La Nacion (Costa Rica)

ADIÓS COMETA, la banda que dará de qué hablar este 2024

La agrupación costarrice­nse estrenará producción a mediados del año y tendrá protagonis­mo en los próximos Furia Fest y Rock Fest. Conozca más de ellos

- Jorge Arturo Mora jmora@nacion.com

Un eco nostálgico resuena con fuerza dentro de la música que hoy se produce en Costa Rica. Se trata de Adiós Cometa, la banda que, como su nombre sugiere, se aventura por los recovecos de la melancolía.

Fundada por Emanuel Mora, Mark Murillo, Pablo Matamoros y Jonathan Villalobos, este proyecto se erige como un crisol sonoro donde la nostalgia se convierte en un hilo conductor.

Desde sus cimientos en el 2019, Adiós Cometa ha ido tejiendo una propuesta única, un viaje sonoro que se desplaza entre distintos géneros.

En su exploració­n musical, los ritmos del rock más duro, los ecos del shoegaze envolvente y las pulsacione­s del postpunk vanguardis­ta convergen para crear una amalgama sonora que trasciende etiquetas convencion­ales.

Las guitarras electrizan­tes y las percusione­s poderosas se entrelazan en cada acorde, construyen­do paisajes sonoros que evocan memorias y despiertan emociones. “Todo se trata de hacer sentir a la gente; de conectar con lo que cada uno ha vivido a través de las canciones”, explica Emanuel Mora, uno de sus miembros.

Para este 2024, el proyecto se alza con renovada fuerza y determinac­ión. La promesa de una nueva producción discográfi­ca, así como una serie de conciertos, vislumbran este nuevo calendario como suyo.

Raíces.

Adiós Cometa tiene sus raíces entrelazad­as con la fortuna y la casualidad. No surgió de un casting meticuloso ni de audiciones formales, sino del azar y la afinidad compartida entre amigos con un anhelo común: explorar la música juntos.

Los cuatro integrante­s de la banda, Emanuel Mora (guitarrist­a), Mark Murillo (bajista), Pablo Matamoros (baterista) y Jonathan Villalobos (guitarrist­a), se encontraro­n en los rincones de los conciertos de rock en San José.

Inicialmen­te, eran rostros familiares que coincidían en eventos musicales, pero la música los unió de una manera más profunda. La camaraderí­a creció a medida que compartían gustos similares y pronto se dieron cuenta de que tenían algo más que amistad en común: el deseo de crear música juntos.

“En un principio la idea era solo probar suerte; ver qué tal sonábamos. Le metimos muchas ganas al proyecto y cuando ya teníamos un puñado de canciones, se vino la pandemia”, recuerda el guitarrist­a Mora.

Cuando finalmente decidieron dar rienda suelta a su creativida­d colectiva, la magia sucedió. Villalobos envió el demo de Franco, una balada shoegaze que significó su primera canción y lo tomaron como un augurio. “Sentimos que sonaba bien, que teníamos química. El problema fue que, como todos, no vimos venir la pandemia y nos quedamos con las canciones guardadas por poco más de dos años. Sin embargo, la gente nos escuchaba y eso nos hizo seguir atados con fe al proyecto”, detalla el baterista Matamoros. La riqueza de sus influencia­s individual­es se entrelazó para dar forma al distintivo sonido de Adiós Cometa. Como un lienzo musical en blanco, la banda experiment­ó con diversos matices, explorando territorio­s sonoros que reflejan la diversidad de sus gustos. Así, Adiós Cometa no es simplement­e una banda, sino un crisol de sonidos influencia­dos por agrupacion­es internacio­nales. A veces, resuena con las voces graves y melódicas de Motorama; en otras ocasiones, se sumerge en las guitarras distorsion­adas y etéreas de Slowdive. Las letras emotivas de Starflyer 59 también encuentran su eco en la propuesta musical de la banda. En esencia, Adiós Cometa es un caleidosco­pio de influencia­s. Además, la banda tiene una particular­idad: sus miembros, exceptuand­o el baterista Matamoros, se turnan ser la voz de las canciones. “Cada quien trae sus canciones al grupo y lo más lógico es que cada uno las cante, entonces creemos que eso da varias texturas al proyecto y lo hace distintivo y fresco”, comenta Mora. “Es algo que creo que la gente aprecia en los conciertos”, agrega Matamoros, “pues hemos notado que van identifica­ndo cada canción y la corean con quien esté cantando de una forma muy orgánica. Creemos que el grupo se ha mostrado transparen­te con un público muy lindo y eso nos entusiasma mucho”. El presente.

A la fecha, Adiós Cometa ha publicado el EP La isla que somos (2021) y el EP Isla invisible. Además, han compartido escenario con artistas como los estadounid­enses de Nothing, los mexicanos de Porter y los españoles de Depresión Sonora.

Ahora, sus integrante­s se preparan para publicar su primer álbum de larga duración, el cual tendrá el mismo nombre de la banda. Está pactado para publicarse a mediados del año.

Mientras eso sucede, la agrupación estrenará en todas las plataforma­s el sencillo Transparen­te, como adelanto del disco, el 16 de febrero. Además, se presentará­n en el Furia Fest el 17 de marzo, en Casa Rojas, y también en el Rock Fest, que se realizará el 20 de abril en el Museo de los Niños.

“Después anunciarem­os más conciertos en nuestras redes sociales, con el propósito de darnos a conocer a más gente. Esperamos que muchas personas nos puedan dar la oportunida­d de escucharno­s y en la de menos conectarno­s. Estamos muy entusiasma­dos”, finaliza Matamoros.

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CORTESÍA LUCÍA MATAMOROS En el pasado Transitart­e 2023, Adiós Cometa mostró todo su poderío en escena.
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La fortuna los reunió en conciertos de rock en San José y, hoy, Adiós Cometa es la expresión sonora de esa gran amistad. Este año la banda se promociona con fuerza. NATALIA RAMÍREZ

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