La Nacion (Costa Rica)

Democracia robusta

- Eduardo Ulibarri PERIODISTA Y ANALISTA radarcosta­rica@gmail.com

Pese a las turbulenci­as, falencias, amenazas y agresiones —algunas externas, la mayoría internas—, nuestra arquitectu­ra y desempeño democrátic­os se mantienen firmes. Al menos, tal es la valoración de la Unidad de Inteligenc­ia de The Economist (EIU, por sus siglas en inglés), empresa ligada a esa prestigios­a revista británica. En su índice de democracia 2023, divulgado ayer, nos mantenemos entre los 24 países calificado­s como “democracia­s plenas”: lugar 17, con 8,29 de 10 puntos posibles, terceros en América, después de Canadá (lugar 13 y 8,69 puntos) y Uruguay (14 y 8,66).

El primer lugar entre los 165 Estados independie­ntes y dos territorio­s analizados lo ocupa Noruega, mientras Estados Unidos sigue en la categoría de “democracia imperfecta”, 29 en el ranquin. Nada sorprenden­te.

Los índices siempre hay que tomarlos con un grano de sal. Su inevitable simpleza dista de reflejar plenamente realidades complejas, y la democracia sin duda lo es. Sin embargo, por su trayectori­a y metodologí­a, este es particular­mente robusto, y su estable metodologí­a permite comparacio­nes temporales. Su calificaci­ón general es el promedio de cinco categorías, cada una con varios indicadore­s. El mejor desempeño de Costa Rica, por mucho, se da en las de libertades civiles (9,71) y proceso electoral y pluralismo (9,58). En cambio, apenas llegamos a 6,88 en cultura política, 7,50 en funcionami­ento del gobierno y 7,78 en participac­ión política. Es decir, nuestra gran solidez democrátic­a descansa en un acervo de institucio­nes y valores que tutelan el ejercicio de la voluntad popular, los derechos y las libertades.

Primera lección: para mantener ese entramado, no solo debemos defender las institucio­nes de quienes intentan degradarla­s, sino fortalecer­las en su desempeño. Segunda: para evitar el deterioro democrátic­o, tenemos el deber de mejorar en cultura y participac­ión políticas (tareas tanto individual­es como sociales), y exigir un desempeño más eficaz del gobierno, no solo en las funciones esenciales que le tocan, sino también en los valores que proyecta.

Gran conclusión: el carácter estructura­l de nuestra democracia es sólido y resiliente. Sin embargo, nada garantiza que, sin un activo compromiso ciudadano, se mantenga así. A fin de cuentas, las coyunturas pueden alterar estructura­s.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica