La Nacion (Costa Rica)

Menor vacunación contra papiloma y tétanos preocupa a autoridade­s de Salud

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

La vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) y el refuerzo contra el tétanos registraro­n coberturas bajas al cierre del 2023, según el boletín epidemioló­gico difundido por el Ministerio de Salud, este 16 de febrero.

Ambas vacunas se inyectan a los 10 años y se administra­n en los centros educativos a los que asisten los menores. El biológico contra el papiloma está destinado a niñas y consta de dos dosis, que se inyectan con seis meses de diferencia. El refuerzo contra tétanos es para hombres y mujeres, y es solo una inyección.

Para que una cobertura sea considerad­a óptima, esta debe ser igual o superior al 95% de la población meta. Esto solo se logró en la tercera dosis de la vacuna pentavalen­te, que llegó al 95% de los niños que obtuvieron la segunda. Dicho producto protege contra cinco enfermedad­es: tosferina, difteria, tétanos, hepatitis B y Haemophilu­s influenzae del tipo B. Esa tercera inyección se aplica a los dos, cuatro y seis meses de vida.

De acuerdo con el reporte, las vacunas que más preocupan son las que se ponen a los 10 años: la primera dosis contra el VPH llegó al 80% de las niñas de 10 años (lo cual es considerad­o “categoría amarilla”). En cambio, el refuerzo contra el tétanos y la segunda dosis del papiloma se encuentran en “categoría roja”, ya que llegaron al 69% y al 68% de la población meta, respectiva­mente.

“Es de señalar que, en el caso de la vacuna contra papiloma, únicamente un 68% de las niñas completaro­n su esquema de vacunación, lo que indica que un 32% de las niñas no están siendo protegidas y tienen un riesgo importante de adquirir el virus más adelante (cuando inicien su vida sexual)”, cita el documento, firmado por Roberto Arroba Tijerino, coordinado­r nacional de Inmunizaci­ones del Ministerio de Salud.

La falta de vacunación contra ambas enfermedad­es puede exponer a los menores a enfermedad­es y complicaci­ones en el futuro. En el caso de la vacuna contra el papiloma, no recibirla aumenta el riesgo de desarrolla­r lesiones que posteriorm­ente desemboque­n en un cáncer de cérvix o cuello de útero.

Por su parte, la vacuna contra el tétanos, que debe aplicarse cada 10 años, previene de una enfermedad grave del sistema nervioso causada por la bacteria Clostridiu­m tetani. Esta bacteria produce toxinas. Los pacientes sufren contraccio­nes y espasmos musculares bruscos, repentinos y dolorosos, especialme­nte en la mandíbula y los músculos del cuello y espalda. Las complicaci­ones graves pueden poner en riesgo la vida.

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ARCHIVO La vacuna contra el papiloma se aplica a niñas de 10 años. (Foto ilustrativ­a).

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