Páguele a la Caja
Con el paso de los años, se ha ido acumulando una deuda significativa del Gobierno Central con la CCSS relacionada no sólo con las contribuciones gubernamentales a la seguridad social, sino que, además, debido a los gastos asociados con la atención primaria; servicios que en el pasado eran provistos por el Ministerio de Salud.
Al no cubrir estos gastos, el gobierno no sólo deteriora financieramente al seguro de salud, sino que además falta a las normas más básicas de transparencia presupuestaria pues esa deuda significa que los déficits fiscales en el pasado fueron mayores que lo reportado y que la deuda es aún más alta.
Para la CCSS la afectación de sus finanzas es significativa, aunque pueda parecer hoy que cuenta con los ingresos necesarios para cubrir los gastos, le añade un elemento de insostenibilidad adicional al seguro de salud en el largo plazo, ya de por sí menguada por el cambio demográfico, la informalidad y el mal desempeño del mercado de trabajo, los cambios en los patrones de morbilidad y la ampliación natural de los derechos de la población a coberturas de salud generalizadas.
Desde que José María Villalta popularizó el grito de ¡Páguele a la Caja! Ha sido común que se discuta recurrentemente en torno a esta deuda y la manera de pagarla o, mejor dicho, reconocer formalmente. Esta discusión ha sido muy pobre.
En los últimos años se popularizó, como una salida a ese grito de guerra, el incluir en las leyes que autorizan la financiación externa del gobierno, la obligación de transferir un porcentaje de los recursos desembolsados a la Caja con el fin de amortizar dicha deuda.
Este mecanismo, financieramente insuficiente, no sólo sigue sin atender el tema de transparencia presupuestaria del Gobierno y de sostenibilidad financiera de la CCSS sino que conduce a conflictos institucionales peligrosos e innecesarios.
Si los diputados quisieran resolver este asunto, deberían legislar en al menos tres sentidos: obligar a ambas partes a determinar el monto de lo adeudado, establecer un mecanismo para que el gobierno entregue instrumentos de deuda en condiciones de mercado a la CCSS en un monto equivalente a lo adeudado y se asegure que en el futuro, los presupuestos gubernamentales que se aprueban cada año contengan todos los gastos que debe financiar el Gobierno.