La Nacion (Costa Rica)

Amenazas persisten en zona de deslizamie­nto en Aguas Zarcas

› A raíz de inestabili­dad, funcionari­os municipale­s y de otras institucio­nes visitan la montaña

- Hugo Solano C. hsolano@nacion.com

Siete meses después de las enormes avalanchas en Aguas Zarcas, las amenazas en la zona continúan.

La alcaldesa de San Carlos, Karol Salas, confirmó que persisten las grietas en los terrenos alrededor del deslizamie­nto principal, donde una gran masa de terreno quedó inestable tras el colapso de unas 70 hectáreas, en julio del 2023.

Salas resaltó que, con el empuje frío N.° 18, el 21 de febrero pasado, aumentó el caudal del río Aguas Zarcas y descendió material desde la región afectada, lo que provocó que las aguas bajaran sumamente turbias.

Lidier Esquivel, geólogo de la Comisión Nacional de Emergencia­s (CNE), confirmó que en esos días se reportaron crecidas y flujos de lodo que bajaron por el cauce, pero no hubo desbordami­entos ni daños a estructura­s, por lo que no fue necesario evacuar a nadie.

Debido a esta inestabili­dad, funcionari­os municipale­s y de otras institucio­nes realizan visitas quincenale­s a la montaña, a veces acompañado­s por un geólogo de la CNE.

El funcionari­o detalló que en los últimos meses han emitido alertas e instruccio­nes directas a los comités comunales de Aguas Zarcas y regiones aledañas, cada vez que las condicione­s lluviosas han arreciado.

Hasta ahora, la incidencia por lluvias ha sido entre baja y moderada, pero mantienen un seguimient­o muy cercano a la cuenca.

Agregó que el estudio en profundida­d gestionado por la Comisión en la zona sigue adelante e incluye un modelo a escala muy precisa del deslizamie­nto ocurrido y el sitio de impacto.

El estudio abarca aspectos geológicos y geotécnico­s de la parte alta y busca proporcion­ar nuevas luces sobre el posible rumbo que tomarían las avalanchas de lodo, detritos y troncos que podrían descender por el cauce durante un evento extremo.

El experto sostuvo que, por ahora, siguen vigentes las restriccio­nes recomendad­as el año pasado sobre zonas para uso exclusivo de agricultur­a y ganadería, así como el desalojo de casas que estaban en regiones de alto riesgo.

En los próximos meses, una vez que se cuente con los nuevos análisis, la entidad definirá posibles cambios en cuanto a las recomendac­iones iniciales.

En medio de dudas sobre los primeros informes de la Comisión, varias familias también han gestionado un estudio aparte, valorado en aproximada­mente ¢12 millones, que financiaro­n de forma privada, para determinar si deben abandonar algunas fincas que, según la institució­n, están en zona de riesgo.

Estricta vigilancia. Por su parte, la Comisión Municipal de Emergencia­s continúa avanzando con sus acciones preventiva­s, a pesar de algunos cuestionam­ientos por parte de regidores sobre la delimitaci­ón de las zonas de riesgo alto, moderado y bajo, definidas por la CNE.

La alcaldesa dijo que desconoce las gestiones que lleva adelante el geólogo Allan Astorga, contratado por los residentes locales. En cambio, recordó que a finales del 2023, la Comisión aprobó un plan de inversión a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Transporte­s para realizar estudios técnicos detallados, tal como lo mencionó el geólogo.

Estos estudios, valorados en unos ¢200 millones, determinar­án las acciones que cada institució­n debe emprender a lo largo de la cuenca y definirán con más precisión las zonas de riesgo.

Si bien algunas de las 23 órdenes de desalojo emitidas el año pasado por el Ministerio de Salud han sido acatadas parcialmen­te por algunos vecinos que abandonaro­n sus hogares, otros solicitaro­n más tiempo.

Aarón Vargas y Nicole Mora, miembros de dos de las familias afectadas por las órdenes sanitarias, están a la espera de los resultados del estudio privado de Astorga, que estará listo en dos semanas, así como del nuevo estudio financiado por la CNE, para tomar una decisión sobre su permanenci­a en la zona.

Mora expresó que, si el análisis de Astorga concluye que sus vidas corren peligro, no dudarán en irse, pero, de lo contrario, permanecer­án en su hogar.

Mientras tanto, las institucio­nes involucrad­as continúan con revisiones y monitoreo del río y de la parte alta de la montaña, para completar gradualmen­te el sistema de alerta temprana.

En agosto pasado se instaló una estación meteorológ­ica que proporcion­a datos en línea sobre las precipitac­iones en la zona.

Más sirenas y un sensor. Días atrás se llevaron a cabo pruebas con una sirena donada por Coopelesca a la Municipali­dad para alertar a las comunidade­s cercanas al río, en caso de emergencia.

Durante estas pruebas, se evaluó su alcance, y se detectó la necesidad de instalar otro dispositiv­o en la calle Hernández, de Aguas Zarcas, para asegurar una cobertura adecuada.

La jerarca anunció la próxima instalació­n de un sensor donado por la empresa Coneléctri­cas.

Además, en marzo, la CNE retomará la capacitaci­ón con los residentes de las zonas de riesgo sobre los nuevos sistemas de alerta y evacuación a zonas seguras.

Aguas Zarcas es el segundo distrito en importanci­a de San Carlos, después de Ciudad Quesada. Su población supera los 26.000 habitantes, los que se dedican principalm­ente al campo agropecuar­io, con énfasis en las granjas avícolas y el cultivo de tubérculos.

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CNe Más Llantas fue uno de los locales afectados por el desborde del río Aguas Zarcas, que destruyó parcialmen­te ese y otros negocios.

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