La Nacion (Costa Rica)

Madre se levantó a las 3 a. m. para calentar el agua que saca del río

› Maestra de Escuela Monserrat maneja 20 km al día para dar lecciones

- Marvin Caravaca e Irene Vizcaíno ivizcaino@nacion.com

La noche estuvo muy fría. Doña Wendy se acostó temprano y puso la alarma a las 3 a. m. Se levantó sin dudar a prender el fuego, pues había que calentar el agua que saca de un río para que se bañaran los chiquitos y para hacer el café, imprescind­ible antes de lanzarse a la madrugada, también muy fría. En su casa no hay agua ni electricid­ad.

Por dos horas y media, esta madre de 40 años caminó con Nataly, Santiago y Nayely, de 5, 6 y 8, respectiva­mente, rumbo a la Escuela Monserrat, en la comunidad del mismo nombre, en Cascajal de Vázquez de Coronado, para comenzar el curso lectivo 2024. Nataly entró al kínder; Santiago, a primero y Nayely, a tercero.

“Vengo con mucha esperanza para que ellos sean alguien en el futuro. No es un esfuerzo, lo hago con mucho amor, porque sé que el estudio hace muchachos de bien. A veces se pone difícil, pero nada que no se pueda superar. Voy al 100%, no me importa el esfuerzo, no me importa madrugar, no me importa la lluvia, el día de mañana va a rendir frutos”, expresó la madre, abrigada con un poncho.

Sus hijos iban con las nuevas camisetas solicitada­s por el Ministerio de Educación Pública (MEP) que la escuela contrató y los padres pagaron. Para los útiles, recibieron ayuda a través de donaciones, pues en la casa viven con los ingresos de las labores agrícolas del padre. Los tres llevaban botas de hule. Ahora, el MEP también permite ese calzado para zonas que lo requieran, como ocurre en Monserrat.

En la escuela, los esperó Stephanie Montero, la maestra de 31 años con 10 de trayectori­a, quien viaja en su carro unos 20 kilómetros cada día lectivo. Ella reside en San Antonio de Coronado.

“Aquí no hay servicio de transporte público, es una escuela muy rural, estamos colindando con el Braulio Carrillo”, cuenta la docente. Según dice, el termómetro del carro le marcó 13 °C cuando llegó al centro educativo.

La escuela crece. La educadora reveló que, en el 2020 cuando llegó a esta institució­n, había solo dos estudiante­s de tercero, pero gracias a gestiones administra­tivas y la ayuda del Ministerio ahora son más.

En el 2021, mediante un sondeo en la comunidad, quedó en evidencia la necesidad de impartir preescolar. Ahora hay 10 niños de primaria y cinco de kínder.

“Los padres son bastante interesado­s, se involucran mucho con la institució­n, colaboran con la corta de zacate y las mamás, ahora que terminaron las vacaciones, vinieron a limpiar la escuela”, narró.

El ausentismo de los niños es muy poco, a veces sufren asma por el clima, pero nada más. En ocasiones, no llegan al comienzo de las clases, pero se incorporan horas después. Además, hay niños migrantes a los que procuran contener para que terminen el curso lectivo, antes de que los padres se vayan a otra comunidad a buscar trabajo.

En esta zona, la gente subsiste principalm­ente de las labores agrícolas, la ganadería y la construcci­ón.

 ?? MArVin CArAVACA ?? Wendy Castro con sus hijos Nayely, Nataly y Santiago, en la Escuela Monserrat, centro unidocente en Cascajal.
MArVin CArAVACA Wendy Castro con sus hijos Nayely, Nataly y Santiago, en la Escuela Monserrat, centro unidocente en Cascajal.

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