Yosimar Arias, el ‘ahijado’ de Jafet Soto, se hace sentir por sí solo
› sus antiguos DT aún se asombran al verlo como dirigente
Con tantos años viendo a Jafet Soto y con una amistad tan fuerte entre ambos, era lógico pensar que Yosimar Arias era un “ahijado futbolístico” del referente florense y hasta buscaría imitarlo. Incluso, incursionó en Guanacasteca cuando el cuadro de la pampa tenía un convenio de cooperación con él. Sin embargo, Yosimar se percibe de manera muy diferente.
Hace poco más de cuatro años, Arias tenía claro que el retiro estaba cerca, se preparó y sacó la licencia de entrenador. Probó como asistente con Guanacasteca y, al mismo tiempo, asumió la gerencia, aunque casi como un favor. Con el ascenso en la mano, tuvo que decidir dónde seguiría y se inclinó por el trabajo de oficina.
De inmediato mostró su sello: apasionado, activo dentro y fuera de la cacha, combativo, protagonista con su verbo, impulsivo para reclamar lo que considera injusto y frontal contra todos.
“La gente puede pensar que Jafet es mi referente, pero no, tengo mi forma de ser, mi carácter y, aunque somos similares, es por casualidades de la vida. Claro que Jafet es un gran amigo y un asesor siempre; trato de tomar todo lo positivo de él, como gerente deportivo”, confesó.
Soto tampoco considera a Arias su aprendiz, por más que así lo crean y por más que parecen calcados a la hora de reclamar por los intereses de sus equipos. Tantas son las semejanzas, que el propio presidente del Team confesó que le gustaría llevarlo al equipo rojimarillo algún día.
Lo cierto es que, por más que lo niegan, Jafet y Yosimar son de esos dirigentes que lo saben todo en su club, que pasan poco tiempo en la oficina, siempre están en la cancha y tienen la autoridad y el respeto de todos en la institución. Su opinión tiene un peso diferente y hasta los técnicos de turno escuchan atentos.
Arias está 24/7 a disposición de Guanacasteca, como él mismo lo dice. Las vacaciones son un lujo que pocas veces tiene, los días libres son escasos para él y su nivel de pasión incluso le ocasiona problemas en casa.
Su familia le reclaman por no desconectarse y por estar siempre pendiente de su trabajo como gerente deportivo. Eso sí, por más que pasa día y noche en el estadio Chorotega o pegado al teléfono, su oficina está casi de adorno. Pocas veces se le encuentra ahí; lo que le gusta es pasar tiempo en la cancha y que los futbolistas lo consideren un apoyo real.
Quienes lo vieron crecer resaltan que, desde su etapa de jugador, era de los que pensaba en el bienestar del grupo y no tanto en lo individual. No era el típico líder que tomaba la palabra o gritaba para buscar una reacción.
“Jamás imaginé que sería gerente deportivo. Sin embargo, luchó muy fuerte en la época más dura de Herediano en lo económico. Fue de los líderes, en medio de esa crisis en la que jugaban por las taquillas y organizaban actividades. Es un tipo muy solidario”, valoró el técnico Marvin Solano, quien lo tuvo en el 2013.
Su temperamento y su carácter fuerte no son nuevos, desde niño mostró estas cualidades. Es más, en la etapa de adolescente se imponía por su ADN ganador, pese a no ser el más espigado o fuerte.
Manuel Gerardo Ureña lo guio en el Mundial Sub-17 del 2003 y contó que era tal ese empuje de Arias que lo ponía a marcar a los rivales más altos, pese a que era su futbolista más pequeño. Esto lo hacía porque sabía que Yosimar buscaría la forma de superar la adversidad y ayudar al grupo.
“Él siempre fue de los jugadores que iban al frente, nunca estuvo atrás viendo a los demás hablar. Incluso, era de los que tenía contacto con los dirigentes y se acercaba a los delegados a expresar ciertas situaciones. No lo imaginaba como gerente, pero el tiempo lo fue llevando ahí por su conocimiento”, confesó Ureña.
La gerencia deportiva se convirtió en su pasión y se visualiza en ella por mucho tiempo más. Sin embargo, lo llama la cancha y no descarta probar como entrenador en un futuro. El título ya lo tiene y, día con día, gana experiencia para dirigir. Igual, no lo desvela; por el contrario, trata de formarse también en la parte administrativa y apunta a llegar a retos más grandes, como Herediano o la Federación Costarricense de Fútbol.
“La ADG me dio la oportunidad de empezar de cero. Voy para cuatro años en Primera y uno más en Segunda, es un crecimiento, pero uno quiere más. Herediano es un club que conozco y, por qué no, pensar en la Federación”, señaló. ■