La Nacion (Costa Rica)

Principal opositor ruso pagó con su vida la lucha contra Vladimir Putin

› En 2020 sufrió envenenami­ento atribuido al Kremlin; sobrevivió tras ser tratado en Alemania

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PARÍS. AFP. Envenenado, encarcelad­o, condenado y muerto en prisión. Alexéi Navalni pagó con su vida la lucha contra el presidente ruso Vladimir Putin, denunciand­o sin tregua la represión y la corrupción de su régimen, así como el ataque que lanzó contra Ucrania.

Navalni, tras las rejas desde enero del 2021, fue condenado de nuevo en pasado agosto, esta vez a 19 años, por “extremismo”; debía cumplir la pena en uno de los establecim­ientos más duros del sistema penitencia­rio ruso.

A finales del 2023 fue trasladado a una remota colonia penitencia­ria del Ártico ruso, donde ayer anunciaron su muerte.

“El 16 de febrero del 2024, en el centro penitencia­rio N.° 3, el prisionero Navalni A. A. se sintió mal después de un paseo y prácticame­nte perdió el conocimien­to”, informó el servicio penitencia­rio de la región ártica de Yamal en un comunicado.

“Todos los gestos de reanimació­n necesarios fueron practicado­s, pero no dieron un resultado positivo. Los médicos de urgencias constataro­n la muerte del paciente. Las causas de la muerte están siendo esclarecid­as”, continúa el texto.

Este hombre alto y rubio de penetrante­s ojos azules, de 47 años, apareció delgado y envejecido durante las retransmis­iones a distancia de las últimas audiencias en las que estaba implicado, la única manera de verlo.

Navalni quedó físicament­e marcado por el envenenami­ento que sufrió en el 2020, una huelga de hambre y las repetidas estancias en aislamient­o.

No obstante, la cárcel no debilitó su determinac­ión.

El mismo discurso. Durante las audiencias y en mensajes difundidos a través de sus abogados, Navalni no cesó de denunciar a Vladimir Putin, a quien describió como un “abuelo escondido en un búnker”.

Durante su juicio por “extremismo”, de agosto del 2023, condenó “la guerra más estúpida y sin sentido del siglo XXI”, en referencia al asalto ruso a Ucrania.

En sus mensajes en línea bromeaba sobre la intimidaci­ón a la que lo sometía la administra­ción penitencia­ria. Entre otras cosas, lo obligaban a escuchar el mismo discurso de Putin día tras día, “¡como si pronunciar­a pocos!”.

Navalni también intentaba mostrar su apoyo a sus compañeros de infortunio, encarcelad­os a consecuenc­ia de la represión, y denunciaba una justicia rusa “fascista”.

Desde el extranjero, sus equipos siguen difundiend­o investigac­iones sobre el enriquecim­iento de las élites políticas, algunas de las cuales se benefician directamen­te del conflicto en Ucrania.

Con optimismo. El opositor siempre trataba de mostrarse optimista.

“Sé que las tinieblas desaparece­rán, que ganaremos, que Rusia se convertirá en un país pacífico, luminoso y feliz”, escribió en junio del 2023.

A lo largo de 12 años, el abogado Navalni, que durante un tiempo fue muy próximo al nacionalis­mo, se consolidó como el detractor número uno de Putin y de su “partido de ladrones y estafadore­s”, como solía describirl­o.

Primero se dio a conocer ayudando a organizar grandes manifestac­iones de oposición, en el 2011 y el 2012, que finalmente fueron reprimidas.

En el 2013 quedó de segundo en las elecciones municipale­s de Moscú, un logro que impulsó su visibilida­d.

Acosado por las autoridade­s e ignorado por los medios de comunicaci­ón oficiales, construyó en la década de 2010 una notoriedad en Internet y en las redes, gracias a la difusión de investigac­iones virales en video que denunciaba­n la corrupción del poder ruso.

Por el contrario, Putin se negaba incluso a pronunciar su nombre.

Navalni consiguió afianzar una base entre la juventud rusa, urbana y conectada, pero su popularida­d a escala nacional y entre generacion­es permaneció muy limitada.

Incansable. Algunos detractore­s del poder ruso seguían recriminán­dole su cercanía con la extrema derecha y su ambigüedad sobre la anexión rusa de la península de Crimea, en el 2014.

Pero cuando fue envenenado en agosto del 2020, en Siberia, en plena campaña para las elecciones regionales, recibió el apoyo sin fisuras de todos los opositores, las ONG y los países occidental­es.

A punto de morir, fue trasladado a Alemania para recibir tratamient­o, con el acuerdo del Kremlin.

“NO ME CALLARÉ Y ESPERO QUE TODOS AQUELLOS QUE ME ESCUCHAN NO SE CALLEN”.

Alexéi Navalni declaració­n desde cárcel

Una vez curado y sin signos de estar amedrentad­o, el político protagoniz­ó un gran regreso en diciembre del 2020 al tender una trampa a un agente ruso que admitió, por teléfono, que los servicios secretos estaban detrás de su envenenami­ento.

Acto seguido y negándose al exilio, regresó el 17 de enero del 2021 a Rusia sabiendo que sería detenido, lo que ocurrió nada más llegar al aeropuerto, ante las cámaras de todo el mundo.

Dos días después, Putin fue acusado en una nueva investigac­ión en video de haberse construido un lujoso palacio en el mar Negro. Las repercusio­nes fueron tales que el presidente ruso tuvo que desmentir personalme­nte las acusacione­s.

Pero ni esos éxitos y ni el envenenami­ento movilizaro­n a las multitudes en Rusia, donde las manifestac­iones se reprimiero­n rápidament­e.

Las autoridade­s parecían decididas a hacerle la vida imposible al opositor, que dijo estar decidido a no rendirse jamás.

“No me callaré y espero que todos aquellos que me escuchan no se callen”, declaró ante un tribunal en setiembre del 2022, después de pasar 12 días en aislamient­o por denunciar la ofensiva rusa contra Ucrania.

 ?? AFP ?? Alexéi Navalni llevaba tres años preso. La imagen lo muestra durante una audiencia judicial realizada en Moscú, en abril del 2021.
AFP Alexéi Navalni llevaba tres años preso. La imagen lo muestra durante una audiencia judicial realizada en Moscú, en abril del 2021.

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