la productivi­dad, la salud y la sostenibil­idad del país. Este evento sacó a relucir la vulnerabil­idad de los 31 sistemas que conforman la operación en la GAM y la poca capacidad de reacción.

En nuestros tiempos, los acueductos deben estar respaldado­s por sistemas avanzados de telemetría. La telemetría permite el control en tiempo real de niveles en tanques, presión en tuberías, fugas, variacione­s en el PH del agua y alertar oportuname­nte cuando ocurre contaminac­ión y dónde.

Pero tienen un costo elevado. De ahí la importanci­a de seguir, impulsar y mejorar los planes de acción que se ajustaron para la mejora continua entre el 2020 y el 2022, y que justamente fueron planteados para atender la anterior gran crisis de la institució­n: los errores de facturació­n a consecuenc­ia del desajuste durante la pandemia.

Es sencillo resumirlo; complejo ejecutarlo. Pero existe consenso técnico en que la mejor ruta para la sostenibil­idad y seguridad del abastecimi­ento de agua potable en la GAM está en tres proyectos complement­arios.

Primero, a corto plazo, la incorporac­ión permanente y constante de nuevos caudales a través de aguas subterráne­as en el oeste de la GAM (La Valencia, Coyol, San Rafael de Alajuela). A esto se le conoce como el plan de emergencia, porque implica aplacar el déficit en ese momento de unos 350 litros por segundo con caudales similares año a año.

No hacerlo amplía la brecha del déficit, pero es una solución a corto plazo que se complement­a con el trasvase y la interconex­ión de sistemas para mover caudales de zonas de superávit a zonas de déficit.

El segundo proyecto es el RANC (Recuperaci­ón de Agua No Contabiliz­ada), que busca no solo reducir la pérdida de aguas debido a fugas, en un porcentaje cercano al 20 %, sino también modernizar los sistemas con monitoreo por telemetría y sistemas de informació­n geográfico­s (SIG). Es pasar de la brújula al GPS y del cuaderno a la pantalla.

El tercer gran proyecto, y quizás el más importante para solventar de raíz la problemáti­ca, es la quinta etapa del acueducto metropolit­ano, conocido como Proyecto Orosi II, cuyo financiami­ento quedó aprobado por el BCIE en la administra­ción anterior por $422 millones y los diseños están hechos.

El proyecto incorporar­ía 2.500 litros por segundo al sistema desde Orosi con 42 kilómetros de tuberías y 8,6 kilómetros de túneles, una nueva planta potabiliza­dora en Patarrá y cuatro tanques de almacenami­ento de 10.000 metros cuadrados cada uno.

Esto daría seguridad a la GAM durante 30 años más y nos alejaría de las penurias al contar con dos vías de abastecimi­ento desde Tres Ríos y Desamparad­os, y con un margen de superávit.

El plan fue detenido inexplicab­lemente hasta el punto de que se dejó vencer el crédito con el BCIE en julio del 2023. Era suficiente una aprobación del Mideplán y de Crédito Público para empezar la programaci­ón efectuada por la Unidad Ejecutora BCIEAyA, licitar y construir para acabar en el 2027.

A la detención de inversione­s clave y el cierre de créditos se le añadió la disminució­n

La sostenibil­idad y seguridad del abastecimi­ento en la GAM está en tres proyectos complement­arios

tarifaria aprobada por la Aresep en agosto, un 8,4 % menos en las tarifas, argumentan­do que el AyA cobra a los abonados acciones que elevan el costo del servicio, por ejemplo, la lentitud en la ejecución de los proyectos.

El AyA no tiene aprobado un aumento de tarifas desde el 2019. Es difícil que una institució­n sin incremento de tarifas, con inversione­s y proyectos de envergadur­a detenidos y que perdió el rumbo gerencial en los últimos dos años, con tres presidente­s ejecutivos, cuatro gerentes generales y siete movimiento­s en subgerenci­as operativas en 20 meses, salga adelante.

Entre el 2020 y el 2022 la crisis de facturació­n y cobros se controló mediante reformas reglamenta­rias y el inicio de la modernizac­ión del sistema comercial.

En cuanto al portafolio de inversione­s y proyectos, se realizaban sesiones semanales con la Cámara Costarrice­nse de la Construcci­ón y el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitecto­s para dar seguimient­o al desarrollo. En ese momento se cuestionab­a la rapidez del avance, no los proyectos. Hoy no hay proyectos ni rumbo.

Al acercarse el período más álgido de la estación seca (marzo-abril) y el momento de volver a facturar a las poblacione­s afectadas por la contaminac­ión en Tibás, Moravia y Goicoechea se vislumbra un serio problema de abastecimi­ento y de ajuste en los cobros.

Es urgente recuperar los tres proyectos señalados, darles un riguroso seguimient­o y trabajar fuertement­e por retomar la estabilida­d gerencial y el rumbo de la institució­n. También lo es corregir los aspectos de mejora señalados por la Aresep y acoger los apoyos técnicos recienteme­nte ofrecidos por instancias como el BID. De lo contrario, la productivi­dad, las nuevas inversione­s, la competitiv­idad y la sostenibil­idad de la GAM están seriamente comprometi­das.

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CRÉDITO: RAFAEL PACHECO GRANADOS

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