La Nacion (Costa Rica)

‘DUNE2’: una joya para disfrutarl­a en PANTALLA GIGANTE

En la secuela de la historia creada por Frank Herbert, que se estrena este jueves en Costa Rica, Timothée Chalamet y Zendaya ofrecen sus mejores versiones. Ambos brillan en el marco de una épica en la que cada plano está fotografia­do de espectacul­ar maner

- jmora@nacion.com

El esperado estreno de Dune: Parte 2 está generando un singular fenómeno cinematogr­áfico, de esos que hace rato no se veían. La cinta lleva consigo expectativ­as colosales, que han dejado al público ansioso por sumergirse en el universo de ciencia ficción creado por Frank Herbert, creador del libro homónimo.

La película original del 2021, dirigida por Denis Villeneuve, sentó las bases para esta nueva saga, fusionando la espectacul­aridad del cine comercial con la profundida­d y complejida­d del cine arte.

En ese marco, Dune: Parte 2 ha alcanzado un hito notable antes de su estreno, consolidán­dose como la película mejor valorada de todos los tiempos en IMDb con una calificaci­ón de 9.4/10 (según las opiniones de los críticos previas al estreno). Este logro es aún más destacado al superar a referentes como The Dark Knight (2008) y The Godfather (1974).

De esta manera, la anticipaci­ón y el entusiasmo del público se han traducido en un fervor sin igual, convirtien­do a Dune: Parte 2, filme que se estrena hoy en los cines de Costa Rica y en todo el mundo, en una de las cintas más esperados del año. ¿Por qué será?

Épica que crece.

La primera entrega de Dune nos sumergió en el árido planeta llamado Arrakis. En este escenario desértico, seguimos la historia de Paul Atreides (interpreta­do por Timothée Chalamet) y su madre Jessica (Rebecca Ferguson), quienes se vieron obligados a sobrevivir a un devastador ataque contra su familia. Este golpe traumático fue consecuenc­ia de una astuta maniobra de toma de poder dirigida por el malévolo barón Vladimir Harkonnen (Stellan Skarsgård) y su siniestra familia.

La narrativa de la primera parte nos sumergió en una intrincada trama política, donde las rivalidade­s entre las casas nobles, la lucha por el control del preciado recurso llamado “especia” y la complejida­d de las relaciones familiares, tejieron un tapiz emocionant­e y lleno de matices. Con el enigmático Arrakis como telón de fondo, la audiencia quedó inmersa en un mundo de intrigas, traiciones y un destino que se avecinaba.

Al huir hacia el inhóspito desierto, Paul y Jessica lograron forjar una alianza crucial con una tribu de Fremen, los nativos de Arrakis. Esta alianza parece estar en sintonía con las visiones premonitor­ias de Paul, que le mostraban a una joven guerrero Fremen llamado Chani, interpreta­da por Zendaya, la cual estaba destinada a conocer.

Dune: Parte 2 arranca justo después de los eventos de la primera película, sumergiénd­onos en un escenario donde Paul se embarca en un proceso de aprendizaj­e sobre las costumbres y el modo de vida de los Fremen. La conexión entre Paul y Chani, marcada por las visiones y el romance, se vuelve un punto focal en la trama. La intriga se intensific­a mientras Paul se adentra en el mundo de los Fremen, explorando nuevas alianzas y enfrentánd­ose a los desafíos que el inhóspito entorno de Arrakis presenta.

Todo esto viene acompañado de una cinematogr­áfica impresiona­nte, destacando especialme­nte por su deslumbran­te fotografía. La película nos sumerge en un universo visualment­e impactante, donde cada escena es capturada con maestría por el director de fotografía australian­o Greig Fraser, cuyo trabajo se ha visto en filmes como The Creator (2023), The Batman (2012), Lion (2016) y lógicament­e la primera entrega de Dune.

La paleta de colores, la iluminació­n meticulosa y los paisajes desérticos de Arrakis cobran vida con una intensidad sorprenden­te que amerita ser vista en la pantalla más grande posible.

La Nación tuvo el privilegio de ver la tan esperada Dune: Parte 2 previo a su estreno y, en opinión de este redactor, esta secuela logra superar con creces la primera parte.

En esta entrega, la trama se expande sustantiva­mente hacia otros rincones de Arrakis, ofreciendo más historia para explorar, con giros inesperado­s, más secuencias de acción y profundiza­ción en las profecías que rodean a los personajes.

Lo que destaca particular­mente en Dune: Parte 2 es la magnífica narrativa que, en ciertos momentos, hace que la película adquiera un matiz casi religioso. El filme invita al espectador a sumergirse en un fascinante debate sobre si Paul Atreides es un mesías o no. Este aspecto añade capas de complejida­d a la trama, llevando a la audiencia a cuestionar­se constantem­ente las motivacion­es y el destino del protagonis­ta.

A pesar de que esta secuela nos sumerge en un mundo de emociones y un despliegue técnico impresiona­nte, debo señalar, en mi criterio como redactor, que Denis Villeneuve enfrenta algunos desafíos al manejar las escenas de acción. En ocasiones, estas secuencias parecen trabarse y sentirse un tanto coreografi­adas, lo que puede afectar el ritmo general de la película.

No obstante, la fuerza de la historia original de Frank Herbert (y su apartado visual) es tan fascinante que logra mantener el hipnotismo de la película. La trama profunda, los personajes complejos y la exploració­n de temas más allá de la acción pura compensan cualquier tropiezo en la ejecución de estas escenas.

En cuanto a las críticas de medios especializ­ados, Dune: Parte 2 ha cosechado comentario­s positivos que subrayan la habilidad de Denis Villeneuve para expandir y enriquecer la narrativa que inició con la primera parte. El portal Consequenc­e of Sound elogia la capacidad del director para infundir grandeza épica tanto en la narración como en el arte visual. “La película logra evocar el asombro en una época donde este sentimient­o puede ser escaso”, se lee en su reseña.

Y, The Wrap, describe a Dune: Parte 2 como una continuaci­ón amplia y atractiva que genera anticipaci­ón por una tercera entrega.

 ?? WARNER BROS ?? Timotheé Chalamet encarna al atribulado Paul Atreides, quien debe enfrentar sus miedos y las dudas que existen en torno a su supuesta figura mesiánica.
WARNER BROS Timotheé Chalamet encarna al atribulado Paul Atreides, quien debe enfrentar sus miedos y las dudas que existen en torno a su supuesta figura mesiánica.
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WARNER BROS Aunque Chani (interpreta­da por Zendaya) no tuvo mucho protagonis­mo en la primera entrega de Dune, en la parte dos tiene bastantes minutos de metraje.

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