Campbell complació a Warren Madrigal con un esperado regalo
El clásico entre Saprissa y Liga Deportiva Alajuelense acabó con un empate 0-0, pero al final se presentaron más situaciones que las opciones de gol falladas que terminaron en lamentos en ambos bandos.
Mientras los aficionados desalojaban las gradas del Estadio Ricardo Saprissa, el morado Warren Madrigal se acercó al camerino de la Liga. El joven delantero ni siquiera se quitó los tacos, algo que suele ser lo primero que hacen los futbolistas cuando se acaba un partido.
Ahí se topó a Aarón Suárez. Conversaron largo y tendido, a la vista y paciencia de los medios de comunicación que aguardaban por declaraciones en zona mixta. El tiempo pasaba y Warren se mantenía ahí, a la espera de algo que tenía relación directa con el manudo Diego Campos, pero también con Joel Campbell.
Del vestuario salió Campos y le entregó su camisa, mientras que el tibaseño le dio la suya. ¿De dónde surgió la amistad entre ambos? Campos respondió que fue en la Copa Oro, con la Selección Nacional. Ahí se conocieron y empezaron a llevarse muy bien.
“Es una gran persona y un buen amigo. Intercambiamos la camisa y desde hace tiempo lo habíamos hablado. En la Selección estuvimos en el hotel muchísimas horas y ahí usted comparte con todos”, relató.
Pero faltaba algo más y es por eso por lo que Warren Madrigal se mantuvo ahí hasta que Joel Campbell salió descalzo del camerino y le entregó la casaca 12 de la Liga.
Ese era el regalo que el futbolista de la S esperaba, y el hombre más mediático de Alajuelense lo complació.
“Él me pidió la camiseta, es un grandísimo jugador de Selección Nacional y siempre ha tenido muy buenas palabras hacia mí; el respeto hacia él es mutuo”, mencionó Campbell.
La historia vale la pena contarla, porque es un mensaje claro y directo a las dos aficiones más numerosas del país: la rivalidad empieza y se acaba con el pitazo del árbitro.
Hubo otras imágenes vistosas, como el abrazo de los porteños Anthony Hernández y Kliver Gómez cuando se encontraron entrando al estadio; o la amena conversación entre el técnico morado Vladimir Quesada y los liguistas Jonathan Moya y Diego Campos.