La Nacion (Costa Rica)

Urgen datos de las pruebas nacionales

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En julio del año pasado, académicos y analistas de la educación se quejaban por la inutilidad de los resultados de las pruebas nacionales estandariz­adas para entender el estado de la enseñanza en el país. Las pruebas divulgadas por el Ministerio de Educación Pública (MEP) ubicaron a los estudiante­s en tres niveles —básico, intermedio y avanzado—, pero la indefinici­ón de esas categorías impedía conocer las habilidade­s desarrolla­das por los alumnos en cada caso.

Un estudio de la Unesco encontró, en el 2019, antes de la pandemia, que el 46 % de los niños costarrice­nses no alcanzaban desempeños de aprendizaj­e mínimos aceptables en lectura al final de la primaria, pero los resultados publicados por el MEP en el 2023 no revelaban si los alumnos con nivel básico poseían un dominio suficiente de las habilidade­s examinadas por la Unesco cuatro años antes.

Aquellas pruebas, según las autoridade­s, no tenían el propósito de señalar aprobados y reprobados. La única intención era diagnostic­ar la situación de los jóvenes, pero las categorías “básico, intermedio y avanzado”, ayunas de mayor definición, tampoco servían para eso, dijeron los expertos.

Durante el resto del año, el Ministerio hizo nuevas pruebas nacionales estandariz­adas no solo con fines de diagnóstic­o, sino también para definir la nota de los estudiante­s. El 19 de setiembre se aplicó el examen a los alumnos de duodécimo año de colegios técnicos. El 30 de octubre tocó el turno a los niños de sexto grado y el 6 de noviembre, a alumnos de undécimo año de los liceos académicos.

Pero las dudas y quejas no se han disipado, esta vez porque el MEP no ha dado a conocer los resultados. En enero, este diario preguntó a las autoridade­s y prometiero­n hacer públicos los informes a finales de marzo. Cinco meses habrán transcurri­do desde las últimas pruebas realizadas y más de seis desde las primeras.

La dilación y el antecedent­e de las pruebas de diagnóstic­o practicada­s en abril alimentan los cuestionam­ientos. La Comisión Interinsti­tucional de Estándares de Calidad para Pruebas de Alto Impacto en el Contexto Académico y Profesiona­l Costarrice­nse (Ciecpe), conformada por expertos en evaluación educativa y profesiona­les de la enseñanza, insiste en la necesidad de publicar las conclusion­es derivadas de los resultados, desglosada­s por región y otras variables sociodemog­ráficas y educativas.

Para evitar las indefinici­ones de la evaluación de abril, enfatizan la importanci­a de incluir descripcio­nes sustancial­es del desempeño y proporcion­ar, además de las calificaci­ones numéricas, una descripció­n cualitativ­a del significad­o de los puntajes como indicadore­s del progreso de los alumnos.

Planteados de esa forma, los datos servirán para aquilatar el estado de la enseñanza y, también, los instrument­os de evaluación. En ambos casos, la informació­n confiable es el único camino para sacar al país del apagón educativo iniciado con las huelgas del 2018 y agravado por la pandemia.

Más allá de los resultados, el país necesita una amplia discusión pública basada en ellos, cuanto antes mejor. El Ministerio no debe seguir encerrado en sí mismo, sin transparen­tar la informació­n y los procesos aplicados para recabarla. El examen de los pares es requisito de la ciencia moderna y, tratándose de asuntos de política pública, la exigencia se amplía a la revisión crítica de la sociedad como un todo. Cada vez se hace más evidente la importanci­a de no perder tiempo en procura de definicion­es que debimos tener hace meses, o quizá años. En educación, cada día desaprovec­hado es, también, el desperdici­o de una oportunida­d para mejorar el futuro del educando.

El Ministerio de Educación no debe seguir encerrado en sí mismo, sin transparen­tar la informació­n y los procesos aplicados para recabarla

Los datos confiables son el único camino para sacar al país del apagón educativo iniciado con las huelgas del 2018 y agravado por la pandemia

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