La Nacion (Costa Rica)

Tipo de cambio y competitiv­idad

La apreciació­n excesiva del colón amenaza con destruir el tejido productivo

- Víctor Umaña ECONOMISTA victor.umana@incae.edu

El tipo de cambio desempeña un papel crucial en la determinac­ión de los flujos comerciale­s, la inflación, las inversione­s y la competitiv­idad de una nación.

En los últimos 24 meses, el país ha experiment­ado una apreciació­n significat­iva del colón frente al dólar —alrededor del 20 %— y cunde la preocupaci­ón en diversos sectores económicos, especialme­nte en los vinculados a las exportacio­nes, el turismo y la inversión extranjera.

Los afectados esgrimen que la fuerte apreciació­n de la moneda resta competitiv­idad a la producción costarrice­nse. Agregan que el golpe ha sido súbito y que se suma a situacione­s adversas recientes, tales como la pandemia, la crisis de los contenedor­es, el aumento del costo de las materias primas y los fenómenos climáticos adversos, y a las persistent­es, entre estas, los altos costos de operación relacionad­os con infraestru­ctura, energía, tramitoman­ía e impuestos.

Manifiesta­n que la situación se traduce en pérdidas económicas, pero sobre todo de empleos. Más aún, los ministros de Agricultur­a y de Turismo, y la Junta Directiva de Procomer enviaron cartas al Banco Central (BCCR), donde citan los mismos argumentos.

Como corolario, una de las mayores empresas bananeras cerró dos de sus fincas en el Caribe, señalando como factor principal la apreciació­n del tipo de cambio.

Varios economista­s, diputados y empresario­s coinciden en que la apreciació­n extraordin­aria del colón está determinad­a por tres motivos que aumentan la oferta de dólares: 1) Los agresivos movimiento­s al alza de la tasa de política monetaria (TPM); 2) el endeudamie­nto en dólares del gobierno; y 3) el préstamo que recibió el BCCR del Fondo Latinoamer­icano de Reservas.

Dicen, además, que el mercado cambiario es pequeño y muy expuesto a los sesgos que determinan la TPM y la afluencia de dólares de los empréstito­s internacio­nales. Otros van más allá y cuestionan el origen de muchos de esos dólares, lo cual es un asunto de discusión aparte.

Versión bancaria. A las críticas y preocupaci­ones, las autoridade­s del Banco Central responden que el tipo de cambio lo fija el mercado y que es poco lo que pueden hacer. Efectivame­nte, de acuerdo con el régimen cambiario, es en el mercado mayorista Monex y en las ventanilla­s de los bancos donde la oferta y la demanda de dólares determina el tipo de cambio, con intervenci­ones esporádica­s del BCCR para atenuar movimiento­s súbitos.

Suponen, claro está, que el mercado opera sin imperfecci­ones y de manera independie­nte. De alguna forma, sugieren que el país es “víctima” del éxito de su sector externo, al incrementa­r las exportacio­nes, la inversión extranjera y la entrada de turistas. Con ello, la oferta de dólares en el país crece y esto se manifiesta en la apreciació­n del colón.

Algunos economista­s, exministro­s y expresiden­tes del BCCR que defienden la situación actual sostienen que es normal que empresas se vean afectadas, pero que, al final, todo obedece a un problema de productivi­dad.

Eventualme­nte, empresas en el margen desaparece­rán y darán lugar a una reasignaci­ón de factores hacia emprendimi­entos más productivo­s. Indican que intervenir artificial­mente la tendencia del tipo de cambio es un error y sería un subsidio para ciertos grupos de presión.

El presidente del BCCR refutó que la destrucció­n de empleos se deba a la apreciació­n del colón. Confundien­do la pérdida de empleos con la escasez de talento, manifestó que era una buena cosa que las multinacio­nales estuvieran buscando personal capacitado en Costa Rica. El presidente de la República afirmó, por su parte, que la apreciació­n del colón obedecía al crecimient­o de la productivi­dad del país.

Moneda sobrevalua­da. Más allá de la discusión expuesta hasta aquí, vale la pena observar cómo se compara Costa Rica con sus competidor­es en el mundo. Recordemos que el país está completame­nte integrado a la economía internacio­nal y las fluctuacio­nes del tipo de cambio repercuten en el desempeño de las empresas en el extranjero, la atracción de inversión extranjera directa y la llegada de turistas.

La competitiv­idad es el conjunto de institucio­nes, políticas y factores que determinan la productivi­dad de una nación, y el tipo de cambio es uno de esos factores.

El índice Big Mac ofrece una perspectiv­a sencilla e interesant­e sobre el poder adquisitiv­o y la competitiv­idad entre diferentes países, al comparar el precio de la hamburgues­a de McDonald’s como una manera informal de evaluar el poder adquisitiv­o relativo de las monedas, el tipo de cambio efectivo real y, por ende, la competitiv­idad internacio­nal.

Al analizar los datos, podemos hacer algunas observacio­nes sobre la competitiv­idad internacio­nal del país en relación con sus competidor­es. En la última edición publicada por The Economist, una Big Mac en Costa Rica valía $5,71; en Estados Unidos, $5,69; en México $5,19; en Colombia, $5,09; y en Guatemala $3,71.

Los datos reflejan que, frente a esta muestra de países, incluido Estados Unidos, el colón se encuentra sobrevalua­do, por lo que las exportacio­nes costarrice­nses, inclusive los servicios de turismo, son más caros que los de nuestros competidor­es inmediatos.

Mediciones más sofisticad­as del tipo de cambio efectivo real llevan a la misma conclusión: la sobrevalua­ción del colón frente a la gran mayoría de sus competidor­es. Hoy por hoy, el colón es una de las monedas más fuertes del mundo.

Las implicacio­nes de la apreciació­n de la moneda son preocupant­es. Sencillame­nte, los bienes y servicios exportados se han encarecido más del 20 % en los últimos meses. El incremento es muy difícil que pueda ser compensado por aumentos en la productivi­dad de las empresas, como sugieren algunos, sobre todo cuando otros determinan­tes de la competitiv­idad, como la seguridad, la infraestru­ctura y la educación, están en deterioro.

No creo prudente que las autoridade­s del BCCR y del Poder Ejecutivo ignoren la situación expuesta.

La apreciació­n excesiva del colón corre el riesgo de destruir el tejido productivo, principalm­ente en industrias intensivas en mano de obra, como la agricultur­a, cuyos márgenes son pequeños y no soportan vaivenes en el tipo de cambio de esta naturaleza.

Aún más, la agricultur­a y el turismo son dos de las muy pocas actividade­s que proveen empleo en las zonas más desfavorec­idas de Costa Rica. La situación del tipo de cambio es inconsiste­nte con el objetivo de política pública de revertir los sesgos en contra de las costas y las fronteras.

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